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La revolución no está de moda

Estos últimos días ha finalizado la temporada regular en las cinco grandes cadenas de televisión en abierto en Estados Unidos. Toca ahora hacer balance de lo ocurrido y adelantar lo que va a venir en los próximos meses. Respecto a lo que hemos podido ver esta temporada, la primera conclusión es que se mantiene la regla básica de la televisión: fracasar es lo normal. En las últimas siete temporadas en los canales en abierto se han estrenado hasta 281 series. De todas ellas, casi 2 de cada 3 se han cerrado tras sus primeras emisiones (un 63,7%). Han sido un rotundo fracaso.

Desde septiembre de 2015 hasta este mes de junio de 2016 se han estrenado 40 series diferentes. Sólo 17 de ellas continuarán la próxima temporada. 23 se quedan en el camino. El dato ha llamado la atención porque va en línea con la anterior, con un índice de fracaso menor que en los últimos años.

Se han dado varias explicaciones a este hecho que indica que las cadenas cierran ahora menos series de lo que antes hacían ¿Es porque son mejores? No lo parece. La interpretación que se da es doble. Por un lado, el mercado de la reemisión de series en las plataformas de pago no hace más que crecer. Pero sólo se pueden vender aquellas que tengan un número significativo de emisiones (al menos 65, es decir 3 temporadas). Ninguna plataforma quiere comprar series manifiestamente fracasadas y con pocos episodios disponibles. Así que las cadenas en abierto tienden a proteger las producciones realizadas por sus propios estudios para buscar rentabilizarlas en el mundo del pago. En segundo lugar, también parece pesar el hecho de que la competencia de las series originales de las plataformas de pago es cada vez más intensa. Las otrora poderosas cadenas en abierto tienen cada vez menos confianza en sus propias posibilidades y año a año parecen bajar los niveles de exigencia de sus parrillas. No siempre están seguros de que puedan mejorar con un nuevo proyecto los registros medio-buenos o medio-malos de algunas de sus producciones.

También hay series que pese a haberse mantenido durante varias temporadas han perdido el apoyo de la audiencia y la confianza de los directivos. La semana pasada hablábamos del final de Castle. Otros títulos conocidos la acompañan en el listado de defunciones: Person of Interest, The Mysteries of Laura, Mike & Molly o, el cierre más polémico del año, Nashville. La serie ambientada en la capital del mundo del country cuenta con un numeroso grupo de fans acérrimos, incluso en España, pero no lo suficientemente grande como para mantenerla con vida. Los productores de Nashville están intentando estos días conseguir que alguna plataforma de pago se anime a continuar la producción que la cadena ABC ya ha anunciado que no volverá a emitir.

Estas últimas semanas, en los Upfronts de Nueva York, dirigidos a los anunciantes, y en los Screenings de Los Ángeles, para los compradores de todo el mundo, se han presentado las apuestas de las cadenas y productoras estadounidenses para la próxima temporada. Es un hábito tradicional de la industria norteamericana que nada tiene que ver con el funcionamiento de nuestro mercado. Sin que nadie sepa qué es lo que va a ser éxito o no en el futuro, los anunciantes y los compradores internacionales han tenido que decidir cuáles son sus elecciones. Es un buen método de venta. De esta manera, se consiguen incluso vender de antemano series que luego fracasarán y que en ese momento no habría manera de colocárselas a nadie.

El balance parece claro: La revolución no está de moda. Es más, las series de la próxima temporada nos van a traer recuerdos del pasado. De hecho, la corriente más extendida parece ser la de actualizar títulos clásicos del cine, como Training Day (Día de Entrenamiento), Taken (Venganza), El Exorcista o Arma Letal.

Esta mirada conservadora al pasado también apuesta por recuperar éxitos televisivos en nuevas versiones o con continuaciones actualizadas. Tal es el caso del regreso de MacGyver; de nuevos episodios de 24, aunque sin Jack Bauer; o de una puesta al día de Prison Break, que recupera buena parte de su casting original.

