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Espionaje

José Zaragoza: “Las conductas que se me atribuyen no son ciertas”

José Zaragoza, en la sede del PSC

A principios de febrero, un nuevo caso turbio convulsionó la política catalana. Los diarios El Mundo y El Periódico de Catalunya revelaban que la agencia de detectives Método 3 había grabado, de forma supuestamente ilícita, una conversación entre Alicia Sánchez-Camacho y Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, en el céntrico restaurante barcelonés La Camarga. Almuerzo que se produjo el 7 de julio de 2010. En esa charla, la expareja de Pujol desgranó a la líder del PP catalán las supuestas operaciones de blanqueo de dinero del hijo mayor del expresidente de la Generalitat.

Ese mismo 11 de febrero, el rotativo de Unidad Editorial aportaba otro dato más: quien había ordenado grabar la cita en La Camarga había sido el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Automáticamente, el portavoz del partido, Jaume Collboni, negó tajantemente las acusaciones: "El PSC ni utiliza ni ha utilizado ni utilizará nunca métodos ilegales para hacer política", sostuvo el dirigente en rueda de prensa, para añadir a continuación que si El Mundo no rectificaba, la formación emprendería acciones legales para defenderse. 

El culebrón no se detuvo. El periódico dirigido por Pedro J. Ramírez, el 12 de febrero, apuntó que quien había contratado con Método 3 había sido el entonces número dos del PSC, José Zaragoza, hoy miembro de la dirección del Grupo Socialista en el Congreso y vocal de la ejecutiva federal del PSOE, que lidera Alfredo Pérez Rubalcaba. Para probar los hechos, la publicación reproducía la factura del trabajo, que la empresa de detectives archivó como "Expediente 20718/1036", con fecha de 26 de mayo de 2010. En la hoja figuraba que el cliente del encargo era el "PSC", con sede en la "calle Nicaragua, 75" de Barcelona, y que la "persona de contacto" era "J. Zaragoza", exsecretario de Organización y hombre de confianza del todavía por aquellos años president de la Generalitat, José Montilla. El objetivo que perseguía el partido, según publicó el rotativo de Unidad Editorial, era "mucho más amplio": escrutar las finanzas de CiU. La cita entre Sánchez-Camacho y Álvarez, de hecho, se produjo un mes y medio después. 

"El contenido de dicha información no se ajusta a la realidad, y las conductas que se me atribuyen no son ciertas. En ningún momento me he apartado de lo que establecen las leyes en el desempeño de mis funciones", alegó Zaragoza en su comunicado enviado a los medios y colgado en la web del partido. El exnúmero dos advertía que había trasladado a sus abogados la información de El Mundo para hacer valer sus "derechos legales". 

Barridos en la sede 

Pere Navarro, primer secretario del PSC, declaró a los periodistas en el Parlament, el 13 de febrero, que el partido no había firmado "ningún contrato a nombre de esta empresa", de Método 3. El PSC, dijo, había revisado toda su documentación respecto a contratos con compañías de seguridad y en ninguno de aquellos contratos figuraba un "encargo fuera de los normales", ni siquiera a empresas subcontratadas por la agencia de detectives. Navarro ratificaba el argumentario oficial: "El PSC no ha utilizado nunca ningún método ilícito ni ilegal para llevar a cabo su tarea política". 

Esas declaraciones se producían sobre las 10 de la mañana. Apenas una hora después Zaragoza, admitía, en una rueda de prensa en la sede del PSC, que la formación sí mantuvo una relación contractual con las empresas de seguridad del mismo grupo que Método 3, y que se realizaron cuatro trabajos: tres en 2009 y otro "muy puntual" en 2011. Ninguno, especificó, en 2010, el año en que se produjo la cita de Camacho y Álvarez. Todos esos encargos estaban relacionados con la seguridad del cuartel general del PSC, y entre ellos figuraron "barridos" en busca de micrófonos, aunque nunca se encontró nada. "Estaban más bien paranoicos", ironizó. El exsecretario de Organización justificó que el PSC se pusiera en contacto con compañías de seguridad porque así se lo "aconsejaron" y porque habitualmente los partidos trabajan con sociedades de este tipo, e incluso reciben subvenciones públicas para tal fin. 

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Zaragoza desmentía, por tanto, a su actual jefe de filas, Pere Navarro, aunque negaba por completo que hubiera ordenado espiar a CiU o haber encargado la grabación del almuerzo de Camacho y la expareja de Jordi Pujol jr. "Estoy perplejo. No nos hemos guardado una información sobre la familia Pujol durante dos años. Es una historia absurda, rocambolesca y delirante", sostuvo en la comparecencia ante los medios. Navarro se vio obligado posteriormente a advertir en TVE de que si hay responsables políticos autores de una trama de espionaje deberían "abandonar inmediatamente su actividad política".  

Hay otro dato que parece ligar al PSC con Método 3: la directora de seguridad y detective Elisenda Villena –detenida junto al propietario de la agencia, Francisco Marco, y los empleados Julián Peribáñez y Àlex Borreguero, en la noche del 18 de febrero– es hermana de Anna Villena, asesora jurídica de los socialistas catalanes

El caso, no obstante, dista de estar completamente aclarado y ha llegado a salpicar al PSC, a CiU y al PP, pero está en manos de los tribunales. Marco y Villena se echaron las culpas mutuamente pero coincidieron en un punto: fue Sánchez-Camacho o su "entorno" quien ordenó la grabación del encuentro en La Camarga. Borreguero y Peribáñez fueron los encargados de grabar y fotografiar el almuerzo. Por el momento, la jueza ha dejado en libertad con cargos a los cuatro arrestados acusados de revelación de secretos. . 

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