Más de lo mismo

Mario Diego Rodriguez

Por fin el pasado domingo 2 de abril, Yolanda Díaz despejó buena parte de las incógnitas que encerraba su proposición política Sumar. Si tuviese que resumirlo en cuatro palabras lo resumiría diciendo: más de lo mismo. Podríamos pensar que los objetivos de Pablo Iglesias queriendo asaltar los cielos no eran los mismos que los de Yolanda Díaz queriendo ser hoy la primera presidenta de un gobierno español. Sin embargo, si nos preguntamos, tanto en un caso como en el otro ¿para qué?, tales diferencias no existen.

En realidad, ni el asaltar los cielos que nos fue presentado como el que pondría fin al "régimen del 78", ni Sumar, que es el paso lógico siguiente, pondrán fin a la explotación de la clase trabajadora. No ha sido ni es el objetivo de esa “izquierda a la izquierda del PSOE”. “Si no se ha ido más lejos es porque no se puede”, nos dicen tanto el uno como la otra. El poder, el verdadero, por el que nadie vota, las empresas del Ibex 35, según ellos, se lo impiden, por eso hacen lo que pueden.

Mientras, la primera de las dos citas electorales de este año se acerca a pasos de gigante. Repentinamente, al igual que en los grandes centros comerciales en periodo de rebajas con sus publicidades, tanto el PSOE como los que están a su izquierda nos inundan con lo realizado por el Gobierno de coalición “más progresista de la historia” mezclándolo con las promesas de lo que se realizará si “votamos bien”. Y como, hasta ellos, están poco convencidos por el argumento de sus realizaciones, añaden a sus arengas el peligro que sería un gobierno PP-Vox, bien sea en las elecciones locales o en las generales.

La burguesía y los políticos a su servicio no han terminado de imponernos sacrificios. La lucha de clases no cesará hasta que ésta ponga un término al orden social capitalista

Naturalmente, si las cosas se tuercen electoralmente, la culpa de ello la tendríamos los electores y no la política sembrada de promesas incumplidas o cumplidas a medias, como, por ejemplo, la subida del salario mínimo a 1.080 euros que además de ser insuficiente y de no ser aplicada en todas las empresas, se vio severamente mermado por la inflación; la reforma laboral que en lo esencial recondujo la precedente no derogada; la reforma de las pensiones que mantiene la jubilación a los 67 años de Zapatero… La lista no es exhaustiva.

Difícil no estar enojado con un gobierno que cuando no cumple con lo prometido o cuando lo hace a medias solo se dedica a lamentar que la culpa la tienen la guerra de Ucrania, la inflación o la pérdida del poder adquisitivo, sin atacar nunca a los capitalistas responsables de esta situación, y haciendo caso omiso del hecho de que es la burguesía la que impone tales medidas mientras que ella atesora riquezas como nunca lo ha hecho antes.

Hace tiempo que la burguesía nos declaró una guerra sin cuartel liderando así la lucha de clases, con lo cual la clase trabajadora no debe, en ningún caso, bajar la guardia. No debemos rehuir ninguna de las batallas que la patronal nos plantee, ya sea directa o por vía gubernamental, y utilizarlas para fortalecernos numérica y políticamente. La burguesía y los políticos a su servicio no han terminado de imponernos sacrificios. La lucha de clases no cesará hasta que ésta ponga un término al orden social capitalista. Y esto último, ninguna papeleta en una urna podrá realizarlo.

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Mario Diego Rodríguez es socio de infoLibre

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