Los efectos de la corrupción

Rajoy deja caer al presidente de Murcia para salvar el Gobierno

La dirección nacional del PP empezó a dibujar el final de Pedro Antonio Sánchez el lunes tras la exposición razonada del juez Eloy Velasco sobre Púnica. Los apoyos ya no eran tan cálidos y el recurso la presunción de inocencia ya no estaba tan presente. Y lo consumó este mismo martes. El número tres del partido, Fernando Martínez-Maillo, se trasladó a primera hora a Murcia para presidir una reunión de la Junta Directiva Regional, cita posterior al Consejo de Gobierno tras el que el dirigente murciano anunció que daba un paso atrás. Cospedal también se había encargado de dar todas las pistas en una entrevista en TVE al sentenciar que Sánchez no iba a permitir un "Gobierno tripartito" en Murcia. 

Precisamente, Sánchez justificó su gesto en evitar, en hacer "todo" lo que esté en su mano para que los murcianos sean gobernados por un tripartito PSOE-Podemos-Ciudadanos. "Tengo la información suficiente para asegurar que ya hay un acuerdo del tripartito para gobernar la Región, está cerrado y es un hecho", lamentó. "Es momento de seguir confiando en la justicia y ayudar y colaborar para que no tenga presión", añadió rodeado por todo su equipo de Gobierno.

Como ya habían venido apuntando en las horas desde su entorno más próximo, Pedro Antonio Sánchez vistió su gesto de sacrificio personal. "Espero que esto sirva para evitar a la Región de Murcia el tripartito", dijo en tono solemne. "Todo por la Región de Murcia, por su gente, por mi gente y por España", dijo antes de abandonar, sin admitir preguntas, su breve comparecencia. De la sede del Gobierno regional se trasladó a la del partido, donde le esperaba el vicesecretario de Organización del PP para presidir una Junta Directiva Regional.

Salvo cambios de última hora, Pedro Antonio Sánchez seguirá presidiendo el PP murciano, cargo al que accedió hace unas semanas en el congreso regional de la formación. Pese a su delicada situación judicial, la dirección nacional no se opuso a su candidatura. También conservará su escaño en la Asamblea.

Hasta el mismo lunes, desde el PP de Murcia mantenían que Pedro Antonio Sánchez iba a llegar hasta el final y que esto pasaba por esperar al pronunciamiento de los tribunales. Este había sido también el argumentario de la dirección nacional del PP hasta que el equipo de Rajoy vio claro que Ciudadanos no iba de farol y que estaba dispuesto a dejar gobernar al PSOE.

El presidente murciano convocó a última hora de la noche del lunes vía SMS a la cúpula del PP de Murcia a una reunión en la sede regional. Exigía la asistencia de todos sus miembros. Fue a las 12.45 y contó con la presencia del vicesecretario de Organización el PP, Fernando Martínez-Maillo. Estos elementos hicieron pensar a las fuentes consultadas que el anuncio de dimisión podía ser "cuestión de horas". "Inminente". Y así fue.

El sustituto: Fernando López Miras

También hubo comparecencia del recién dimitido en la sede de la formación. Los argumentos para su renuncia fueron similares a los que ya había apuntado en la sede del Gobierno regional. Además, aprovechó para proponer a su sustituto. Le sucederá Fernando López Miras, coordinador general del partido y secretario segundo de la Asamblea. Es abogado y tiene 33 años.

Sólo 24 horas antes, la dirección del PP abogaba por "ir paso a paso". Así se manifestaba en rueda de prensa el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, tras conocerse que el juez de la Púnica pide al TSJ que investigue al presidente murciano por fraude, soborno y revelación de información reservada. El dirigente conservador ya está imputado en el caso Auditorio.

"Aún no está imputado es una petición en contra de la Fiscalía. Seguimos diciendo que había que dejar actuar a la Justicia", añadió. Según Casado, "cualquier reclamación judicial [a Pedro Antonio Sánchez] ha tenido su explicación en sede judicial". "Si esta imputación prospera, estoy convencido de que responderá a lo que se le solicite", insistió.

Esta semana es clave para los conservadores porque el miércoles arranca una moción de censura presentada por el Partido Socialista de la Región de Murcia. Una iniciativa para la que los socialistas necesitan del concurso de Ciudadanos, socio del PP en esta comunidad autónoma.

Desde el comienzo de la crisis, desde la formación naranja se había demandado a los conservadores que apartasen a Sánchez y lo sustituyesen por otro dirigente del partido. Esto, aseguraban, era garantía de que les iban a apoyar.

Un "mazazo"

El PP esperaba un pronunciamiento de Velasco relacionado con Púnica. Pero no a pocas horas de la moción. Con la exposición razonada del magistrado en la mano, los conservadores no tenían duda: la situación de su barón se complicaba.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 justifica su decisión de enviar la causa a Murcia en que Sánchez concertó trabajos con el experto en reputación en internet Alejandro de Pedro para "limpiar" con fondos públicos su imagen en las redes sociales con motivo de la campaña para las elecciones a la presidencia de la Región de Murcia en 2015.

A juicio del magistrado, el presidente murciano "lastimó los intereses de la Administración Pública que no debe correr con semejantes gastos particulares". En la etapa investigada, Sánchez era consejero de Educación y concertó este acuerdo para lavar su imagen "dada la cantidad de investigaciones penales a las que había y estaba siendo sometido por su actuación pública".

Velasco explica que los trabajos reputacionales, presupuestados en 4.600 euros al mes, son constitutivos de delito de fraude porque, aunque no se llegaron a cobrar dado que días después estalló la trama Púnica, sí existió "acuerdo y concertación" afectando a los intereses de la Administración.

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