El futuro del PSOE

Dos debates clave que dividen al PSOE: el papel de las bases y la posición ideológica

Fernández, presidente de la gestora, y Jiménez, responsable de Organización, en Ferraz.

Ibon Uría

La precampaña oficiosa de las primarias a la Secretaría General del PSOE ya ha comenzado. Según el calendario aprobado por el Comité Federal, y a falta de la convocatoria oficial, las primarias serán en mayo y el congreso los días 17 y 18 de junio. Y aunque por ahora sólo un candidato ha dado formalmente el paso al frente –Patxi López, que presentó su candidatura el pasado domingo–, Susana Díaz –con los actos de este fin de semana en Castilla y León– y Pedro Sánchez –que reaparecerá en Sevilla el próximo sábado– también han movido ficha. La carrera por el control de Ferraz está en marcha.

Claro que no todo se reduce al debate de nombres. Los afines a la gestora insisten en que el congreso también debe servir para "reformular" el proyecto político" y "actualizar y adaptar a la nueva realidad" el ideario socialista. El último congreso ordinario se celebró en febrero de 2012, hace casi cinco años, y la última conferencia política en noviembre de 2013. Mucho ha cambiado España desde entonces, dicen en la dirección interina, que recuerda que en aquellas fechas Rubalcaba seguía al frente y no existían –o al menos no con dimensión nacional– Podemos ni Ciudadanos. 

El sector crítico, por su parte, considera que esta cita debe servir para devolver el partido a los militantes y que adquieran una mayor influencia en el día a día del partido. Los afines al anterior secretario general, Pedro Sánchez, denuncian además una "derechización" del PSOE tras la resolución del Comité Federal el 23 de octubre de 2016 que impuso la abstención para dejar gobernar al PP, una decisión sin precedentes. También López defendió en su primera intervención como precandidato que el PSOE debe ser un partido de "izquierda exigente" y no un simple "analgésico" de las políticas de la derecha.

De momento, como publicó infoLibre, diez dirigentes –Mario Jiménez, Rosa Conde, Matilde Fernández, Ramón Jáuregui, Eduardo Madina, Luz Rodríguez, Rafael Simancas, José Andrés Torres Mora, Ignacio Urquizu y Amelia Valcárcel– elaboran ya una breve guía ideológica por encargo de la gestora, documento que servirá como base para la ponencia política del congreso, y que entre otras cuestiones debería plantear respuestas a cómo relacionarse con los nuevos partidos, cuál debe ser el papel de la socialdemocracia en Europa o cómo combinar los órganos representativos y las consultas a la militancia.

¿Un PSOE elitista o 'podemizado'?

El modo en que el aparato se relaciona con las bases ha provocado dolores de cabeza en los últimos tiempos. Los detractores de Pedro Sánchez le acusaron, por ejemplo, de sacarse de la chistera la consulta sobre el pacto con Ciudadanos en enero de 2016 para puentear al órgano que debía decidir las alianzas postelectorales según los estatutos, el Comité Federal. Los críticos con la gestora acusan ahora a Ferraz de plantear una estructura distanciada de la menguante militancia socialista. Y ambos coinciden, eso sí, en que hay que "clarificar" las normas sobre el poder del secretario general, el papel del Comité Federal y las consultas a las bases.

Una diputada afín a la gestora recuerda que las primarias se introdujeron en 2014 "deprisa y corriendo" en un modelo "que funcionaba perfectamente", basado en la democracia representativa: los militantes elegían compromisarios y estos, a su vez, tomaban decisiones e incluso elegían al número uno del PSOE. Por eso considera que hay que modificar los estatutos para "que no puedan darse determinadas interpretaciones": "Las primarias no deben quitar competencias a los órganos", resume esta parlamentaria, que añade que no todo debe ser consultado a las bases, pues eso supondría "podemizar" el PSOE y volverlo asambleario.

A su juicio, Sánchez planteó en algunos momentos que "el Comité Federal no podía controlarle", algo que tilda de "ridículo" y que advierte que podría derivar en un partido "presidencialista", pues el número uno se arroga todo el poder "aunque gane por un voto". "Es directamente caudillista", denuncia. Por eso pide que quede claro en el PSOE que "las primarias no implican que los órganos que no han sido elegidos por el voto directo de la militancia tienen menor representatividad o legitimidad". Cargos de Ferraz también creen que la relación entre el secretario general y la estructura "no está suficientemente bien regulada".

