El futuro de Cataluña

Los soberanistas negocian una elección simbólica de Puigdemont en Bruselas y la investidura de otro presidente en el Parlament

El expresident y candidato, Carles Puigdemont, se reúne este lunes con diputados de JxCat en Bruselas.

El independentismo busca una salida para Carles Puigdemont que desatasque la situación política catalana. La última idea pasa por convencerle de que acepte una designación simbólica sin consecuencias legales ni penales —ni para él ni para quienes participen en ella— y deje así expedito el camino para que otro candidato pueda ser investido president, con todas las garantías, en la sesión del Parlament prevista en el Estatuto de Autonomía de Cataluña.

Esta es, precisamente, la solución que viene proponiendo Esquerra en los últimos días después de haber rechazado desobedecer al Tribunal Constitucional, como quería JuntsxCat, e investir a Puigdemont en el Parlament sin permiso del Tribunal Supremo o de forma no presencial. Aunque a última hora del lunes fuentes de JuntsxCat citadas por Elnacional.cat aseguraban que Puigdemont descarta esta posibilidad.

Los partidarios de esta fórmula pretenden que sea la autodenominada Asamblea de Electos de Cataluña (Aecat), una organización integrada por concejales, alcaldes, diputados, senadores y parlamentarios autonómicos independentistas, quien designe president a Puigdemont. De manera simbólica —la Aecat carece de capacidad para hacerlo— y, lo que es más importante para sus promotores, sin consecuencias legales ni penales para quienes participen en la votación.

El plan puesto encima de la mesa de negociaciones, según las fuentes consultadas por infoLibre, pasaría por convocar la asamblea en Bruselas y allí, con la máxima solemnidad posible y con la participación de miles de cargos públicos catalanes, legitimar la autoridad de Puigdemont. El president destituido sería entonces el encargado de proponer al Parlament el nombre del candidato que tiene que ser sometido a la investidura y que, de acuerdo con este guión, saldría de las filas del grupo parlamentario de Junts per Catalunya. Y aunque legalmente el candidato elegido por la Cámara se convertiría a todos los efectos en el nuevo president, sería Puigdemont, con el fin de vincular legitimidad y legalidad, quien le indicaría la composición del nuevo Govern.

La asamblea de electos a través de la cual el soberanismo debate una solución a la crisis política catalana fue creada en 2016 a instancias de los municipios independentistas precisamente con la intención de tener en la reserva un organismo formado por representantes elegidos en elecciones libres de toda sospecha al que recurrir para dar continuidad al procés independentistaprocés si el Estado impedía la utilización de las instituciones autonómicas, como el Parlament y la Generalitat.

A la Aecat tienen derecho a pertenecer, en teoría, un total de 9.283 personas de todos los partidos, la mayoría concejales, aunque en la práctica sólo cuenta con la participación de electos independentistas. La inscripción es voluntaria y este lunes la lista —sin actualizar— incluía algo mas de 3.600 nombres.

Sobre sus objetivos, dejó pocas dudas el pasado octubre el alcalde de Mollerussa y miembro de la dirección de la Asamblea de Municipios por la Independencia (AMI), Marc Solsona. “Con la Aecat estamos articulando mecanismos por si acaso”, en referencia a los obstáculos que podría poner el Estado a las iniciativas del Parlamento y el Govern de la Generalitat al procés independentista.

La postura de la CUP

Si Puigdemont acepta esta solución, JuntsxCat y ERC tendrán luz verde para negociar un candidato a la Presidencia que, esta vez sí, pueda ser sometido a votación en el Parlament sin oposición del Tribunal Constitucional. Aunque tendrán complicado convencer a la CUP, que rápidamente ha anticipado que, si Puigdemont sólo es elegido de forma simbólica, los acuerdos alcanzados para apoyar la investidura quedarían en papel mojado y las negociación deberían volver a empezar, según fuentes de la formación anticapitalista citadas por La Vanguardia.

El nuevo aspirante, al menos es lo que le gustaría a Esquerra, tendría que ser un diputado o diputada que no haya sido imputado por el Tribunal Supremo en la causa abierta contra el procés para evitar así la inhabilitación que todo el mundo, incluido el Gobierno de Mariano Rajoy, da por hecho que se producirá en apenas dos meses en aplicación de la Ley de Enjuiciamiento de Criminal.

Esa inhabilitación es precisamente una de las claves del acuerdo que se está negociando estos días porque si el president destituido no se echa a un lado y se repiten las elecciones, es muy probable que para entonces habrá muchos dirigentes soberanistas inhabilitados que no podrán presentarse. Incluido, por supuesto, el propio Puigdemont.

El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, confirmó este lunes que a su partido le “suena bien” separar una elección simbólica de Carles Puigdemont en Bruselas, a través de una asamblea de cargos electos y sin efectos ni consecuencias legales, de la investidura prevista en el Estatut.

Lo dijo en rueda de prensa tras la reunión semanal de la dirección de ERC, al ser preguntado por la información de La Vanguardia que adelantó esta negociación. “Si decimos que suena bien es porque da todo el valor al Govern legítimo de Bruselas y lo hace compatible con acabar con el 155”, resumió Sabrià.

El portavoz republicano no quiso, sin embargo, entrar en detalles y se limitó a evaluar positivamente la reunión de ERC y JuntsxCat este fin de semana en Bruselas: “Las conversaciones han sido fructíferas y avanzamos a buen ritmo. Somos optimistas”, informa Europa Press. Los objetivos para Esquerra siguen siendo tres: “restituir” a Puigdemont, formar Govern y acabar con el artículo 155.

Oficialmente, JuntsxCat no hace distingos entre elección simbólica en Bruselas e investidura formal en el Parlament. Su portavoz adjunto en la Cámara catalana, Eduard Pujol, subrayó desde Bruselas, en un paréntesis de la reunión de su grupo parlamentario, que “Presidencia [de la Generalitat] hay una y será la del president (Carles) Puigdemont”.

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El portavoz adjunto del JuntsxCat en el Parlament explicó además que su formación trabaja con ERC y con la CUP para que la investidura sea en la Cámara, informa Europa Press, aunque sin precisar cómo planean hacerla posible tras las condiciones impuestas por el Constitucional.

“Estamos trabajando para la investidura del señor Puigdemont, para un acuerdo de gobierno, para entrar ya en la normalidad de la vida política catalana. Es el compromiso con los electores y es lo que vamos a hacer a tres bandas”, reiteró Pujol.

“Estamos en esto y en las próximas horas vamos a intentar avanzar todo lo que sea posible y a presentar el acuerdo cuando sea posible”, añadió.

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