18 Congreso Nacional del PP

El PP, pendiente de que Rajoy se pronuncie sobre la lucha de poder entre Cospedal y Santamaría

El presidente del PP, Mariano Rajoy, y la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal.

Este viernes, a las 16.00 horas, el Partido Popular arranca su 18 Congreso Nacional en Madrid. Su presidente nacional, Mariano Rajoy, llega con su liderazgo intacto. Tras haber logrado mantenerse en la Presidencia del Gobierno después de un periodo de casi un año en funciones, el jefe de los conservadores será reelegido al frente de su partido y también reelegido candidato del PP a las elecciones generales. "Va a ser el congreso del éxito del continuismo de Mariano Rajoy" define un dirigente de la formación en conversación con infoLibre. Sin sector crítico que intente mover la silla al líder del PP, el principal foco del congreso baja hasta la segunda línea de la dirección del partido y se personaliza en el papel que, a partir del lunes, desempeñará María Dolores de Cospedal, secretaria general. Este cónclave no es el congreso de la sucesión. Pero gran parte de lo que ocurra será interpretado como victorias o derrotas de los diferentes sectores de cara al futuro. Y no es ningún secreto que en los últimos meses ha habido presiones internas para que Cospedal no acumule cargos, unas presiones tras las que dirigentes del partido han visto al entorno de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Las alarmas en un sector del PP se dispararon el día que Cospedal, en una conversación informal con periodistas en su toma de posesión como ministra de Defensa, dio a entender que su continuidad como número dos del partido estaba garantizada. Esta, y también su continuidad al frente del PP de Castilla-La Mancha, comunidad de la que ha sido presidenta. Desde este día, se han escuchado voces en el partido, tanto en público como en privado, a favor de acabar con la acumulación de cargos partido-Gobierno, sobre todo si se trata de ministerios de Estado. El presidente del PP ha optado por mantenerse neutral en una batalla detrás de la que cargos del partido han visto el intento de ubicar a Alfonso Alonso, exministro de Sanidad y líder del PP vasco, en la Secretaría General. También exportavoz del PP en el Congreso de los Diputados, forma parte del círculo de máxima confianza de la vicepresidenta del Gobierno.

En las próximas horas Rajoy tendrá que desvelar cuál será el esquema que quiere para su partido para los próximos cuatro años. No ha dado ni una sola pista. Pero todas las fuentes consultadas se muestran convencidas de que renovará la confianza en Cospedal y de que intentará que en la estructura de poder del partido no se pueda hablar claramente de vencedores y vencidos. "Es imposible que no se extraigan conclusiones, pero Rajoy, salvo casos extremos, no es de muchos cambios. Le cuesta apartar a la gente. Ya se ha visto en los últimos años con los escándalos de corrupción", valora una diputada.

Poderes y contrapoderes

En todo caso, si Cospedal sigue en su despacho de Génova, se espera un gesto en forma de contrapoder. Ese gesto podría venir en forma de un nuevo cargo en la estructura del PP. Se trataría de recuperar la figura del coordinador general, una especie de puente entre la dirección nacional del partido y la secretaría general para llevar el día a día de los asuntos de partido. Ángel Acebes ejerció este puesto en la etapa de Francisco Álvarez-Cascos como secretario general y ministro de José María Aznar.

Hay dirigentes del partido que consideran que el hecho de que Rajoy apueste o no por recuperar esta figura servirá para medir lo presionado que se siente por las voces que reclaman que se acabe con la acumulación de cargos. Una demanda que, en lo que afecta a Cospedal, se ha defendido en el contexto de que es "contradictorio" ocupar un ministerio como Defensa y, al mismo tiempo, mantener el alto perfil político que requiere ser el número dos de un partido

Los partidarios de Cospedal ven "machista" el debate generado al respecto apuntando a que su caso no es inédito ni en el PP ni en el PSOE.

Si Rajoy optara por incorporar un coordinador a la cúpula del partido, hay casi unanimidad en que este puesto correspondería al vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maíllo. Llegó a la dirección nacional del PP cuando Rajoy introdujo los cambios tras las municipales y autonómicas de mayo de 2015, al igual que los vicesecretarios de Comunicación (Pablo Casado), Sectorial (Javier Maroto) y Estudios y Programas (Andrea Levy). Para el partido sería una sorpresa que fuesen relevados.

"Otra forma de contrapoder podría ser también la de incorporar al Comité de Dirección a algún dirigente de confianza de Sáenz de Santamaría", valora un miembro del Comité Ejecutivo Nacional. Cuando Cospedal fue incluida en el esquema del nuevo Gobierno de Rajoy una de las conclusiones que se extrajo puertas adentro del PP es que, siguiendo como número dos del partido, se ubicaba en mejor posición que la vicepresidenta, que asumió funciones en materia de política territorial dejando, eso sí, la portavocía.

Acumulación de cargos, maternidad subrogada...

En cuanto al mensaje, el foco estará puesto en las enmiendas sobre la acumulación de cargos y cuestiones sociales sobre las que ha sido difícil el acuerdo, como la maternidad subrogada y el aborto.

Al cierre de esta edición, Fernando Martínez-Maillo, máximo responsable de la ponencia Política y de Estatutos que se debatirá en el 18 Congreso Nacional de los conservadores estaba en conversaciones con algunos de los enmendantes a fin de lograr transaccionar enmiendas sobre la acumulación de cargos. El acuerdo no estaba cerrado.

Una de las enmiendas sobre la mesa instaba al PP a promover una "gradual separación y limitación en la acumulación de cargos institucionales de Gobierno y orgánicos del partido". El autor de la enmienda es el portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna.

Henríquez de Luna, mano derecha de Esperanza Aguirre en el Ayuntamiento de Madrid, presentó sus enmiendas hace unas semanas. Evitando personalizar esta propuesta concreta en casos como el de María Dolores de Cospedal, reclamaba a la dirección nacional del PP que debatiese sobre la conveniencia de ir promoviendo la separación de Gobierno y de partido. En definitiva, de limitar la acumulación de cargos y la duración de los mandatos en las responsabilidades de Gobierno.

El portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Madrid ha sido muy insistente en la idea de que Aguirre no está detrás de sus enmiendas. La expresidenta de la Comunidad de Madrid no ve inconveniente en que Cospedal siga ocupando los puestos que tiene en la actualidad.

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"Consideramos que el PP debería avanzar de forma gradual hacia un modelo de tienda a separar las funciones de Gobierno y de partido, que limite la acumulación de cargos, y limite los mandatos en las responsabilidades de gobierno", proponía incluir Henríquez de Luna en el preámbulo de los estatutos.

Si nada cambia en las próximas horas tampoco habrá transacción posible, y por tanto la enmienda llegará viva al plenario, sobre las primarias que propone el propio Henríquez de Luna ni las primarias a la francesa por las que aboga Luis Asúa, presidente del PP del distrito de Chamberí.

Como ya informó este diario, todo apunta que el debate sobre la maternidad subrogada también llegará vivo a la ponencia social. Este texto evitó fijar posiciones sobre cuestiones polémicas como el aborto o la maternidad subrogada. La idea original era que fuesen los compromisarios los que planteasen el debate vía enmiendas. Y así ha sido. A pocas horas para el arranque del cónclave, la dirección nacional del PP no ha transaccionado ninguna de las enmiendas que se refieren a la maternidad subrogada. Las hay a favor y en contra, lo que, a priori, impide fijar una posición común.

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