Respecto a coincidencias temáticas, lo más llamativo para todo el mundo es que hasta tres cadenas, ABC, NBC y FOX coinciden en lanzar series sobre máquinas del tiempo y viajes al pasado. Una es una comedia, Making History, y las otras dos, dramas: Timeless y una basada en la clásica novela de H.G. Wells, Time After Time.

Otra novedad es este año una contratendencia. Por vez primera, en las últimas temporadas, las cadenas en abierto han dejado de apostar por series basadas en héroes del comic, que no han conseguido ni de lejos repetir el éxito del género en la gran pantalla. La que sí que vuelve, una vez más, es la excesivamente prolífica Shonda Rhimes, que esta vez se presenta con una secuela de Romeo y Julieta, interracial y rodada en Salamanca. También regresa un hombre de moda, Matt LeBlanc, el célebre Joey de Friends. Este año se emitirá la temporada final de su extraordinaria serie de cable, Episodes. Pero, además debuta con una comedia de corte clásico Man With A Plan.

Mejor pinta tiene la temporada de verano en el mundo de la televisión de pago. De manera tradicional, los principales canales de cable aprovechan el período estival para lanzar algunas de sus mejores producciones. Pretenden aprovechar, de esta manera, la bajada de competitividad de las grandes cadenas en abierto. Así pueden aumentar la capacidad de difusión de sus campañas promocionales.

Este año se estrena una docena de producciones diferentes de todo tipo de géneros. Además, está previsto el lanzamiento de nuevas temporadas de títulos ya consolidados como Orange Is The New Black, Ballers o la esperada segunda temporada de Mr. Robot.

Seguramente, el título más esperado es Roadies, la serie creada por Cameron Crowe que recuerda el espíritu de su célebre película Almost Famous. Se estrena a finales de este mes y es de suponer que podremos verla en nuestro país sin mucha dilación. Los protas son Luke Wilson y Carla Gugino. Está ambientada en el mundo del rock de los años 70 y muestra la parte trasera del escenario, lo que se mueve en torno a una banda ficticia llamada Staton-House Band. JJ Abrams figura también como Productor Ejecutivo.

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Esta semana se ha estrenado en EEUU y en Fox España otra novedad importante. Se trata de Outcast, la nueva serie de Robert Kirkman, el afamado creador de The Walking Dead, basada en su propio comic. Ahora deja de lado los zombies y se mete en el mundo de las posesiones demoníacas. La semana próxima también se lanza en el canal TNT otra previsible producción digna de ver. Se trata de la versión americana de la exitosa serie australiana Animal Kingdom. Se lanza con el mismo título y con Ellen Barkin al frente del reparto, como gran jefa de un clan mafioso. Su nieto, al que apenas conoce, va a vivir con ella una vez que ha muerto su madre de una sobredosis. La adaptación está producida por John Wells (El Ala oeste de la Casa Blanca, Urgencias, Shameless) que se encarga de dirigir personalmente los primeros episodios.

HBO también tiene previstos algunos lanzamientos para este verano de nuevas producciones. Quizá la más prometedora se titula The Night Of. Es una historia de investigación policial tras una muerte en extrañas circunstancias. Originalmente era el proyecto que tenía decidido afrontar James Gandolfini como vuelta a HBO tras el cierre de Los Soprano. Tras su fallecimiento, el proyecto siguió adelante y su papel, finalmente, ha sido cubierto por otro gran actor, John Turturro. Está escrita por el novelista y guionista Richard Price, que escribió entre otras muchas producciones en The Wire.

Y, para terminar, Netflix, que promociona ya un par de estrenos para este verano. Por un lado, en julio, lanzan Stranger Things', que tiene como cabeza de cartel a Wynona Rider. Transcurre en la década de los 80. Es una historia de misterio ambientada en torno al mundo de la cultura geek de la época. Estará repleta de alusiones al mundo del comic y de la música de la época, desde The Clash a Joy Division, pasando por Bowie o Television. Ya en agosto, se estrena The Get Down, que se plantea como un cruce entre Empire y Vinyl. Es la historia de un grupo de chavales en los 70 que intenta abrirse camino en el mundo de la música negra. La podremos ver a mediados de agosto.

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