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Pablo Ruz, el juez impasible

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz.

Escribe algo de eso. ¿No te das cuenta de que se lo quieren quitar de encima? No es nada cómodo para los poderosos. Y han hecho todo lo necesario para que no siga”. Así se dirigía contrariado hace varios meses un funcionario de la Audiencia Nacional a este periodista. Se refería a la decisión del Consejo General del Poder Judicial de sacar a concurso la plaza que desempeñaba en comisión de servicios el magistrado Pablo Rafael Ruz Gutiérrez (Madrid, 1975), el sucesor de Baltasar Garzón al frente del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Este movimiento del Consejo General del Poder Judicial aleja a Ruz del sumario de los casos Bárcenas y GürtelBárcenasGürtel.

El juez Ruz ingresó en 2003 en la carrera judicial. Y su primer destino fueron los juzgados de Navalcarnero (Madrid). En febrero de 2006 pasó al Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao, para dos años y medio después volver a la Comunidad de Madrid, a los juzgados de Collado Villalba. De esta localidad del norte de Madrid pasó Ruz en 2010 a la Audiencia Nacional. Y en concreto al Juzgado Central de Instrucción número 5, en sustitución de Garzón, que había sido inhabilitado. Durante su periplo en la Audiencia, Ruz obtuvo la plaza de titular en los juzgados de Móstoles (Madrid), a dónde se incorporará tras finalizar su actual comisión de servicios.

Ahora bien, 2010 no fue la primera ocasión en que Ruz se incorporaba a la Audiencia Nacional. Ya en 2008 este juez ejerció de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6, cuyo titular era entonces Juan del Olmo, el magistrado que investigó los atentados del 11-M en Madrid.

                       

Ilustración de Justo Barboza

Este es el motivo por el que con 39 años, y 11 de experiencia en la judicatura, Ruz ya pueda presumir de haber participado en la instrucción de casos como la Operación Malaya, Gürtel o los papeles de Bárcenas. Pero, por si fuera poco, este juez ha concluido sumarios como los del Faisán, Caja Castilla-La Mancha, Carceller, SGAE, Fórum Filatélico o Pretoria. Sin embargo, está fuera de toda duda que ninguno de estos sumarios ha tenido tanta trascendencia como Gürtel y su pieza separada de los papeles de Bárcenas.

Celoso de su trabajo, Pablo Ruz es un lector voraz de prensa. Consciente de la importancia de los medios de comunicación, este magistrado dedica buena parte de su jornada a leer la información vinculada a los casos que investiga. Gracias a ello, en varias ocasiones ha llegado a reclamar diligencias a partir de informaciones publicadas en los medios. Así ocurrió tras la confesión de un arquitecto sobre las presuntas irregularidades cometidas en una adjudicación otorgada por el Ayuntamiento de Arganda del Rey (Madrid), vinculada con el mayor pelotazo de Gürtel. La declaración del arquitecto ayudó a completar la investigación sobre una comisión de 25 millones percibida por la red corrupta vinculada al PP.

De fuertes convicciones religiosas, este magistrado nacido en Madrid estudió Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas y pertenece a la plataforma Otro Derecho Penal es Posible, integrada por juristas españoles progresistas, que apuestan por la redención de los delincuentes. Según sus colaboradores, su vinculación con los jesuitas ha marcado su carrera profesional, que bebe del esfuerzo y la dedicación, algo de lo que dan cuenta los funcionarios que trabajan a diario con Ruz.

Uno de ellos recuerda, como ejemplo de esta dedicación, un viaje que Ruz realizó a Suiza. Tras varios días de trabajo incesante en el país helvético, Ruz sorprendió a sus colaboradores al llegar al juzgado, al día siguiente del viaje, a primera hora de la mañana sin apenas haber dormido. “No hay ningún funcionario que haya abandonado el juzgado por haber tenido problemas con Ruz”, completa otra persona cercana al juez que, no obstante, reconoce que alguno se ha ido “espantado” por la carga de trabajo que soportan, que incluye jornadas de mañana y tarde.

Si no cambia de opinión, Ruz tenía previsto abandonar el puesto que ha desempeñado en comisión de servicios en la Audiencia Nacional, a comienzos de este mes de abril, después de que el Consejo General del Poder Judicial sacara a concurso la plaza del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. El Consejo tomó esta decisión pese a que el titular de esta plaza, Miguel Carmona, que es juez de enlace entre España y el Reino Unido, no alcanzará la edad de jubilación hasta dentro de dos años. No obstante, el Consejo dejó abierta la posibilidad de que Ruz siga como refuerzo en el juzgado para acabar las causas de especial complejidad. Pero a la postre, esta maniobra apartaba a Ruz de la instrucción del caso sobre la financiación ilegal del PP.

El juego del Poder Judicial

En este sentido, Pablo Ruz, que tiene cuatro hijos varones y ahora espera una niña, no ha querido entrar en el juego que le propuso el Poder Judicial. O, por lo menos, no ha desvelado sus intenciones. Su entorno apunta que su nueva situación familiar le ha terminado de convencer para incorporarse al juzgado de la población madrileña de Móstoles, del que es titular.

