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Educación

Vox mete su batalla contra la "ideología de género" en los colegios de Andalucía

Los consejeros de Economía (Rogelio Velasco) y Hacienda (Juan Bravo) y el portavoz parlamentario de Vox en Andalucía, Alejandro Hernández, este miércoles en la firma del acuerdo.

PP, Cs y Vox pactaron este miércoles su segundo presupuesto andaluz en cuatro meses. El primero, el de 2019, lo sellaron el 13 de junio, después de que el partido de extrema derecha retirase la enmienda a la totalidad tras lanzar un órdago que demostró a todos que tenía la llave. Vox obtuvo logros como la eliminación de la "nomenclatura de transversalidad de género", la puesta en marcha de un teléfono contra la "violencia intrafamiliar" y la creación de un órgano de colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil para coordinar políticas contra la inmigración irregular. Esta vez no hubo ni siquiera enmienda a la totalidad. Ni órdagos, ni desafíos públicos. Todo como la seda.

Esta vez, aparte de las clásicas medidas de alto impacto mediático marca Vox, el acuerdo introdujo una de calado político y educativo: el compromiso de que los padres puedan decidir si sus hijos participan o no en las actividades escolares complementarias, necesitando los centros una "autorización expresa de las familias". La medida, que Vox llama "pin parental", responde a la idea del partido de ultraderecha de que en la escuela se imparten contenidos "ideológicos" que afectan a la moral y la sexualidad y que los padres tienen el derecho a que sus hijos no reciban esa formación. El "pin parental", planteado desde una óptica conservadora de la moral sexual, plantea serios interrogantes logísticos e incluso legales. ¿Qué hacer si un padre no autoriza la participación de un niño en un actividad obligatoria en horario lectivo? No hay respuesta con el acuerdo, cuatro líneas sin ningún tipo de concreción.

Pero este miércoles era, para los partidos de la mayoría derechista andaluza, un día de celebración, no de detalles sobre la aplicación de las medidas acordadas. Los partidos del presidente andaluz, Juanma Moreno (PP), su vicepresidente, Juan Marín (Cs), y Vox ampliaron su acuerdo –el de junio ya incluía compromisos para el 2020– reafirmando la vigencia de su alianza y sellando un nuevo documento, con numerosas reiteraciones, varias actualizaciones y alguna novedad, para un total de 34 medidas.

Entre las novedades estaba el punto 19, titulado "Autorizaciones de las familias en actividades complementarias en el sistema educativo". Dice así: "Se procederá a impulsar la igualdad de oportunidades en el sistema educativo que permita a las familias educar a sus hijos en libertad, sin imposiciones de ningún tipo, mediante el establecimiento de una autorización expresa de las familias para la participación de sus hijos en actividades complementarias, en base a los preceptos consagrados en la Constitución española".

infoLibre trasladó a Vox la pregunta de si esto es lo que el partido llama el "pin parental". La respuesta fue una sola palabra: "Sí". El partido presumía de ellos en las redes sociales.

Un anhelo de Hazte Oír y Vox

El "pin parental" es un anhelo de Vox y de organizaciones ultraconservadoras como Hazte Oír y Profesionales por la Ética. Campañas como "Mis hijos, mi decisión" pelean por la introducción del "pin parental" en las aulas. La reivindicación parte de la base de que en las escuelas públicas se produce un "adoctrinamiento en ideología de género", a través de contenidos "morales" y "afectivo sexuales", según Vox.

"El pin parental –explica el partido en su página web– es una solicitud que va dirigida a los directores de los centros educativos en los que estudian nuestros hijos, con tal instancia solicitamos a la dirección que nos informe previamente, a través de una autorización expresa sobre cualquier materia, charla, taller o actividad que afecte a cuestiones morales socialmente controvertidas o sobre la sexualidad, que puedan resultar intrusivos para la conciencia y la intimidad de nuestros hijos, de tal modo que como padre o madre pueda conocerlas y analizarlas de antemano, reflexionar sobre ellas y en base a ello dar mi consentimiento o no, para que nuestro hijo asista a dicha formación". El "pin parental" que defiende Vox supone que, si los directores no han informado previamente a los padres de la actividad, el alumno quede eximido de participar en ella si considera es "intrusiva" para la "conciencia".

Madrid y Murcia

Está por ver cómo se aplica ahora esta medida en Andalucía. En la Región de Murcia, donde también fue acordada por PP, Cs y Vox, está dando problemas e incluso causando fricciones entre los socios. En Región de Murcia el acuerdo dice: "Los padres tienen derecho a ser informados y poder elegir el tipo de educación moral que reciban sus hijos. Se garantizará obligatoriedad de consentimiento expreso con el objeto de que los padres puedan decidir la asistencia o no de sus hijos a enseñanzas, charlas, talleres o actividades escolares no regladas relacionadas con contenidos éticos, sociales, cívicos, morales o sexuales". En la Comunidad de Madrid, con una mayoría parlamentaria similar a las de Andalucía y Murcia, no se ha acordado nada parecido. Hay una apelación a la "libertad" de los padres para elegir la educación de sus hijos, pero no se establece la autorización familiar como requisito para las actividades.

