El futuro será lo que hagamos de él

Mario Diego Rodriguez

Desde hace varios meses, las encuestas del CIS reflejan el cambio de opinión que se está produciendo en nuestro país. En la última encuesta, Podemos pisa los talones del PP y arrebata al PSOE la segunda posición en el tablero político.

Los dirigentes de Podemos piensan que ganar las próximas elecciones generales está a su alcance y declaran que para eso compiten, para ganar. Están convencidos de que Pablo Iglesias será el sucesor de Mariano Rajoy en la Moncloa. Para Podemos, el éxito electoral de Syriza en Grecia es el presagio de lo que ocurrirá en España y el éxito de la manifestación del 31 de enero confirma que esa esperanza es compartida por una parte de la población.

A medida que los diferentes plazos electorales se cumplan podremos comprobar si los resultados confirman lo que nos dicen las encuestas. Puede ser que a medida de que se cumplan esos plazos la audiencia electoral de Podemos aumente y que en las elecciones generales de noviembre de 2015 acaben, conjuntamente con posibles aliados, ocupando la mayoría de los escaños en el Congreso de los Diputados.

¿Es de extrañar?

Por parte del PP, no hay nada que pueda sorprender. Deja claro y asume, que su misión es la de defender, sí o sí, los intereses de la burguesía detentora del poder económico. Lo que sí ha podido ser sorprendente y sobre todo decepcionante para la clase trabajadora es la traición del PSOE durante sus años de Gobierno haciendo, más o menos, la misma cosa que el PP. Viendo la situación en la que se encuentra hoy la clase trabajadora al cabo de todos esos años que llevan gobernando a plazos compartidos entre PP y PSOE, la única respuesta a la pregunta es: no, no es de extrañar.

El éxito de Podemos refleja el desgaste de las diferentes plantillas políticas, que llevan años en el Gobierno mimando y administrando los negocios de la burguesía para que estos no sufran ningún estrago, y claro, sin importarles, sean cuales sean, las consecuencias para la mayoría de la población trabajadora. Lo que aún no está muy claro es si el “salimos a ganar” una vez convertido en “hemos ganado” será suficiente para cambiar las condiciones desastrosas en las que se encuentra la clase obrera.

Cuando la patronal reestructura, despide y cierra fábricas para que su margen de beneficios no disminuya, cuando para aumentar los dividendos que reparte a sus accionistas no paga impuestos y no paga casi cotizaciones haciendo crecer el déficit del Estado sin importarle lo más mínimo, resulta difícil creer que esto puede cambiar únicamente ganando las elecciones.

Ganar las elecciones es tan solo una etapa. Por sí misma esta victoria no será, desgraciadamente, suficiente, lo estamos viendo en Grecia. La burguesía no está dispuesta a asumir su responsabilidad en la crisis –que ella misma ha provocado– utilizando una parte de sus beneficios para tan solo acabar con los aspectos más nefastos que sufren hoy las trabajadoras y trabajadores de nuestro país.

El problema fundamental planteado al conjunto de la sociedad, y esto desde hace mucho tiempo, es el de derrocar la dictadura que el mundo financiero nos está imponiendo. Está demostrado, a lo largo de los años, que todas las conquistas sociales o políticas se han ganado en la calle, con huelgas, luchando y cada vez que la burguesía ha retrocedido es porque la clase obrera no le ha dejado otra opción.

Mario Diego Rodriguez es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats