Coronavirus

Del semáforo catalán al mapa serológico madrileño: así preparan las comunidades la desescalada en las residencias

Una persona conversa con sus padres a través de una ventana habilitada en una residencia de mayores.

La desescalada se ha incorporado al lenguaje cotidiano de la ciudadanía, también en las residencias de mayores. Los centros, marcados por una deficiente gestión previa, se han constituido como una de las esferas más perjudicadas por los efectos del covid-19. Precisamente lo delicado de las personas de mayor edad que habitan estos espacios obliga a una mirada especialmente cuidadosa a la hora de organizar la vuelta progresiva a la normalidad. Los detalles relativos a la desescalada en las residencias dependen de las comunidades autónomas y cada una ha cogido las riendas para organizar su propia hoja de ruta.

Este sábado, el Ministerio de Sanidad publicó una nueva orden ministerial por la que altera algunos de los criterios básicos a seguir, también en lo que respecta a los mayores. En el anexo del texto, se indica que las comunidades "podrán permitir en su ámbito territorial la realización de visitas a los residentes y centros residenciales de personas mayores, así como la realización de paseos por los residentes". En todo caso, insiste, corresponderá a las comunidades "establecer los requisitos y condiciones en las que se deben realizar dichas visitas y paseos".

Del semáforo catalán al mapa serológico madrileño

Cataluña, con territorios en la fase 1 y otros en la fase 2, ha diseñado un plan de desescalada en las residencias que hizo público el pasado viernes. Con el fin de organizar el estado de cada centro, la Generalitat ha optado por realizar una clasificación basada en los contagios registrados. Como una suerte de semáforo, los centros verdes serán aquellos libres de contagio y con circuitos, aislamiento y sectorización de los espacios; los centros naranjas serán los que avalen encontrarse en proceso de aplicar las medidas recomendadas y aquellos rojos tendrán que ver con un elevado número de usuarios contagiados. El pasado viernes, un total de 472 centros quedaban clasificados como verdes, 392 naranjas y 103 rojos, mientras que un total de 87 estaban pendientes de clasificación.

Las visitas de familiares se realizarán de forma gradual. En un primer momento, se priorizan las visitas de acompañamiento y apoyo al final de la vida, para a continuación dejar paso a las visitas de residentes en situación de enfermedad crónica. Ambas tipologías se vendrían realizando en la fase cero y uno de la desescalada. En la fase dos ya se produce una generalización de visitas a todo tipo de residentes, mientras que en la tercera etapa se permiten las visitas de familiares en zonas exteriores del centro residencial.

En todo caso, el Govern de Cataluña no permite visitas a los centros que aún no muestren un control adecuado de la infección, de modo que se ha optado por dar prioridad a aquellas consideradas como limpias, en las que exista un sector considerado como limpio y a aquellos residentes sin enfermedad en centros residenciales afectados, pero en situación estable.

En la Comunidad de Madrid, el protocolo confeccionado y remitido a las residencias el pasado viernes prevé una "valoración individualizada de cada centro residencial" con el fin de realizar una desescalada por fases, teniendo en cuenta "la situación de la residencia y mediante una evaluación continua". En una primera fase, los centros deberán contar con todo el equipamiento de seguridad necesario, además de mamparas para la separación de espacios y termómetros para la toma de temperatura, entre otras herramientas. Se designará igualmente un profesional de referencia en cada centro residencial, con el fin de mantener contacto permanente con los profesionales y realizar un seguimiento del estado de salud de los residentes.

En esta primera fase se impulsará la reactivación de actividades fisioterapéuticas y ocupacionales para los residentes que más lo necesiten "por deterioro físico o cognitivo y según prescripción médica", además de otras actividades complementarias como peluquería o podología. También se pondrán en marcha los comedores, en base a la distancia de seguridad y estableciendo turnos. Los residentes podrán disfrutar de los espacios comunes al aire libre, con supervisión directa y siempre que lo estime un profesional sanitario.

Las visitas comenzarán a partir de la fase dos. Entonces, se permitirá una visita por residente para aquellos que hayan resultado negativo en la prueba de coronavirus y en espacios designados para tal efecto. Serán fundamentales las medidas de protección y la cita previa. En la última fase, se ampliarán las visitas y actividades de los centros residenciales "paulatinamente" y siempre que "las medidas adoptadas no supongan un aumento de los casos".

Los nuevos ingresos se permitirán siempre que el centro no haya registrado nuevos casos positivos en los últimos siete días o, en caso de haberlos tenido, se encuentren en zonas de aislamiento diferenciadas. Igualmente el nivel de ocupación del centro no debe superar el 90% de su capacidad y cada nueva alta deberá haber realizado un test con resultado negativo en las últimas 72 horas. En caso contrario, se procederá a un aislamiento de catorce días.

La Consejería de Políticas Sociales, Familia, Igualdad y Natalidad recuerda, en un documento oficial, que "esta previsión es orientativa y no tiene carácter exhaustivo", sino que depende de la "evolución de la situación" de cada centro y del estado de alarma, por lo que es "susceptible de cambios y modificaciones". La Comunidad de Madrid iniciará "en las próximas semanas un mapa serológico de los residentes y trabajadores de los centros sociosanitarios" para definir los tiempos y detalles de la desescalada.

Etapas, cita previa y nuevos ingresos

Galicia apuesta por una "reapertura gradual y flexible" con dos condiciones previas: que el centro no cuente con ningún caso de coronavirus en los últimos quince días y que el concello donde se sitúe registre un máximo de tres nuevos casos por cada cien mil habitantes. "Sobre el 80% de las residencias cumplen estos requisitos", señalaba la Xunta de Alberto Núñez-Feijóo el pasado 15 de mayo. El plan tejido por el Gobierno autonómico pasa por tres etapas, con quince días de transición entre cada fase, excepto para los centros con menos de 60 plazas, en cuyo caso el plazo se reducirá a los diez días. Para pasar de una etapa a otra, será necesario que el centro cuente con un informe favorable de la autoridad sanitaria.

