La iluminada sotillana

Felipe Domingo Casas

Dice el diccionario de la Real Academia Española que “'iluminada' se dice de una persona que, sin atender a razonamientos, cree estar en posesión de la verdad absoluta”. Sin más, Isabel Díaz Ayuso. Los iluminados fueron una Orden Secreta que tuvo influencia en la región de Baviera en el siglo XVIII, coincidiendo con la Ilustración y la Revolución Francesa. Se agruparon los iluminados en esa Orden con el objetivo de socavar la influencia religiosa y los abusos del poder del Estado.

En España, en cambio, en algún momento, han tenido influencia las iluminadas. Se trata de una peculiaridad de género, individual, de carácter místico y religioso que influyó en las personas de escasa cultura y pobres, embaucadas por esas mujeres de la misma condición. Fueron famosas las iluminadas de Candelaria, en Tenerife, y la de Algaida, de Archena, en Murcia.

A este género de iluminadas pertenece Isabel Díaz Ayuso, “mujer de pocas luces”, al decir de Rubén Sánchez, portavoz de Facua, al oponerse a las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno. Ha sido aprobar el Real Decreto-Ley el Gobierno y al cuarto de hora salir Díaz Ayuso a criticarlas y oponerse a su aplicación en la Comunidad de Madrid, paralizando en un primer momento a los restantes dirigentes del PP, a Feijóo, el primero. Me ratifico en la descripción de la personalidad de Feijóo en su forma de ejercer el liderazgo dentro del PP, como el primus inter pares, dejando hacer a sus barones aquí y acullá lo que se les ocurra, mientras él se reserva, no ya como un gallego al estilo de Rajoy, sino como un gallego y medio. A pesar de que Ayuso ha hablado especialmente de Madrid, Almeida no ha abierto la boca, y Villacís, con otro lenguaje, no se separa un milímetro de las críticas al Gobierno... Con ese seguidismo a Ayuso, todos los barones y alcaldes que gobiernan en autonomías y ciudades han mostrado su oposición a las medidas de ahorro energético.

Lo que resulta más curioso es la facilidad con la que el PP mea fuera del tiesto. La mayoría de los gobiernos de la UE, urgidos por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se disponen a poner en práctica medidas de ahorro energético

Lo que resulta más curioso es la facilidad con la que el PP mea fuera del tiesto. La mayoría de los gobiernos de los países pertenecientes a la UE, urgidos por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se disponen a poner en práctica medidas de ahorro energético de distinto signo, los alcaldes y alcaldesas de las capitales europeas ya han puesto en práctica muchas medidas. Son conscientes de que Europa se encuentra en una encrucijada difícil. Ese afán del PP de crear malestar continuo entre la ciudadanía sin un mínimo interés constructivo y aportar ideas, sugerencias o propuestas que ayuden a vencer la resistencia de los ciudadanos a cambiar hábitos o costumbres que creíamos eternos, impiden que los españoles nos mostremos tan solidarios como nos creemos o desde fuera nos creen ver.

En estos días, al momento de comprar el periódico, me he encontrado con tres o cuatro personas mayores reunidas en conciliábulo, con opiniones críticas a las medidas, a las que me he permitido recordar cómo fue su vida en las décadas cuarenta y cincuenta, productos de nuestra guerra, para que, recordando, asimilen lo que ahora nos pasa. Los madrileños tenemos un modelo, el modelo Ayuso, que la propia iluminada cree que es exportable y en realidad no pasa del puerto de Navacerrada. Va en contra de los nuevos tiempos, de los vientos que corren por Europa, del apoyo mutuo para sufrir lo menos posible las desgracias que ya tenemos y las que nos vienen y para superar unidos esas fragilidades. Y Ayuso piensa que es ella la que está ordenando el mundo y la que nos va a sacar del atolladero. Es la manera de proceder de una iluminada que siempre tendrá seguidores, pero que va en contra de la historia. Otros madrileños se lo han recordado.

Mientras se opone a las medidas del Gobierno, porque nos llevan a la "pobreza", agudos madrileños le han echado en cara “a la mujer de pocas luces” en su cabeza, que tenga a los habitantes de la Cañada Real sin luz eléctrica, amparada en mil excusas. Mientras Ayuso habla de pobreza, sus políticas se dirigen a abrir una brecha mayor entre las distintas capas sociales, creando una clase privilegiada que siga gobernando un día esta Comunidad. Otra muestra de esas políticas de nuestra iluminada sotillana se patentiza en la distribución de las becas que ha anunciado. Es el ultraliberalismo más salvaje.

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Felipe Domingo Casas es socio de infoLibre

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