Librepensadores

La gran ‘famiglia’

Gonzalo de Miguel Renedo

Jubilado, jorobado, la misma palabra lo dice, reconocía Pepe Isbert en La gran familia. Bipartidismo, jodidismo, lo mismo, suenan casi igual. Y es que me lo está pareciendo a mí o el final del bipartidismo va a resultar más traumático que el del franquismo. Si ya fue insoportable aguantar a los nostálgicos del dictador, confiemos en que los nostálgicos del bipartidismo no puedan retrasar mucho más nuestra verdadera recuperación. Ojo, todo esto dicho mutatis mutandis. La irrupción natural de Podemos y la aparición premeditada de Ciudadanos han supuesto un palo muy grande, pero no suficiente, para los dos grandes hegemones políticos de las últimas décadas, en especial la primera, Podemos.

A la formación de Rivera se la ve más como una continuación del binomio tradicional, de ahí que naufragara un poquito en sus pretensiones, claramente infladas desde los hinchadores oficiales. Justo al revés de lo que ocurría con la formación morada, cuyas posibilidades eran dinamitadas cada día desde las portadas de los medios venales, que son casi todos. Podemos era la bicha, una víbora que amenazaba, no ya solo el asiento de los gerifaltes de antaño, sino su permanencia más allá del tiempo, con lo que ello comporta. Qué sindiós para los salvadores de la patria, Felipes y Josemaris, si demuestran que puede venderse mejor sin dejarse comprar. Qué miedo que Barcelona y Madrid no se conviertan en sóviets. Qué horror con ColausCarmenas. El acabose. En resumen, que casi podríamos decir que Podemos es lo que comúnmente se conoce como una auténtica reforma estructural de la política. C's quedaría más en un retoque circunstancial. Y pregunto, ¿no era eso lo que nos venían diciendo años atrás que necesitábamos, reformas estructurales? Pues toma una y de calado. Pero, ¿qué es una reforma estructural? Digo yo que será aquella que quiere cambiar el sistema pero sin salirse del sistema. Un nuevo maniquí pero sin perder la estructura humana. ¡Joder, qué ejemplo más malo! Pero ahora mismo no tengo otro mejor. Es bueno también reconocer las propias carencias. Ves, esto sí sería un buen ejemplo de reforma estructural. Cuando estalló la crisis que ya sabíamos que estallaría, descubrimos que el modelo productivo vigente era de pega, que no se sostenía. Millones de casas levantadas al tuntún y cientos de miles de ellas con telarañas dan hoy testimonio de ello. Y debiéramos saber también ahora que PP y PSOE necesitan un descanso. Largo. Pero nada, hay todavía mucha gente que se conoce que necesita otra vuelta de tuerca en la ya insoportable factura de la luz. Cuesta, pero ya llegará. Los bolsillos cortos y remendados son muy sensibles.

Yo entiendo a los viejos, los pobres. Hablo de Rajoy, Sánchez y demás herederos del bipartidismo+uno (ya saben de quién hablo con esta fórmula angelnietoniana); se sienten maltratados por los recién llegados; no reconocen sus méritos y desvelos por esta España suya, que no es suya. Se sienten un poco como cuando uno circula con su vehículo y de repente le pita un aprendiz de autoescuela, recordándole que el intermitente existe. Vale, un exceso de presunción del aspirante, pero reconozcamos todos, incluidos los conductores del país durante décadas, que quien mejor conoce las normas es el novel que está aprendiendo. Es verdad que alguna norma se salta, pero es por falta de experiencia. En el caso del conductor avezado, la razón de errar es la voluntad consciente de errar. Vale, otro ejemplo maleable en mi contra. Pero, bah, tira. Reconozcamos todos que a los veteranos se nos olvidó el código de la circulación, hoy ley sobre tráfico, tan pronto como nos expidieron el carné. Desde ese día dejamos de respetar los límites casi por ensalmo. Sí, somos muy olvidadizos cuando contamos con la autorización administrativa de turno. A nuestros políticos de toda la vida les pasa lo mismo, hace ya muchos años que se les olvidó la ley. Y la moral. Por eso hace falta retirarles de la circulación. Han demostrado muchos de ellos que sus puntos están agotados. Game over. Que necesitan un curso regeneración. Pero una regeneración a cultivar en otra faceta, en otra profesión, el que la tenga, que esa es otra. Si los ciudadanos jubiláramos a todos aquellos que siguen y siguen en el cargo, bien que facilitado por un sistema de listas cerradas que promueve esa permanencia per saecula de dar por saco, ¡ay, qué pocas Celias jugando al Candy Crush y qué pocos Hernandos vilipendiando a víctimas del pasadoCeliasHernandos iban a quedar en la vida pública! El problema es que no les echamos, cambian a una pantalla de nivel superior pero de otro juego, el giratorio, sin tipo penal hasta la fecha. Y en esas estamos, en que esta otra gran famiglia se disuelva de una santa vez. ________________

Gonzalo de Miguel Renedo es socio de infoLibre

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