Larga vida al rey

Pako Martí

Un monarca temeroso de Dios.

El ahora monarca emérito Juan Carlos I debe de estar cansado de su retiro espiritual en Abu Dabi, donde todo está pagado. Supongo que las entradas para ver a Rafa Nadal se las habrá regalado algún “amigo”. Cosas de la realeza. De igual modo se rumorea en los mentideros de la Corte que, debido al cansancio de su majestad, lo más conveniente sería  su regreso al país, España, donde según el emérito, “se entierra muy bien”. Ustedes mismos.

Mientras acontece, las fiscalías, nacionales e internacionales, se preparan para dar carpetazo o aplazamiento  a las investigaciones que afectan a don Juan Carlos. El presunto cobro de comisiones del AVE a La Meca, ha sido archivado por el fiscal suizo, la tontería son 100 millones de dólares y tres años de investigación. Ahí lo dejo.

Loli Pozo, “la quiosquera”, espera que la Pantoja le devuelva los 70.000 euros que, presuntamente, le prestó hace ocho años. A Loli le gustaría terminar de arreglarse la boca y comer marisco estas navidades.

La casa Borbón-Anjou, castellanizada simplemente como Borbón, siempre ha tenido especial predilección por los business, fuesen de carácter publico o privado. Su posición de privilegio se lo permitía. A la par que, el acto de fe que guió a Loli Pozo, “la quiosquera”, que dejose, supuestamente, engañar por la tonadillera, sin importarle los réditos que le hubiese proporcionado la operación no quedara más que en las hojas del papel couché. Loli probablemente muera antes que la judicatura resuelva. Y lo más jodido, sin dentadura.

Apremia la navidad ómicrom sin Loli, y la llegada del emérito, tras una salida del país a puertita gayola. La Navidad que marcara un nuevo descrédito de esa, por la gracia de Dios y del caudillo, institución monárquica. Larga vida al rey.

De purísima y oro.

Pako Martí es socio de infoLibre

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