Deslealtades a la carta

Antonio García Gómez

 "Errando el tiro, en medio del “descrédito y el estupor”.

“Pedro Sánchez ha dibujado el bloque articulado de la investidura. Ha salvado los decretos con Junts y solo se han caído los morados. Podemos quiere ser Junts”.

“No nos hemos equivocado de trinchera, ni de enemigo”. “Decía Óscar Matute desde la tribuna. ¿Cuántas veces podrá Podemos votar con el PP y Vox?”

“Queda mucho para que todo caiga como espera el PP. Seguir la linde de Ayuso, del “al “gobierno ni agua” a ilegalizar partidos, no moverá a Feijóo de la frontera Vox con el límite de 171 escaños”. Pilar Velasco.

Por mor de significarse, quienes más tenían que haberse mojado, seguramente, aunque solo sea en base a efectos de apedrearse sus propios tejados, en aras de destacar a través de sus ideologías tan cacareadas en el mentidero público, pasando, depende o sí depende, pero con la intención de hacer el mayor daño posible, en un ejercicio constante de deslealtad, no ya de política institucional, sino humanitaria, al vecino más cercano.

Y se quedan tan frescos, tan prestos a salir en los papeles y a dar puntuales y prolijas explicaciones que sus motivaciones que, por descontado, estarán muy por encima de las “rastreras” necesidades vitales del común de sus compatriotas y vecinos, que para eso están, “para que se jodan”. Y así resulta que algunos y algunas: “Iban a tomar el cielo por asalto, y al final van a asaltarnos a nosotros”. EL ROTO.

Agudizando la deslealtad cuando van y se equivocan, adrede o también, de largo, de haz a envés, a lo largo y ancho del arco parlamentario, con necesidad primaria de hacerse notar, metiendo el dedo en el ojo a quien, hasta ayer mismo, utilizaban para poder usar el trampolín.

Bienvenida sea la polémica y la incertidumbre parlamentarias, tan acostumbrados como estábamos, plácidamente, a los rodillos bipartidistas

Desde las posiciones inalterables de la derecha, que dan lo mismo la ultra que la moderada, valiente postureo, de espaldas a la realidad social, excepto la que a ellos les interesa, anclados en la contrarreforma de cualquier medida social y progresista, por mucho que se las den de “constitucionalistas”, de pura boquilla, y a tiempo completo, aunque lo de “los jueces” y su renovación, pues si eso, para más adelante.

Para luego acudir al rufián del mercadeo, al grupo “nacionalista” por antonomasia, aún escocido por su pugna con ERC, y lo que nos rondarán. Estamos hablando de Junts, el heredero natural y convicto de la “Convergencia”, la del “tres per cent” y la derecha catalanista, por mucho que ahora hagan valer su rácano 7% de apoyo real y ciudadano, que ya les vale.

De natural antipático, el carácter insolvente, al servicio exclusivo de su líder, Puigdemont, síntesis de todo el organigrama y programa de dicho Junts enarbolando el sectarismo a favor de su soberanismo excluyente, en rivalidad descarnada con ERC, insisto, por hacerse, en realidad, con un “independentismo catalán” muy a la baja, mal que les pese, por mucho daño que puedan seguir intentando y logrando, que también forman parte del panorama común.

Para culminar en “los pepitos grillos” de los morados, auto ofendidos, también por muy mal que les pese, en caída libre, a pesar del “pico de oro y de loro” de sus dirigentes, del macho alfa abajo, a rebufo del ejemplo que ya dio el “inefable Anguita”, monologuista ensimismadotan respetado por una derecha que se vio favorecida, en su momento, por la inquina insuperable del “califa laico” que no pudo superar no haber sido investido luminaria de las izquierdas, incluso soñando poder haber sido presentado bajo palio, que “lo que no pudo comerse él que se lo comieran los gusanos”. Y así pinza con la derecha de Aznar, y dale que dale al cuento de la “gauche divina”, propia y paramera muy de aquí, y de encono insuperable.

Así pues, y así están las cosas, a merced de una deslealtad diversa pero dañina. A espaldas de las necesidades reales de una ciudadanía que esperaría, o debería merecer, una conjunción máxima de interés por parte de quienes arguyen, valga la redundancia, su interés, valiente hipocresía, para lo suyos. ¡Ah, era eso!, cada quién luchando por sus propios y excluyentes intereses. ¡Valientes panes para tales hostias!

Y con todo, en el primer envite parlamentario, se han aprobado medidas favorecedoras para el común de “los mortales”, permítaseme la licencia, aunque muchos olvidaron o se negaron a apoyar un “bloque de medidas anticrisis”, precisamente, de ayudas a los sectores de población más frágiles y vulnerables. ¡Mecachis con los máximos, siempre en el desiderátum inalcanzable de los más puros!

Y en cualquier caso, bienvenida sea la polémica y la incertidumbre parlamentarias, tan acostumbrados como estábamos, plácidamente, a los rodillos bipartidistas. 

Con la derecha más enrabietada que nunca y cierta izquierda muy pura con el palillo entre dientes degustando la ¿venganza en frío?

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre.

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