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Abstención técnica para qué

Angel Lozano Heras

Tras ese teatrillo negociador entre PP Y Ciudadanos –papel mojado para –, la investidura ha resultado un fracaso. Por tanto, Rajoy debería “irse por vergüenza torera” y por el bien de España.

Al igual que afirman Alfonso Guerra, Felipe González y otros exdirigentes sociatas, dicen también los voceros mediáticos del Ibex 35, que la abstención técnica socialista –no de apoyo, sino de desbloqueo institucional para facilitar el gobierno a Rajoy o al PP– sería responsable y buena para el bien de España. No sabemos si eso se refiere más a los intereses del Ibex-35 y de los mercados financieros que al de los españoles.

Lo que si está claro es que la abstención técnica supondría casi el suicidio de los socialistas en esta nueva legislatura. De todas maneras, de qué le valdría al actual presidente en funciones –y al PP– gobernar en solitario, en minoría con solo 137 diputados frente a los otros 213, si sus leyes estrellas de la anterior legislatura se irían cayendo una a una en continuas votaciones de todos, o casi todo el Parlamento, en contra suya? El PP no llegaría solito ni a mitad de legislatura viendo aniquiladas su inútil y sangrienta reforma laboral, la ley de Educación (LOMCE), ley de dependencia, ley mordaza, etc., etc. De nuevo tendríamos terceras elecciones, más tarde o más temprano, porque el PP no soportaría tanta presión de toda la oposición en su contra, sin capacidad parlamentaria para impedirlo. ¿Para qué admitiría el PP esa abstención técnica temporal, si luego una oposición dura, durísima, como dicen, acabará llevándoles a una gobernabilidad, insulsa e imposible, durante el resto de la legislatura?

Una vez fallida la investidura de Rajoy, finiquitado el encargo real de hacerlo, y caducado el acuerdo con Ciudadanos, no sabemos qué pinta el líder del PP queriendo marear más la perdiz, engañándonos a todos con que quiere seguir intentando su investidura. No le creemos ya, ni puede hacerlo… Por eso, bien podría Ciudadanos, en su peculiaridad institucional de bisagra, que se abstuviera ante una posible alternativa de gobierno PSOE, Unidos Podemos y otros. El bien de España y de los españoles se lo está requiriendo urgentemente al partido de Rivera, que siempre es el que busca el desatasco (fontanero fiel), o el que cede hasta bajarse los pantalones (aprendiz de sastre). Esa responsabilidad patriotera que hace decir al propio líder de la formación naranja que “no le importa perder la credibilidad si es por el bien de España”.

Todo el país agradecerá infinito esa abstención técnica de Ciudadanos ante un posible pacto gubernamental, o de investidura, socialista-podemita o socialista en minoría apoyado por Unidos Podemos y otros partidos.

Esta sí que sería una abstención técnica efectiva; la posición más responsable y más viable que tenemos ante las amenazas del PP rajoniano. O bien un gobierno, otros cuatro años más del PP, o de unas terceras elecciones en Navidad (que el PP las anhela con locura). Rajoy no es la solución a los problemas de España y además no se merece que le demos el beneplácito para gobernarnos. Si Unidos Podemos logra desenredar al PSOE de las líneas rojas con soberanistas del derecho a decidir, habrá esperanza de gobierno alternativo; difícil pero posible. Hay que explorar modelos de negociación, otras miradas, que abundan en otras democracias.

Y como siempre en estos últimos meses, Ciudadanos es la llave clave para desatascar este embrollo. Por el interés general de España, del que tanto ha cacareado Ciudadanos, pues que se abstenga –no hace falta que apoye- ante un gobierno alternativo, de regeneración. Un PP sin Rajoy, pero con las mismas políticas socioeconómicas y territoriales, tampoco entraría en un pacto para ese posible gobierno progresista.

De todas maneras, los desacuerdos y las animadversiones entre unos y otros son relativas. Lo mismo que Rivera pactó a regañadientes pero en serio, primero con Sánchez y luego con Rajoy, todo ahora es posible también. Ya vimos: hace un mes le arreaba al PP, expresamente a Mariano Rajoy, un no rotundo; una semana después, le daba una posible abstención, “si tal y cual”, y al final le dio un sí más que cariñoso. Y a partir de la malograda investidura vuelve a criticar al PP por su falta de seriedad regeneracionista.

Señor Rivera, todo es posible si el bien de España –y la racionalidad, la responsabilidad y urgencia de la gobernabilidad– se entienden de otra manera muy distinta a la del PP y a la de Mariano Rajoy. Y así, quizás algún día en los libros de Historia, podrán decir de usted como indicaba P. Iglesias: "Perdió la credibilidad por Dios y por España”. Pero no se preocupe, usted desbloqueó, destaponó con su abstención, la gobernabilidad del país y nos ahorró unas terceras elecciones en menos de un año. Se lo agradeceremos los españoles. ____________________

Angel Lozano Heras es socio de infoLibre

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