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La nueva legislatura

PSOE y UP buscan un acuerdo con Esquerra que incluya las bases para sacar adelante los Presupuestos de 2020

José Luis Ábalos, Adriana Lastra, Gabriel Rufián y Carolina Telechea, en una imagen de archivo.

PSOE y Unidas Podemos intentarán atraer a Esquerra a un acuerdo que no se limite a la apertura de un diálogo sobre el conflicto territorial sino que comprometa “las bases” del apoyo de los republicanos a los Presupuestos Generales del Estado para 2020. Así lo confirmaron a infoLibre fuentes de la negociación. Sacar adelante las cuentas públicas después de un año con presupuestos prorrogados será la prioridad del Gobierno de coalición si Pedro Sánchez consigue superar la investidura.

Tanto el presidente en funciones como el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, desean armar no sólo una mayoría suficiente para una investidura que desbloquee la legislatura sino una alianza de izquierdas que garantice cuatro años de estabilidad y políticas progresistas. Se trata de evitar lo ocurrido en febrero, cuando la ausencia de un acuerdo marco con los republicanos tumbó el proyecto de Presupuestos para 2019 y acabó provocando la convocatoria de elecciones anticipadas.

Eso es precisamente lo que reclamó este viernes el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, en una comparecencia ante los medios en Oviedo. Además de un acuerdo de gobierno y de investidura, señaló, “no estaría de más que también se incluyese un acuerdo presupuestario”. Esquerra, añadió, “debe ser consciente de que los trabajadores de Cataluña como los de Asturias o Madrid necesitamos esos cambios de los que hablamos con un Gobierno de izquierdas". Y ningún partido político de izquierdas, destacó, "tiene el derecho de privarnos a la mayoría de ciudadanos de España de poder tener un Gobierno que transforme”.

En los últimos días, Sánchez e Iglesias están avanzando en la definición de los principales "elementos estructurales” del nuevo Gobierno, según las mismas fuentes. Y mientras tanto, también con mucha discreción, PSOE y Esquerra siguen dando pasos para que los republicanos faciliten la investidura. De momento, como anticipó el diario Naciódigital este viernes, ya han iniciado la tarea de designar a los dirigentes llamados a encontrar una fórmula aceptable tanto para Esquerra, que pide una mesa de diálogo en la que todos los asistentes tengan derecho a plantear lo que deseen, incluida la posibilidad de celebrar un referéndum de autodeterminación, como para el PSOE, que quiere mantener los temas de discusión en el marco de la vigente Constitución.

Por parte socialista participarán la vicesecretaria general, Adriana Lastra;el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, y un tercer representante que podría ser el número tres del PSOE, José Luis Ábalos, o la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo.

En representación de Esquerra se sentarán a hablar el portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, la secretaria general adjunta, Marta Vilalta, y el diputado autonómico Josep Maria Jové, número dos de la Vicepresidencia del Govern en la etapa de Oriol Junqueras.

Las consultas

PSOE y Esquerra han quedado en hablar a partir del martes. Para entonces ya estarán resueltas las consultas a las bases convocadas por los actores principales del posible acuerdo, incluida la de ERC, que tendrá lugar el lunes.

En el caso de los socialistas están llamados a votar un total de 178.600 militantes del PSOE, PSC y las Juventudes de las dos formaciones en una consulta que comenzó este viernes, concluirá a las 20.00 horas del sábado y cuyo resultado es vinculante.

Es la primera vez que el PSOE supedita a la militancia, tal y como establecen sus estatutos desde 2017, la decisión de gobernar en coalición con otro partido.

La dirección socialista da por seguro el aval al preacuerdo con Unidas Podemos, pero es muy consciente de que su éxito depende sobre todo de la participación. En 2016, en una consulta no vinculante sobre el acuerdo con Ciudadanos, participó el 51,68% de los militantes.

La consulta de Podemos comenzará este sábado y se prolongará hasta el martes. En julio, cuando Iglesias planteó la línea roja de la coalición, votó a favor el 70%, con una participación del 26% de los 519.000 inscritos en la organización. La de Izquierda Unida comenzó el viernes y durará hasta el domingo.

Prudente optimismo

PSOE y Unidas Podemos aguardan con prudente optimismo la posibilidad de encontrar, de común acuerdo con Esquerra, una fórmula que permita desbloquear no sólo el inicio de la legislatura sino el callejón sin salida en que permanece atascada la situación política en Cataluña.

Más allá de la mesa de negociación sobre el conflicto, las fuentes consultadas por infoLibre aseguran que Esquerra lo que quiere es garantizarse una “interlocución privilegiada” entre ERC y el PSOE. Un objetivo que no puede ser ajeno a la pugna que sostiene con Junts per Catalunya por el liderazgo del espacio político soberanista y que obligará a Pedro Sánchez a recuperar el discurso de reconocimiento de la pluralidad de España con el que ganó las primarias y selló la estrecha sintonía que desde entonces mantiene con los socialistas catalanes.

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Otra cosa es Junts. Fuentes de la negociación consideran la posibilidad de negociar su abstención a cambio de facilitarles tener grupo parlamentario propio en el Congreso, lo que les permitiría no sólo mejorar su visibilidad en la Cámara saliendo de las apreturas del Grupo Mixto sino acceder a mejores condiciones de financiación. La portavoz de la antigua Convèrgencia, Laura Borràs, podría considerar esta oferta, según las fuentes citadas, pero todo indica que el líder de la organización, Carles Puigdemont, sigue defendiendo la necesidad de mantener posiciones inflexibles.

En esa línea, y siguiendo una estrategia que muchos en Esquerra interpretan como un intento de reducir el ya de por sí estrecho margen que existe de llegar a un acuerdo con el PSOE, la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, envió este viernes una carta a la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, en la que le solicita formalmente una mesa de diálogo con el Ejecutivo central para hablar del derecho a la autodeterminación y de la libertad de los presos independentistas.

El desencuentro entre Junts y Esquerra, patente desde hace mucho tiempo, se agudizará con toda probabilidad en los próximos días cuando el Parlament vote la propuesta de resolución con la que el independentismo pretendía dar una respuesta unitaria a las condenas dictadas por el Tribunal Supremo. Esquerra defiende sacar adelante el texto tramitado en la Cámara, sin las expresiones anuladas por el Tribunal Constitucional, pero tanto Junts como la CUP han presentado enmiendas donde las recuperan con la intención de desafiar abiertamente la prohibición de reclamar la autodeterminación de Cataluña o reprobar a la monarquía.

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