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Un bar es mucho más que un bar

Luisa Vicente

Las medidas restrictivas que el Gobierno interpuso al sector terciario en Cataluña para frenar el coronavirus cuando acabó el confinamiento de marzo han dado la estocada mortal al sector hostelero.

Los bares y restaurantes han continuado abiertos hasta la fecha de forma intermitente, pero será imposible que puedan mantenerse con estas restricciones. En diciembre, el gremio de la restauración advirtió a la Generalitat de que, abriendo solo 4,5 horas al día, era radicalmente inviable la supervivencia y equivaldría al cierre masivo de establecimientos. Por otra parte, ha sido el sector menos protegido y el que ha recibido menos ayudas directas. Las promesas que hizo la Generalitat aún no se han materializado a fecha de hoy. Se estima que más de una tercera parte de los locales no volverán a abrir por las deudas que acumulan desde marzo 2020. Ante esta perspectiva, el gremio pide ampliar el periodo para tramitar los expedientes de regulación y la suspensión de impuestos, aunque esta media tampoco los salvará del cierre definitivo.

La patronal de hostelería ha presentado 17 demandas contra la Administración central para frenar el cierre de locales. Actualmente se preparan más de 1.000 demandas patrimoniales a la Administración, que podrían aumentar en las próximas semanas y serán tramitadas en marzo al Ejecutivo. El mayor número de reclamaciones se están presentando de Catalunya, Asturias, Castilla y León y Murcia. Hostelería España, tras un análisis de cifras hasta el 15 de enero 2021, ha informado de que solo el 24% del total ha recibido parte o la totalidad de las ayudas asignadas. Además los datos demuestran que más del 40% de las autonomías han estado más de 100 días cerrados totalmente. José Luis Yzuel, su presidente, defiende que las medidas adoptadas por el gobierno están arruinando al sector de forma gratuita y sin pensar en la repercusión que estas medidas tienen para miles de familias. El pasado año 2020, el sector cerró con un desplome en la facturación que alcanzó el 50%.

El premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, Paul Krugman, argumenta que la menor productividad del sector servicios y la dificultad para mejorar su productividad es el principal factor del estancamiento de los niveles de vida en muchos países. Por el desinterés que ha mostrado el Govern en este gremio, no parece importarle demasiado que Cataluña pierda nivel de vida, después de todo lo que ha perdido desde que se inició la deriva independentista. No cabe duda de que esta situación favorecerá a las multinacionales de comida basura, MacDonal, Kentucky que no solo se mantendrán, sino que ahora se harán más vivibles dada la desaparición de muchos locales. Sin embargo, estas franquicias de comida rápida y ambiente impersonal nunca serán " la casa del pueblo" como nuestros bares, que además de bares de consumición, son lugares de encuentro donde compartimos buenos momentos con amigos y familiares, celebramos pequeñas fiestas y cumpleaños, cantamos, reímos, compartimos opiniones y socializamos. Infinidad de veces, un bar o un restaurante ha sido el sitio donde se han cerrado acuerdos comerciales entre empresas, se han reconciliado amigos o parejas, se han conocido ejecutivos, se han hecho amigos con las que hemos mantenido amistad durante toda la vida. Lo más gratificante es comprobar que el bar al que acostumbramos a ir, solo o acompañado, a tomar algo, el camarero o el propietario han participado también de nuestras cosas, se han alegrado de volvernos a ver, nos han preguntado por nuestra salud al vernos, se han reído y han participado con nuestro grupo de amigos sirviéndonos un chupito gratis, o nos han despedido con un abrazo si sabían que nos íbamos del barrio.

Cada bar que se cierre en Barcelona, o en cualquier otra comunidad, será un pedacito menos de esencia que desaparece de nuestras ciudades.

Luisa Vicente es socia de infoLibre

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