La primera etapa permite una visita por semana y siempre con cita previa. Además, da vía libre a los paseos en grupos de un máximo de cinco personas, en el entorno de la residencia y a una distancia no superior a un kilómetro. En el centro quedan permitidas las actividades individuales y en grupos de diez personas. También en esta fase inicial se volverán a activar los nuevos ingresos, siempre con la realización de una prueba para confirmar la ausencia de contagio tres días antes de la incorporación.

Durante la segunda etapa se mantendrá la misma dinámica de visitas, pero las "personas autónomas podrán realizar salidas a la farmacia y al banco", preferiblemente a primera hora de la mañana, mientras que en la tercera fase prevé recuperarse "por completo el régimen de visitas con el que contaba la residencia antes de la pandemia". En caso de registrar algún positivo, la reactivación quedaría suspendida y se volverían a confinar a aquellas personas contagiadas.

Apuestan también por las etapas y por una clasificación de las residencias en Castilla y León. Las residencias quedarán catalogadas en tres apartados: sin covid-19, mixtas y con covid-19. Cada centro, además, deberá contar con una zona de cuarentena, con al menos un 5% de las plazas y habitaciones individuales, una zona libre de covid-19 y finalmente, en su caso, una zona covid-19 para residentes con infección confirmada. La desescalada deberá someterse a una evaluación periódica que refleje la actividad en cada etapa, el uso de los espacios y el número de visitas, entre otras cuestiones.

La "organización de la vida dentro del centro de la desescalada" deberá ser "lo más parecida a la vida de cualquier persona en su propio hogar". En base a tal premisa, el Ejecutivo de Castilla y León prepara una primera etapa que "se puede iniciar en cualquier momento" con salida de las habitaciones y apertura de espacios. En esta fase inicial no se permiten visitas, salvo "las mantenidas por razones de humanidad ante un fallecimiento inminente". En las residencias sin covid-19 o en las zonas sin infección de residencias mixtas se permiten las salidas y se abrirán las zonas comunes para la realización de actividades. Será obligatorio el uso de mascarillas quirúrgicas en las zonas comunes, la distancia de dos metros y los paseos al aire libre serán por un tiempo máximo de entre 30 y 60 minutos "o lo que determine el centro". En las residencias mixtas, las personas asintomáticas podrán salir de las habitaciones, siempre con mascarilla, a las zonas exclusivas para este grupo, mientras que los residentes de la zona sin covid-19 contarán con actividades propias.

En la segunda etapa se procederá a una reactivación de las actividades interpersonales a menos de dos metros, no antes de siete días después de la primera fase y sólo si ha sido exitosa. Se habilitarán diferentes zonas para reanudar progresivamente las actividades y, en añadido, se permitirán nuevos ingresos, con pruebas diagnósticas tres días antes de la entrada. En cuanto a las visitas, serán siempre con cita previa, una sola persona al día por residente y en una franja horaria de mañana o tarde. Se realizarán preferiblemente al aire libre, con mascarillas quirúrgicas, distancia de dos metros y por un tiempo de entre 30 y 45 minutos.

El protocolo trazado en Cantabria permite las visitas de familiares, con cita previa y un único familiar por residente también. Cada centro deberá establecer una vía de acceso y un circuito seguro, además de organizar una agenda con un número máximo de visitas diarias en función de su aforo. Los familiares tendrán que firmar una declaración confirmando no presentar sintomatología compatible con el covid-19. Las actividades grupales se realizarán en espacios comunes o abiertos privados, respetando la distancia física y las medidas de higiene. Algunos servicios, como los de peluquería y podología, podrán ser reanudados con cita previa.

En cuanto a las nuevas altas, también deberán realizar una prueba diagnóstica y permanecer quince días en vigilancia. Los nuevos ingresos se efectuarán, en todo caso, siempre que el centro no haya presentado nuevos casos positivos confirmados en los quince días previos.

Visitas progresivas y en casos excepcionales

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La Consejería de Derechos Sociales del Gobierno de Asturias ha trazado un protocolo específico para la fase dos de la desescalada, dirigido a los familiares de residentes con un grave deterioro cognitivo. Se trata de un sistema rotatorio diseñado para que los residentes puedan recibir a sus familiares con garantías sanitarias. El protocolo prohíbe el acceso a las residencias con casos positivos, pero sí los autoriza en aquellos centros sin personas infectadas. De acuerdo al plan, cada residente podrá recibir una visita al día, programada con el centro y en distintas franjas horarias. Se hará "mediante un sistema rotatorio con el fin de garantizar que todas las personas que viven en estos equipamientos puedan ver a sus familiares". La consejería se inclina por que el visitante sea siempre la misma persona e insiste en extremar las medidas de higiene y seguridad.

Del mismo modo, Navarra permite únicamente las visitas en supuestos excepcionales, como el final de la vida o en casos de grave deterioro del usuario. Sin que se permita la entrada se podrá valorar el contacto visual y verbal entre familiares y residentes, en el entorno del centro. En este caso se deberá respetar el distanciamiento físico y se organizará con un sistema de cita previa. A partir del 1 de junio "se estudiará la posibilidad de permitir las visitas en centros de personas mayores, cumpliendo los requisitos que se valoren idóneos para minimizar el riesgo de contagio".

Otras comunidades como Castilla-La Mancha o Canarias han decidido evitar por el momento las visitas del exterior, mientras que en Illes Balears se permitieron desde la entrada en la primera fase.

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