Otro dirigente también cercano a la dirección interina del PSOE plantea la necesidad de "jugar inteligentemente con la democracia representativa y las consultas" y dice que es "evidente" que la gente "quiere participar más" en la vida del partido. Por eso reclama "no sustituir al Comité Federal" pero sí, "tal vez, definir mejor sus competencias", y se muestra dispuesto a "establecer consultas periódicas a las bases, por ejemplo para leyes especialmente relevantes". Sin embargo, cree que "las decisiones importantes" deberán seguirse tomando en los órganos que existen actualmente.

Los críticos, mientras tanto, aseguran que la militancia debe tener "mayor protagonismo" en la nueva etapa. En palabras de una diputada que votó no en la investidura de Rajoy, la democracia representativa debe "ceder terreno" a las consultas a las bases, porque sólo así volverán los afiliados a "sentir como suyo" el partido. Otra compañera de bancada asegura que este asunto es la mayor diferencia entre los dos sectores del PSOE: "Se trata de decidir si queremos una estructural piramidal y elitista o si contamos de verdad con la militancia por mucho que no seamos asamblearios, que no debemos serlo".

Estas voces consideran que el PSOE tiene que hacerse más "moderno" y aprovechar las herramientas tecnológicas, como las votaciones por Internet, para hacer los procesos de votación "menos controlables" por las direcciones regionales. La primera ocasión en la que se pudo votar por Internet fue precisamente en la consulta del pacto entre Sánchez y Rivera. "Obama dice que el cargo más importante es la ciudadanía, y es una frase que me gusta mucho. Aplicado a un partido, el cargo más importante tiene que ser el de la militancia, y tiene que tener cada vez mayor protagonismo", dice un cargo del sector crítico.

En su discurso del pasado domingo [ver en PDF], Patxi López coincidió con estas fuentes al señalar la necesidad de buscar "una mayor implicación de las agrupaciones" socialistas, de las que dijo que siempre se han revelado como "el valor seguro del PSOE" en los momentos complicados. El que fuera presidente del Congreso en la pasada legislatura argumentó que para que la unidad se abra paso es necesario que los afiliados se sientan "implicados" en el proyecto. "Necesitamos una militancia activa, con capacidad de propuesta y decisión. No somos un movimiento asambleario, pero tampoco el nuestro es un modelo presidencialista", reclamó.

El por ahora único precandidato apeló, de hecho, a la relación "directa" con las bases: "Yo he decidido presentarme hoy aquí solo porque creo que la primera relación que se tiene que visualizar es la relación candidato-militancia", dijo. En ese sentido, López negó que existan los "apoyos orgánicos" y dijo que su objetivo es "sumar a miles y miles de militantes": "Me parece imprescindible que la militancia elija y vote en unas primarias. Me gustaría sumar a miles y miles de militantes, todos somos imprescindibles. Me gustaría sumar a todos, pero también entiendo que la militancia tiene que ser capaz de escoger y decidir", agregó.

Por su parte, Sánchez ha señalado en Twitter que su ronda de actos, que comenzará en Sevilla el día 28, tiene por objetivo precisamente "escuchar a quienes no fueron escuchados: los militantes".

 

¿Un partido derechizado o de izquierda?

La otra gran queja de los cargos que no simpatizan con la gestora es lo que califican de "derechización" del PSOE. Una diputada muy crítica con la abstención exige que los socialistas "dejen de pactar" con el PP y afirma que "no tiene sentido" acordar "cuestiones como el salario mínimo o el techo de gasto" con los conservadores. "Nos estamos derechizando: no es sólo pactar con el PP, sino el tipo de políticas que estamos pactando con el PP. No podemos coincidir en políticas económicas y sociales con ellos", comenta. A su juicio, el debate entre colocar al PSOE "más a la izquierda o a la derecha" debe abordarse en el Congreso.

En ese debate, el primero en lanzarse a la carrera de las primarias, Patxi López, defendió el pasado domingo que el PSOE debe ser un partido de "izquierda exigente" que no se dedique a "atemperar" las políticas conservadoras ni a ser un "analgésico" de la derecha, sino que defienda con claridad su proyecto político. Para ello no basta con "esgrimir las credenciales" de éxitos pasados, apuntó, sino que es necesario un regreso "al socialismo" sin "terceras vías", a un proyecto socialdemócrata que defienda las "libertades personales" y se centre en "luchar contra la desigualdad" y evitar que nadie se quede "fuera del bienestar colectivo".