Su forma de trabajar, explican personas de su entorno, se puede comprobar en el sumario del caso Gürtel. Y en sus autos se observa que sus conclusiones han sido fruto de la investigación que ha llevado a cabo junto a la Policía Judicial, a la Oficina de Lucha contra el Fraude y la Fiscalía Anticorrupción. Sus pesquisas han ido in crescendo, llegando a convencerse de las irregularidades cometidas por el PP. Según sus resoluciones, Ruz da por hecho que los apuntes, o la mayoría de los apuntes que aparecen en la contabilidad B de los papeles de Bárcenas, son reales.Bpapeles de Bárcenas Y por eso encargó a la Agencia Tributaria hasta en dos ocasiones que contabilizara el presunto fraude fiscal cometido por el PP con su contabilidad manuscrita. De esta forma se convertía en un juez incómodo para el PP.

Esta final consideración de azote del partido gubernamental ha sido muy diferente de la que tenía al principio, ya que al sustituir a Garzón, Ruz encarnó la figura antipática del sustituto del juez estrella, que había sido inhabilitado tras la denuncia interpuesta por un abogado de uno de los imputados en el caso Gürtel. Esta circunstancia implicó que muchos observadores políticos o cronistas judiciales dieran por hecho que Ruz o bien estaba enfrentado a Garzón o bien se trataba de un juez más cercano al PP. Además, el hecho de que Ruz no fuera titular, hacía que los observadores le consideraran más moldeable para el Consejo General del Poder Judicial, dominado por vocales conservadores.

Encontronazo con el juez Gómez Bermúdez

Todavía hoy se recuerda la disputa vivida en la Audiencia Nacional entre Pablo Ruz y Javier Gómez Bermúdez por investigar la contabilidad de Bárcenas. En ese momento, Ruz se convirtió “en un juez que defendía los intereses del PP”, mientras que a Bermúdez se le consideraba un “anticristo” para la formación conservadora. Incluso se le llegó a acusar de prevaricación al considerar que iba a cerrar el caso de forma abrupta. El propio Ruz, según sus colaboradores, reconoce que la disputa, que no enfrentamiento con Bermúdez, tuvo efectos positivos para la causa ya que sirvió para acelerar el proceso.

Aquel encontronazo no ha logrado agriar su relación con el resto de magistrados de la Audiencia Nacional, que se dirigen a Ruz por su nombre: Pablo, lo que indica una gran familiaridad. Pero la realidad de la investigación del caso Bárcenas fue bien distinta a la apuntada por algunos medios de comunicación. Tras hacerse cargo de la instrucción del caso Bárcenas, el juez Ruz impulsó el asunto sin aspavientos. Lejos de tapar las ilegalidades, la investigación llegó a un punto de no retorno con la expulsión del PP como acusación popular.

El pasado mes de marzo Ruz reclamó a la Agencia Tributaria que analizara el posible fraude fiscal cometido en 2008 por el PP. Tras una primera negativa de Hacienda, el juez volvió a pedir el informe, llegando a apuntar en el auto que nadie, ni la Agencia Tributaria, podía saltarse a la torera las decisiones de un juez. La propia Fiscalía apoyó a Ruz, y aseguró que la respuesta de Hacienda era “improcedente”. Por su parte Ruz calificó de “infundado” y “contradictorio” lo alegado por la Agencia en su decisión inicial de no calcular el fraude del PP con los papeles de Bárcenas.

Fuentes de la Audiencia Nacional atribuyen a Ruz la decisión de incluir a la exministra de Sanidad Ana Mato y al Partido Popular como partícipes a título lucrativo de la trama Gürtel, ya que la Fiscalía Anticorrupción no se había pronunciado al respecto. Esta decisión fue el preludio de la dimisión de Mato, a la que se acusa de beneficiarse de regalos y viajes abonados por Francisco Correa.

Un modelo para la judicatura

El juez Ruz defiende la acción popular en casos como los de corrupción porque fortalece la independencia judicial

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En cualquier caso, las alabanzas hacia este magistrado de apariencia impasible y gesto serio no se limitan a los funcionarios que le rodean. Wilfredo Jurado, abogado de la acusación del PSM-PSOE, considera que es un modelo para la judicatura: “Discreto, trabajador y ecuánime con las partes”. Esta opinión no está provocada por los últimos acontecimientos, sino que este letrado siempre ha apoyado el trabajo el magistrado. Entre los letrados de los imputados el trabajo de Ruz también recoge algunas flores. “Ha hecho una instrucción impecable dentro de sus posibilidades”, apunta un letrado, que prefiere no revelar su identidad.

Sus interrogatorios en el caso Gürtel muestran que Ruz mantiene un trato exquisito con los imputados, y que resulta muy difícil sacarle de sus casillas. “Es muy tranquilo dentro y fuera del juzgado”. Aunque casi consiguió exasperarle el expolicía condenado por el GAL, José Amedo, que durante su interrogatorio como testigo llegó a exigir al juez “que fuera breve”, alegando que tenía una cita médica por “problemas gravísimos familiares”. Ruz se vio obligado en aquella ocasión a poner las cosas en su sitio: “Los tiempos del interrogatorio, lógicamente, no los va a marcar usted”, espetó Ruz, que cortó al expolicía de esta forma: “Usted habla cuando yo se lo diga. Cuando esté hablando yo, no me interrumpa, por favor, si no va a ser imposible practicar esta declaración”.

Si al final Ruz se decide a abandonar la Audiencia Nacional, podrá disfrutar más de sus cinco hijos y de su mujer. Sin duda alguna lo hará, en cuanto pueda, en Potes o San Vicente de la Barquera, en el occidente de Cantabria, de donde procede su madre.

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