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Sánchez medita su dimisión y abre un debate sobre la campaña de acoso político, mediático y judicial

moción de censura

El PSOE se inclina por la abstención en la moción de censura para escenificar su rechazo a Rajoy

Adriana Lastra y el portavoz del PSOE en el Congreso, José Luis Ábalos, este lunes.

Ibon Uría

El PSOE de Pedro Sánchez ya tiene sobre su tejado una primera pelota: decidir qué votar en la moción de censura presentada por Unidos Podemos contra el Gobierno de Rajoy, que se debatirá a partir del próximo 13 de junio en el Congreso de los Diputados. Y, aunque la decisión no está aún tomada, afines al nuevo secretario general consultadas por infoLibre indican que se inclinan por la abstención y no por el voto en contra.

Sánchez se reunió este lunes con el presidente de la comisión gestora, Javier Fernández. Fue el primer encuentro entre el líder del partido y el número uno de la dirección interina, que se mantiene en sus funciones hasta el 39º Congreso Federal –convocado para los días 16, 17 y 18 de junio– y sigue ostentando por tanto la dirección del PSOE, puesto que Sánchez aún no ha nombrado a su Ejecutiva y carece de poderes plenos.

Sin embargo, y pese a que formalmente los socialistas siguen bajo el mandato de la gestora, será Sánchez quien tome la decisión "final" sobre esa votación. Fuentes del entorno del número uno del PSOE indicaron que ese fue el acuerdo al que se llegó en el transcurso del encuentro con Fernández, que se desenvolvió "en un ambiente cordial y con un tono positivo y constructivo" y se extendió por espacio de aproximadamente una hora. 

Acuerdo en la cuestión de fondo

A preguntas de este diario, varios diputados afines a Sánchez creen que lo más adecuado es abstenerse. El motivo es que existe una "cuestión de fondo evidente": el rechazo del PSOE a las "políticas" y a la "corrupción del PP". Una parlamentaria sanchista opina que no sería "coherente" votar no tras pedir la dimisión de Rajoy, y que no se puede dejar pasar la "oportunidad de reprobar la acción de Gobierno y las tramas que afectan al PP".

El encargado de defender en el Pleno la decisión de voto que se adopte será José Luis Ábalos, nombrado la semana pasada portavoz provisional en el Congreso. Este lunes, Ábalos explicó que es partidario de la abstención, pero limitó su criterio a una "opinión personal como otra cualquiera". El valenciano argumentó que esa sería una "solución compensada", porque Rajoy merece una censura pero la alternativa no está "bien planteada".

El portavoz provisional también sostuvo que la moción de Podemos "no es seria" ni en "su génesis", ni en "su desarrollo", ni en su "posición de alternativa". Ábalos comentó que la propuesta parece buscar "otros propósitos", como "aprovecharse de las circunstancias particulares" del PSOE, y descartó que se consulte a la militancia sobre esta cuestión, entre otras cosas porque ni siquiera hay una "dirección política elegida".

En esos mismos términos se expresó hace unos días la diputada asturiana Adriana Lastra, que junto a Ábalos fue una de las coordinadoras de la campaña de Sánchez en las primarias. "Mariano Rajoy es censurable pero Pablo Iglesias no es presidenciable", resumió Lastra para justificar la negativa del PSOE a votar a favor. Además, agregó que la moción ni concita el necesario "acuerdo" para prosperar no tiene un "programa político".

Discrepancia en las formas

Y es que en lo que también coinciden los socialistas es en la crítica a las formas empleadas por Unidos Podemos, y en especial por Pablo Iglesias, a la hora de plantear la moción. Argumentan, por ejemplo, que es "incoherente" que el grupo morado no apoyara hace un año la investidura de Pedro Sánchez y que ahora, con los mismos números en la Cámara baja, pretenda elegir un nuevo Gobierno.

También censuran que Iglesias no haya "hablado ni negociado" con "nadie" antes de presentar la iniciativa. "Una moción de censura es algo muy serio, y no se solucionan presentándolas por tu cuenta y agarrándote una pataleta después", comenta una diputada, que señala que Unidos Podemos debería haber llegado a acuerdos previos con el resto de grupos antes de plantear la iniciativa si realmente buscaba que prosperase.

"La presentaron a sabiendas de que no tenía ninguna posibilidad de salir adelante", insiste otra parlamentaria socialista, que coincide en que Unidos Podemos tendría que "negociar" antes de presentarla. "Hay además otra cuestión muy clara: somos el segundo grupo parlamentario, y no podemos hacer presidente a Pablo Iglesias. No es serio plantear algo así", subraya.

Distintas estrategias

Durante la campaña de las primarias Pedro Sánchez avanzó que una de las primeras medidas que plantearía sería exigir la dimisión de Mariano Rajoy. Fuentes de su entorno, preguntadas por qué pasaría después y por si él mismo estaría dispuesto a buscar una mayoría alternativa –si un presidente dimite no se convocan automáticamente elecciones, sino que el Congreso elige a otro–, se limitaron a decir que había que ir "paso a paso".

Sánchez tampoco ha descartado presentar una moción de censura encabezada por el PSOE, pero considera que es necesario que existan los consensos necesarios para que prospere antes de presentarla. En su primera conversación con Pablo Iglesias tras ganar las primarias, hace una semana, el líder socialista y el de Podemos constataron que tienen "estrategias diferentes sobre cómo hacer oposición", según fuentes del PSOE.

La iniciativa parlamentaria de Unidos Podemos necesitaría 176 votos a favor para derrocar al presidente del Gobierno y colocar a Pablo Iglesias al frente del Ejecutivo. El grupo morado tiene 71, y por ahora únicamente se inclinan por apoyarla los nueve diputados de ERC y los dos de Bildu. 82 síes en total. Incluso con el apoyo del PSOE, completamente descartado por todos los sectores del partido, faltarían otros 10 votos. 

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Rechazo de la gestora

La gestora del PSOE, por su parte, se inclinaba por el voto negativo. El 2 de mayo, tras anunciarse la moción, el presidente de la dirección interina, Javier Fernández, remitió a Iglesias una dura carta en la que le indicó que la moción no era la "respuesta adecuada" a la situación y le afeó que, tras votar no a la investidura de Sánchez, intentase "regresar como salvador a la escena del crimen".

Este pasado viernes, en una rueda de prensa, el propio Fernández dejó bien claro su rechazo a la iniciativa de la formación morada. "Por mi parte todo está claro, le envié una carta a don Pablo Iglesias y, si quiere, se la remito otra vez con las comas bien puestas", dijo el dirigente asturiano, que semanas atrás recibió críticas por las faltas en la puntuación de la misiva que remitió al líder de Podemos.

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