Podemos

El papel de Iglesias en la apertura del congreso provoca un nuevo choque a dos días de Vistalegre II

El secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón, este miércoles.

Quedan apenas dos días para que se celebre el congreso de Vistalegre II, encuentro en el que se decidirá el futuro de Podemos este fin de semana. Pero el equipo técnico que lo organiza aún intentaba a última hora de este miércoles acordar la distribución de intervenciones y tiempos. El único escollo que los separaba, según confirman varias fuentes, es el papel que debe tener el secretario general, Pablo Iglesias, en la apertura del congreso. Los pablistas defienden que el líder debe dar el discurso inaugural, mientras los errejonistas se oponen a que Iglesias hable al inicio y los anticapitalistas plantean que representantes de todas las corrientes también hagan sus propios saludos inaugurales tras el secretario general.

El grado de desacuerdo entre pablistas y errejonistas es tal que el equipo técnico, formado por diez personas y encargado de decidir por unanimidad las cuestiones logísticas y organizativas del congreso, intentaba en la noche del miércoles ultimar un acuerdo sobre la escaleta –el reparto de tiempos– definitiva que estructurará las intervenciones. Está decidido que el debate sobre los documentos que han presentado los sectores se produzca el sábado –que, además, es el último día en el que los militantes podrán votar– y la mañana del domingo se dedique a algunos discursos de "amigos y aliados", la presentación de los resultados de las votaciones y el discurso de cierre del secretario general.

Pero la posibilidad de que Iglesias abra el congreso con un discurso es el escollo que ha venido bloqueando el acuerdo. Así lo confirman varias fuentes a este diario, que explican que el acuerdo estaba prácticamente hecho a falta de cerrar ese fleco. "El resto está solucionado, es eso lo que se está debatiendo", confirma un dirigente anticapitalista, que asegura que su corriente defiende que "no pasa nada por que el secretario general haga un saludo al inicio", aunque también plantea que "otras sensibilidades también podrían decir algo".

Otro dirigente, en este caso pablista, también insiste en que es el papel de Iglesias en la apertura del congreso el que está generando diferencias entre los sectores. "Vaya forma de querer a Pablo como secretario general, resistirse a que abra el congreso", critican estas fuentes en referencia a los dirigentes próximos al número dos, Íñigo Errejón, de los que denuncian que están manteniendo un "pulso encubierto" para ocultar que, en realidad, "se está compitiendo por la secretaría general". Este diario no ha conseguido confirmar cuál ha sido la alternativa que los errejonistas han propuesto para evitar que Iglesias sea el único dirigente que intervenga en la apertura del congreso.

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Iglesias abrió el congreso en 2014

En el congreso de Vistalegre I, celebrado en noviembre de 2014, Iglesias fue el encargado de realizar la intervención que dio el pistoletazo de salida del encuentro. Ese fue el discurso en el que lanzó una de sus afirmaciones más conocidas: "El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto". Pero entonces el secretario general hacía piña con Errejón y el resto de los dirigentes principales de Podemos –Carolina Bescansa, Juan Carlos Monedero o Luis Alegre–, y el único sector crítico era el anticapitalista, capitaneado por Miguel Urbán y Teresa Rodríguez, que no tuvo representación en el comité organizador de Vistalegre II.

Este no ha sido el único desacuerdo sobre cuestiones técnicas que ha bloqueado durante días el acuerdo entre sectores en el equipo encargado de preparar Vistalegre II. El pasado martes 31 de enero, las tres principales corrientes alcanzaron un acuerdo de última hora sobre el método de elección de la Comisión de Garantías de Podemos en el congreso y también sobre el orden de las votaciones de los órganos del partido, tras una larga discusión que terminó cerrándose con un pacto de mínimos.

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