La petición de un giro a la izquierda es compartida por distintos cargos contrarios a la gestora preguntados por este diario. Otro diputado sostiene que el partido debe volver a "un modelo de izquierda convencional" alejado del "centro" que propone la gestora, y argumenta que defender un PSOE a la izquierda no sólo es "una cuestión de principios o de convicción", sino también "algo pragmático": "La gente de centro se siente más cómoda con Ciudadanos, por ejemplo. Entre el original y la copia se van a quedar con ellos. El espacio que tiene que disputar el PSOE es el que le ha robado Podemos", explica.

Los afines a la dirección interina, en cambio, niegan que el PSOE haya virado a la derecha. Critican que Sánchez sostuvo durante meses consignas simplistas, que se dedicó a hacer "política con monosílabos" –en referencia a la proclama del "no es no"– y reclaman "planteamientos de más alcance" para construir un proyecto que permita al PSOE ser de nuevo la organización hegemónica de izquierdas. "Hay que dejar de pelearse con Podemos por no ser terceros y dedicarse a ganar a la derecha", resume una diputada. "No se trata de girar de nuevo a la izquierda, sino de recuperar la ambición", dice otro afín a la gestora.

Esta misma fuente comenta que el PSOE no pueden dedicarse a "mantenerse fiel a los preceptos que dictan desde una supuesta izquierda", en alusión a Podemos, sino a "ganar y gobernar". Por eso defiende los pactos alcanzados con el PP en cuestiones como el salario mínimo, pues considera que todo aquello que vaya "en beneficio de los ciudadanos" es positivo, con independencia de qué sumas se conformen en el Congreso: "Hay que hacer una oposición útil y jugar un papel central en el Congreso, pactando a uno y otro lado para que salgan adelante medidas que interesan a la gente", afirma.

Por último, el sector mayoritario critica duramente a la anterior dirección, a la que acusa precisamente de ser la única que ha pactado con la derecha en el acuerdo suscrito con Ciudadanos: "Es absurdo que nos acusen de derechizarnos los mismos que intentaron llegar al Gobierno de la mano de la derecha, que era Ciudadanos. Sánchez ha sido el único que ha firmado un pacto con la derecha y que hablaba de la transversalidad y el mestizaje, aunque luego cambiara de opinión y dijera que las izquierdas sólo podían pactar con las izquierdas y las derechas con las derechas, que sonaba casi a la Guerra Civil. Es absurdo", reprocha una diputada.

La incógnita del PSC

En el Congreso del PSOE también deberá zanjar el debate sobre la relación con los socialistas catalanes. La principal duda es saber si podrán votar al próximo secretario general del PSOE, un debate que se abordará en la comisión bilateral creada pare revisar el protocolo de unidad entre ambas formaciones a partir del 27 de enero, como publicó infoLibre. Los afines a la gestora creen que "el PSC quiere mayor autonomía" y que "las reglas de convivencia ya no pueden ser iguales", mientras que los críticos consideran que se quiere expulsar al PSC de los órganos federales sólo para beneficiar a Susana Díaz de cara a las primarias.

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En todo caso, el escenario de la expulsión de los militantes catalanes está ya casi descartado: la dirección interina de los socialistas apuesta por pedir a los afiliados del PSC que se inscriban previamente a cambio de dejarles participar en las primarias, pues asume que dejarlos fuera de las primarias tendría un alto coste y que sería muy complicado llevarlo a cabo sin transmitir la imagen de que se trata de una maniobra orquestada por la propia Díaz para facilitar su llegada a Ferraz.

López, por su parte, afirmó con claridad en la intervención en la que presentó su candidatura que no se entiende el PSOE sin el PSC ni el PSC sin el PSOE, que es inconcebible que el próximo secretario general socialista sea elegido sin la participación de los afiliados de Cataluña y que no debe tomarse ninguna decisión sobre este asunto antes del Congreso Federal. El diputado vasco dijo suponer que "nadie" esté pensando en dejar a los socialistas catalanes fuera de las primarias, "y si alguien quiere plantearlo -advirtió- yo me opondré radicalmente", advirtió.

Donde los distintos sectores del partido muestran un grado de coincidencia mucho mayor es en el modelo territorial que debe defender el PSOE: todos citan la declaración de Granada [ver en PDF] como punto de encuentro[ver en PDF]. En palabras de una diputada próxima a la gestora, es un "ejercicio teórico" que representa el "denominador común" de todos los socialistas, y al que se le debe dar "mayor intensidad política": "Tenemos que defenderlo y reivindicar que somos el único partido con una solución clara para Cataluña". El sector crítico también defiende ese texto: "Es un documento muy bueno. La cuestión del PSC tiene que ver con temas orgánicos y con las primarias, pero no hay un debate abierto sobre la cuestión territorial", recalca una diputada crítica.

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