Primarias del PSOE

La 'porra' de Díaz, Sánchez y López para las primarias del PSOE y sus planes para el día después

Pedro Sánchez se hace una selfie con sus seguidores tras haber protagonizado este sábado su primer gran acto de campaña en Cataluña.

Ibon Uría

En las primarias del PSOE no hay encuestas fiables que permitan anticipar el resultado: las empresas que hacen sondeos, por ejemplo, para las elecciones generales, no tienen acceso al censo de militantes, así que en el mejor de los casos pueden preguntar por las preferencias de quienes dicen haber votado socialista en las últimas elecciones. Pero los equipos de Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López sí que tienen sus propios pronósticos sobre quién ganará el 21 de mayo, sus propias porras acerca de quién será el próximo secretario general.

Los susanistas confían en una victoria de la presidenta de la Junta. Eso sí: los mismos que tras el 1 de octubre daban a Sánchez por muerto y le negaban cualquier posibilidad de recuperar el puesto de mando de Ferraz, admiten ahora que rondará al menos el 30% de los votos incluso en el escenario más optimista para la andaluza. En resumen, y aunque dan por hecho que Díaz será la líder del PSOE a partir del 21 de mayo, estarán atentos al recuento: "La batalla ahora es el porcentaje", dice una de las mujeres fuertes de la campaña.

¿Cuál es el mejor escenario que imaginan? Que Susana Díaz supere la barrera psicológica del 50%, Pedro Sánchez se quede en el entorno del 30% y Patxi López ronde el 15%. "Ese sería un buen resultado: 55-30-15", confirma una diputada afín a la aspirante andaluza. ¿Y un resultado adverso? "Que Pedro se acerque al 40% o incluso lo supere. "Sin ganar en Andalucía y otras federaciones como Aragón, Sánchez no va a ganar de ninguna forma. Su batalla ahora es el porcentaje, y quedar cerca o incluso por encima del 40% le dejaría aún con fuerzas", calcula.

El sanchismo, mientras tanto, apela a la épica. Como le gusta recordar a su equipo, tiene enfrente a expresidentes del Gobierno, barones y a la inmensa mayoría del aparato, pero tiene un relato: el del líder "derrocado" por los dirigentes del partido que querían entregar el Gobierno a la derecha. Da igual que muchos de los detalles de versión de lo ocurrido choquen con la realidad: sus colaboradores subrayan la "fuerza" del aspirante y su mensaje, la "esperanza de cambio" que despierta en la militancia e insisten en que la campaña, hasta ahora, va bien.

"Hemos triplicado el aforo en los actos, nos estamos ganando a pulso el derecho a ser escuchados. Estoy convencido de que vamos a ganar y empiezo a estar convencido de que el resto también ve que vamos a ganar", comenta un coordinador de la campaña del ex secretario general. Los afines a Sánchez confían en el voto oculto y anticipan "sorpresas importantes" en territorios a priori susanistas. El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, pronosticó este jueves que el número de avales de Díaz "probablemente sea su techo electoral", mientras a Sánchez le resultará "más fácil obtener más votos que avales".

López, tercero en discordia

En lo que coinciden los equipos de Díaz y Sánchez es en negar a Patxi López cualquier opción de victoria. Ambos ven a López como el tercero en discordia, y esa imagen se reforzará probablemente cuando concluya la actual fase de avales, en la que los susanistas quieren desplegar una demostración de fuerza y que será el primer indicador real de las fuerzas de cada candidatura, aunque los sanchistas recuerdan que la historia demuestra que avales y votos no siempre van de la mano: Almunia ganó a Borrell en avales y en las urnas la situación se dio la vuelta, apuntan.

En la campaña del exlehendakari, mientras tanto, se asume como probable la tercera plaza en la ronda de avales, pero los patxistas se niegan a darse por vencidos e insisten en que su candidato tiene opciones. "Es muy fácil dar un mitin y salir corriendo o llevar autobuses a los actos, pero nosotros vamos a las agrupaciones y Patxi se queda hasta que responde todas las preguntas de los militantes. Y esa campaña está funcionando. El choque de trenes [entre Díaz y Sánchez] irá a más, y eso hará a Patxi cada vez más imprescindible", comenta uno de los estrategas de su campaña.

"¿Si va a ganar? Tenemos opciones", añade esta fuente. El equipo del vasco cree que, si hay una "gran participación" –en las primarias de 2014 votaron el 66,8% de los afiliados socialistas, y ahora los colaboradores directos de Patxi López confían en que se supere la barrera del 70%–, su candidato puede salir beneficiado: "Si la participación es alta –razona uno de los cerebros de su campaña–, significará que ha ido a votar muchos de los militantes que componen la mayoría silenciosa, los que no van a actos ni agitan las redes, y mucha de esa mayoría es nuestra".

