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La madre de Couso, a su hijo: “José, quién nos diría que tras 14 años de tu asesinato hay quien se muestra orgulloso de salir en la foto de las Azores”

El 8 de abril de 2003, un carro de combate de la compañía A de la 3ª División de Artillería del Ejército estadounidense hacía honor a su sobrenombre –Los Asesinos– y abría fuego contra el Hotel Palestina en Bagdad, acabando con la vida de tres personas, entre ellas el cámara José CousoJosé Couso, que estaba cubriendo la guerra de Irak. Este domingo, catorce años después, un centenar de personas se reunió una vez más frente a la embajada de EEUU en Madrid en un homenaje para reclamar una investigación y justicia.

Tras años de investigación fallida, la Audiencia Nacional decretó el archivo provisional de la causa en octubre del 2015, con la opción de reabrir el caso si los tres militares estadounidenses acusados del homicidio entran en territorio español. La decisión vino condicionada por la reforma de la justicia universal en 2014, según la cual se impide la persecución de cualquier crimen de guerra cometido contra un español salvo que los presuntos responsables se refugien en España. Fueron doce las causas en materia de justicia universal que se archivaron de facto tras  esa reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

“Aunque las sentencias legitimen el desprecio y la impunidad, nosotros seguiremos estando en las calles”, recordó Javier Couso, hermano del periodista. “Esta es una lucha de todos, no solo de nuestra familia y de los periodistas”, ya que es por “la defensa del derecho a la vida, a la información”. También quiso recordar que “el desprecio” del Estado no es solo hacia su familia, sino que también lo sufren los familiares del Yak-42 o los del cabo Soria.

“En una sociedad democrática del siglo XXI, el conjunto de los ciudadanos se debería enterar de las mierdas que hacen los que nos gobiernan”, afirmó Couso, una crítica para presentar a dos “valientes” que intervinieron en el acto: Patricia López, la periodista de Público que publicó las escuchas de el exministro Jorge Fernández Díaz, y el exteniente Segura, que fue expulsado de las Fuerzas Armadas por denunciar la corrupción dentro del Ejército.

López remarcó el acto de “humanidad y solidaridad” de Carlos Hernández, reportero de Antena 3 durante la guerra de Irak, y Jon Sistiaga, compañero de José Couso: “Se aliaron para poder dar una noticia objetiva y comprobable, que se había cometido un asesinato de un ciudadano español por parte de un ejército que se suponía que era aliado”.

Por su parte, Segura recordó que nuestro país es un punto estratégico muy importante, que “cada vez que hay un bombardeo en los que mueren civiles, en la mayoría de las ocasiones, esos aviones salen de aquí” y que todo ese peso en geopolítica otorga el poder suficiente a España para “buscar una solución y que se haga justicia”.

El hermano del periodista no dejó de exigir volver al estado de la justicia universal anterior al 2014 y destacó que Unidos Podemos presentó una proposición no de ley que instaba al Gobierno a que legislase para precisamente eso, y que el PNV, apoyado por Esquerra Republicana, "va a presentar  una proposición de ley para que se nos posibilite a las víctimas que se reabra la causa".

El acto estuvo amenizado por Samba da Rua y Javi Chispes, del grupo Maniática, que antes de empezar a tocar aseguró que "no es cuestión de que haya justicia, sino de que no haya más injusticias".

Maribel Permuy, madre de José Couso, leyó un comunicado e incidió en la necesidad de hablar de asesinato “pese que a muchos les guste escribir muerte”. Se remitió a unas palabras de Olga Rodríguez, periodista que se encontraba en el Hotel Palestina en el momento del ataque, en las que recordaba que “el lenguaje crea conciencia”, de forma que “no es lo mismo muerte, que asesinato”.

“José, hijo, quién nos diría que después de catorce años de tu asesinato habría personas que se muestran orgullosas de salir en la foto de las Azores”, lamentó en referencia a la reciente entrevista televisiva que Bertín Osborne realizó a José María Aznar, y que, según Maribel Permuy, “mostró su desprecio a los millares de personas que salieron a las calles gritando ‘No a la guerra’”. "Se ha ido de rositas pese a apoyar una invasión basada en mentiras”. Pero claro, José, el dolor de los iraquíes es de segunda clase, lo mismo que tu asesinato”, concluyó.

El acto terminó entre aplausos y gritos de “José Couso, crimen de guerra”.

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