Los disfraces
Vivimos tiempos en los que disfrazamos la mentira para que parezca verdad, y más aún en estos momentos donde las guerras, grandes generadoras de mentiras, están golpeando a nuestras puertas. El meter miedo otra vez dirige el vocabulario político y sirve a hooligans disfrazados, que se manifiestan al grito de "que te vote Txapote", "gobierno ilegítimo", o el más reciente de “fraude electoral”, que con gran irresponsabilidad buscan más el enfrentamiento que la concordia social, principal objetivo de cualquier partido que se considera democrático. Pero, no nos engañemos, hay partidos políticos que utilizan la democracia como un disfraz que oculta ideologías prohibidas. Parece que buscan el desprestigio de la política. Gran equivocación que acrecenta peligrosos populismos. Nuestra historia está llena de disfraces que han ocultado parte o toda la verdad a generaciones. ¿Se acuerdan? Platajunta rupturista, con un sistema que nos amordazó, y Plataforma, que abrió la puerta de la transición, que pactó con el sistema que reinó con el miedo. ¿En aras de buscar concordia con un pasado?, ¿Por miedo a enfrentarse con ese pasado? Lo que fuese, se dejaron rendijas por las que se colaron y se siguen colando, aguas turbias que contaminan nuestra plena, para algunos, débil para otros, democracia.
No podemos olvidar que el TOP ( tribunal de orden público), se disfrazó en la AN (Audiencia Nacional); el viva Franco se transformó en viva el rey; el brazo en alto fascista era para llamar un taxi... , incluso numerosos alcaldes y cargos públicos del antiguo régimen, que presumían de franquistas, gracias a la transición se disfrazaron en demócratas de toda la vida. Y ya no hablo de la santa iglesia católica apostólica y romana, principal actor en la historia de España, que apartó aquel disfraz del miedo al infierno, abandonó el palio protector del dictador y suavizó su discurso de intolerancia. Perdonó y bendijo al torturador, pero muchos republicanos siguen enterrados sin lápida. Pero no nos asustemos, la globalización también disfraza el pensamiento por casi todo el mundo. Fíjense en los disfraces "trumpistas” que parecen estar de saldo por todos los confines, desde EEUU, pasando por Europa y ahora también en Madrid en donde surgen aplicados (as) discípulos. Pero mal de muchos... Vuelve la inestabilidad y la guerra, que es el mayor generador de mentiras y muerte, aunque intentan disfrazarlas con impune desinformación.
Se aplica lo del ojo por ojo y diente por diente, pero el error es que hay muchos ojos y dientes inocentes. Habrá que reescribir la historia de las guerras porque me asaltan serias dudas
Lo estamos viendo con Palestina. Hay tantas líneas rojas en la información diaria (también pasó con Ucrania), que ya entran dudas sobre quién es el agresor, el sufridor, el defensor o el terrorista. Parece ser que todo depende de quién sea la víctima; si la víctima es un ciudadano palestino, no necesariamente de Hamás, se disfraza de acto bélico en defensa de un territorio (para algunos usurpado), o Estado que se dice democrático; pero si la víctima es un ciudadano de Israel o judío, es un acto terrorista. Se aplica lo del ojo por ojo y diente por diente, pero el error es que hay muchos ojos y dientes inocentes. Habrá que reescribir la historia de las guerras porque me asaltan serias dudas.
La Alemania nazi masacró pueblos enteros, civiles incluidos y no solo judíos, en actos de represalia por acciones de una resistencia patriótica, ¿terrorismo? La conquista del oeste borró del mapa a pueblos enteros de nativos con la Biblia en una mano y el revólver en la otra. ¿Cómo habría que considerar estos hechos? ¿Fueron actos heroicos en defensa de la civilización? ¿Acciones patriotas? En mi humilde opinión, lo de Palestina se parece mucho a la conquista del oeste, en donde los indios son los palestinos disfrazados de indios. Si confundimos o disfrazamos las verdades con mentiras, o verdades a medias ( más peligroso), puede ocurrir que la defensa de la paz y el respeto de los derechos humanos que enarbola la ONU, y en lo que no cabe términos medios, hasta pueda ser considerado como un acto que simpatiza con el terrorismo. Muy peligroso este disfraz que ya sufrió el pueblo de Irak por culpa de otra gran mentira también disfrazada. Los culpables nunca pagaron. Por eso se puede repetir, para vergüenza del mundo civilizado.
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Eduardo Vázquez Martul es socio de infoLibre