La integración y los barones

El día después de las primarias, prosiguen los colaboradores de López, habrá que hacer un verdadero ejercicio de "integración" para unir al partido. Esa tarea, sostienen, sólo será posible si gana López, porque es el único que no ve en sus competidores a un "enemigo": "Si ganan Susana o Pedro no hay opción para la unidad. Sólo quieren aniquilar al rival. Con Patxi sí que es posible, y probablemente hay gente de los dos lados que se podría integrar en el futuro", afirma un miembro de su equipo.

En el equipo de Susana Díaz ven posible la integración con la candidatura de López... pero al revés: Díaz ganará e integrará al vasco, dicen. Si la aspirante superara el 50% de los votos y él obtuviera el 15%, "la Ejecutiva podría salir aprobada en el Congreso con el 70% de los votos", afirma un diputado, que cree que ese sería un "buen primer paso para la unidad". Y es que el Congreso Federal elegirá a la próxima dirección del PSOE, que propondrá el secretario general y votarán todos los delegados. A modo de referencia, la Ejecutiva de Sánchez (2014) obtuvo el sí del 86% y la de Rubalcaba (2012) el del 80%. Los sanchistas, por su parte, acusan a los integrantes del equipo de López de "esforzarse en mantener la ficción de que son una candidatura que va en serio" para "unirse a Susana el día después" y "conseguir cargos para los suyos".

El escenario que más incógnitas plantea entre los cargos del partido es el de una victoria de Sánchez. Tras el Congreso Federal, por ejemplo, se celebrarán los regionales, donde los barones territoriales tendrán que poner su poder a prueba y someterse a la votación de sus militantes. Algunos, como el castellanomanchego Emiliano García-Page, han vinculado su continuidad al desenlace de las primarias, dando a entender que si el sanchismo vuelve a Ferraz darán un paso atrás. 

Una diputada de la candidatura de Sánchez, preguntada por si promoverían barones alternativos a los actuales, responde que "por ahora" no trabajan en esa dirección: "Es pronto". Esta misma fuente agrega que "los barones viven ahora en una nube" y "se piensan que el partido funciona como hace treinta años" y "pueden dirigir el voto de los militantes". Cuando Sánchez gane, agrega, confía en que la paz se vaya imponiendo en el partido y avisa de los barones "se tendrán que recolocar, porque en los congresos regionales los militantes les eligen a ellos".

¿Cuántas vidas tiene Sánchez?

Pero si inquietante es para el susanismo pensar en una victoria de Sánchez, tampoco la idea de una derrota del ex secretario general les resulta del todo tranquilizadora, especialmente si el resultado es ajustado. El ex secretario general dijo en su primera entrevista tras abandonar Ferraz que, si perdía las primarias, dejaría la política. Después ha evitado repetir ese titular y se ha limitado prometer "lealtad" al próximo número uno. "La verdad es que yo no lo veo yéndose a casa", comenta una diputada muy cercana a Susana Díaz.

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Los afines a la andaluza creen que Sánchez podría intentar otras dos aventuras: la primera, presentarse a las primarias abiertas del PSOE para elegir candidato a la Moncloa. "Si se queda cerca del 40% o lo supera, quedaría vivo para las primarias abiertas, dice esta parlamentaria. El PSOE nunca ha llegado a celebrar una votación para escoger a su cabeza de cartel, pero los estatutos del partido recogen que, si al menos dos personas logran los avales necesarios, se deberían convocar una primarias abiertas en las que votarían no sólo los militantes, sino también los ciudadanos que se inscribieran en el censo.

La otra hipótesis temida por algunos colaboradores de Susana Díaz es que Sánchez pierda, "diga que el PSOE no tiene remedio, y monte una escisión del partido". Los sanchistas niegan ambos escenarios: ni intentará ser candidato a la Moncloa –"si pierde se va a poner detrás del secretario general", dijo esta semana una de sus coordinadoras, Adriana Lastra– ni promoverá la ruptura del partido –"de ninguna de las maneras, no somos revolucionarios irredentos", afirmó Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, otro de los miembros de su equipo.

Los colaboradores de Patxi López, preguntados por el riesgo de escisión, comentan que no lo consideran un escenario probable, pero advierten de que "el discurso de Pedro y el de Susana, tensionando al límite el partido, puede llevar a la frustración a muchos el día después", de modo que consideran que existe un peligro cierto de un gran número de "bajas de militantes" si no se hace un ejercicio de unidad. El PSOE tiene ahora en torno a 187.000 afiliados. Desde 2008, cuando ganó unas elecciones generales por última vez, ha perdido en torno a 50.000.

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