Vox es un partido con ideas próximas al nacionalcatolicismo, radicalmente contrario al aborto y al feminismo, que considera que no se debe enseñar que hay niños transexuales. Una corriente interna, en la que se encuentra Francisco Serrano, presidente del grupo de Vox en Andalucía, sitúa estos temas en la cabecera de las prioridades del partido. El juez ha puesto el grito en el cielo, por ejemplo, por que se enseñe lo que él llama el "mapa del clítoris". Es el tipo de actividad que Vox quiere que los padres puedan evitar a sus hijos. Serrano defendió en mayo una iniciativa por la "libertad educativa", que fue aprobada con el apoyo de PP y Cs, durante cuyo debate afirmó que en los colegios se "promueven relaciones homosexuales entre niños menores de diez años". La figura más reconocible de este sector de Vox que asegura querer "defender a nuestros hijos" es Rocío Monasterio, que en mayo aseguró: "A nuestros niños, con 8 años, se les dan unos cursillos en los que se les dicen que tienen que probar a ser niña, a la niña ser niño y probar nuevas prácticas sexuales y enseñárselas a las demás. Hablan de zoofilia, parafilia...". Ese es el sustrato ideológico del que brota el logro de Vox en el acuerdo presupuestario de 2020.

Estabilidad

Representantes de los tres partidos reivindicaron, tras la firma del acuerdo, la estabilidad de la alianza PP-Cs-Vox, en contraste con la inestabilidad existente a nivel estatal. Mientras los partidos de ámbito progresista hacen campaña con la confianza rota, especialmente entre los dirigentes del PSOE y de Unidas Podemos, el Gobierno andaluz de las "tres derechas" –o "trifachito", como lo llaman tanto Susana Díaz como Teresa Rodríguez–, el primero apoyado por las tres marcas conservadoras, ya tiene su relato: estabilidad, confianza, tranquilidad, pacto... El propio acuerdo exalta por escrito la "generosidad" de los tres partidos, cuya "cooperación" convierte a Andalucía en una "isla de seguridad y confianza". De la misma manera que PP y Cs sellan un acuerdo que reconoce el papel de Vox –formación ultraderechista que tiene el rechazo del espectro político liberal europeo–, el partido de Santiago Abascal pone su rúbrica a un acuerdo que admite expresamente los "importantes beneficios" que para Andalucía está teniendo el Ejecutivo presidido por Moreno. Quid pro quo.

El acuerdo de junio demostró que Vox está por la batalla político-cultural, más que por la incidencia presupuestaria pura y dura. Sus exigencias para el presupuesto de 2019 sumaban poco más de 2,1 millones de euros, un 0,005% por ciento del presupuesto, que ascendía a casi 36.500 millones de euros. Para el partido de Santiago Abascal, que tiene en Andalucía como principal referente al portavoz parlamentario, Alejandro Hernández, y al presidente del grupo, Francisco Serrano –figura declinante políticamente–, lo importante no eran los números, sino los logros simbólicos en sus temas: inmigración, memoria, género, identidad nacional, tradiciones... En el pacto de antes del verano se acordó la retirada de 600.000 euros para la atención a inmigrantes; la creación de un programa escolar específico sobre el descubrimiento de América; la introducción de una limitación para el acceso a subvenciones a las asociaciones de memoria; una línea de subvenciones para andaluces afectados por la "inmersión linguïstica"...

Caza en los colegios

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Vox reafirma su apuesta por esta vía: impacto ideológico y batalla cultural, más que detalle presupuestario. El acuerdo suscrito este miércoles por los consejeros de Hacienda, Juan Bravo (PP), y Economía, Rogelio Velasco (Cs), así como por el portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, sigue ese rumbo. Lo tienen fácil. A lo largo de la presente legislatura, los tres partidos conservadores han acreditado un alto nivel de coincidencia en los temas básicos: educación, sanidad, fiscalidad... [ver aquí un análisis de las votaciones en el Parlamento de Andalucía]. Con eso no hay excesivas tensiones. Si acaso, Vox utiliza los debates para exhibir una veta de mayor radicalismo, con una apuesta a un más rotunda por la eliminación o supresión de impuestos y por la liberalización de la oferta educativa. A la hora de la verdad, hay acuerdo.

Las 34 medidas del pacto de este miércoles son un reciclado de las de junio, con algunas novedades llamativas como el llamado "pin parental", siempre en la misma línea de búsqueda del impacto ideológico. Por ejemplo, con la caza. Vox ha logrado que se apruebe el impulso de un programa de actividades sobre caza en los colegios andaluces, además de un impreciso "fomento de las escuelas taurinas".

El acuerdo incluye también un refuerzo de la seguridad en los centros para menores inmigrantes, un programa de apoyo a afectados por ocupaciones de viviendas y otro para mujeres embarazadas "en dificultades", así como deducciones para familias numerosas. Se trata de temas con sello Vox, que permiten a la formación de Abascal –este mismo miércoles ya sus portavoces ya lo empezaron a hacer– reivindicarse ante su electorado como un "voto útil" con medidas vistosas y baratas. Los números y el diseño de las políticas de mayor impacto los hacen PP y Cs. Y Vox asiente.

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