Convención Nacional del PP

El posible debate sobre el aborto en la convención del PP divide al partido de Casado

El presidente del PP, Pablo Casado, en su escaño del Congreso.

Cuando ganó el congreso extraordinario de sucesión de Mariano Rajoy, Pablo Casado se comprometió a convocar, a la vuelta del verano, una convención ideológica para abordar todos aquellos asuntos que lo precipitado del cónclave no había permitido. La cita será este mes de enero, los días 19, 20 y 21. El Ifema de Madrid acogerá una convención que en la dirección nacional califican de "ágil" y "diferente". Será este el momento en el que el equipo de Casado tendrá que concretar su postura sobre algunos asuntos polémicos como el del aborto. Al menos, a este encuentro han emplazado los principales dirigentes del partido cuando en los últimos meses se les ha demandado que especificaran cuál iba a ser su postura ante una legislación con la que no están de acuerdo. Hasta la fecha, Casado ha defendido la vuelta al "consenso" de la ley del 85.

El debate, puertas adentro del PP, no es nada sencillo. Destacados dirigentes del partido creen que abrir ahora este asunto, que siempre divide a la formación, no es positivo. Máxime si se tiene en cuenta el contexto en el que los conservadores llegan a esta convención: acercándose al discurso de los ultraderechistas de Vox en materia de violencia contra la mujer para lograr el apoyo de los doce diputados del partido de Santiago Abascal en la investidura de Juanma Moreno como presidente de la Junta de Andalucía.

Las fuentes consultadas consideran que, más que unir al partido, este debate reabriría ahora heridas en una formación en la que no pocos no acaban de ver con buenos ojos el giro a la derecha emprendido por Pablo Casado. Un giro apuntalado por fichajes de perfiles muy conservadores como Javier Fernández-Lasquetty –director de gabinete– e Isabel Benjumea, mano derecha de Lasquetty, que fue uno de los consejeros de Sanidad de la etapa de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid.

Así, Casado tendrá que decidir hasta qué punto introduce este tema en el debate en un momento en el que pelea fuerte con Ciudadanos y los ultras de Vox por hacerse con el liderazgo de la derecha.

Cuando anunció la cita, el líder del PP avanzó también que el coordinador de la misma iba a ser el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

Quienes en el PP abogan por no hacer del aborto uno de los ejes de la convención recuerdan que este asunto siempre "reabre heridas" en el PP. Y, además, nunca le hace ganar votos. "En función de cómo se aborde el debate, lo que ganamos por la derecha lo perdemos por el centro. O viceversa", resume un líder regional. Un debate similar al suscitado en los últimos días después de que Casado hablase de "violencia doméstica" o de "denuncias falsas" por maltrato a las mujeres contagiándose del discurso de Vox.

Casado y el "consenso" de 1985 que no fue

En campaña y ahora, cuando le preguntan, el líder de los conservadores destaca que su "compromiso""compromiso" es volver a la Ley del Aborto de 1985.

Recientemente, en una entrevista concedida a laSexta, insistió en que abortar no es un "derecho" y que la legislación de la etapa del socialista Felipe González contaba "con el acuerdo de los dos grandes partidos" y la "aceptación" de la "mayoría de la sociedad". 

A diferencia de esta ley, la de José Luis Rodríguez Zapatero de 2010 "reconoce el aborto como un derecho", destacó.

Frente a la ley de plazos de Zapatero, la de 1985 despenalizaba la interrupción del embarazo en tres supuestos: grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada, violación y en caso de que "se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas".

Casado aseguró en la misma entrevista que la legislación del 85 gozó de "gran aceptación por parte de la mayoría de la sociedad". Pero obvia que ese "consenso" de que habla no fue tal. Lo que Casado afirma de la ley del aborto de 1985 no se corresponde con la realidad. Pese a que el Partido Popular no lo cambió después cuando José María Aznar llegó a la Moncloa, el texto legislativo no fue votado por Alianza Popular, la formación que después daría lugar al PP. Llegó a presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional que derivó en algunos retoques en el texto.

También el secretario general del PP, Teodoro García Egea, se ha pronunciado en los últimos meses al respecto. En una entrevista concedida a la agencia Efe a finales del pasado septiembre, avanzó que su partido presentaría una iniciativa legislativa de "protección" de las embarazadas para darles "el mayor apoyo psicológico y económico" para evitar los abortos.

El fin de la carrera política de Ruiz-Gallardón

El caso de Alberto Ruiz-Gallardón es una muestra perfecta de cómo el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo divide al PP. 

En su etapa de ministro de Justicia recibió de Mariano Rajoy el encargo de hacer una propuesta de reforma de la ley de plazos de Zapatero. El borrador propuesto no generó los consensos necesarios y el expresidente del Gobierno decidió dar marcha atrás. Entre otras cuestiones, en las primeras propuestas eliminaba el supuesto de malformación del feto.

En su lugar, el PP anunció una reforma de la legislación de plazos para establecer que las menores de 16 y 17 años necesitasen del consentimiento paterno a la hora de interrumpir su embarazo. Era 23 de septiembre de 2014. Horas después de este anuncio, Ruiz-Gallardón decía la última palabra abandonando la política.

Casado alaba el "consenso" de la ley sobre el aborto del 85... que AP votó en contra y llevó al Constitucional

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"No es un tema fácil en el PP. A Gallardón le costó el ministerio", valora un diputado. El también exalcalde de Madrid dejaba la política en un momento en el que era fijo en las quinielas para la sucesión de Mariano Rajoy al frente del PP.

La división también se vio en las votaciones de la reforma en el Congreso y el Senado, donde algunos parlamentarios rompieron la disciplina de voto.

Para cerrar el círculo, el Tribunal Constitucional lleva más de ocho años con la tarea pendiente de resolver el recurso contra la ley de 2010 de Zapatero presentado por el Partido Popular. Aquí surge otra corriente interna dentro del partido de Pablo Casado: la que demanda que se espere a un pronunciamiento antes de dar pasos en una u otra dirección.

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