Partido 'Populista' de Madrid

Julián Lobete Pastor

El último congreso del PP madrileño ha dado a luz un nuevo partido, el Partido Populista de Madrid, transformando el antiguo PP madrileño, con el permiso de Feijóo, en un partido netamente populista. Así se desprende del resultado del congreso celebrado a finales de mayo en Madrid y de las manifestaciones de la entronizada (nunca mejor empleada esta expresión) presidenta del nuevo partido.

Una partido populista se caracteriza sobre todo por ser un partido monolítico y antipluralista, excluyente: sólo es pueblo lo que él dice que es pueblo.

La nueva presidenta del PP madrileño ha sido elegida con el 100% de los votos (es broma el 99%) con avisos para posibles disidentes; el aviso fue previo y, por supuesto, para quienes se les ocurra mencionar una perspectiva de género. Todo el que viera las imágenes del congreso pudo comprobar que fue más bien un acto de aclamación, de entronización de la nueva lideresa mesiánica.

Como todo líder o lideresa mesiánica Ayuso tuvo su “revelación”. Lo contó ella misma en su discurso de cierre: fue a la salida de la misa de San Isidro (qué lugar mejor): “Se agolpó alrededor de mí una  multitud de jóvenes, inmigrantes, personas con discapacidad y mayores sobre todo mayores...”. Y ello le llevó a plantearse que algo tendría que hacer por todas esas personas... y a replantearse su conducta, la conducta del partido.

Exclusión mediante el insulto

La exclusión del otro, del que no es pueblo, Ayuso la practica con el insulto. En el discurso de inauguración del congreso, la presidenta calificó a las feministas de malcriadas, solas, borrachas y abortistas irresponsables. Las palabras han provocado el consecuente rechazo, pero lo que la presidenta busca es la exclusión, la marginación, la expulsión. Cómo no castigar y discriminar a un colectivo con características tan degradantes? 

Ayuso contrapuso ese colectivo infame con las mujeres que cada día trabajan para sacar a este país adelante. Mujeres decentes frente a abominables. El verdadero pueblo contra el que no lo es.

El congreso nos ha aportado un nuevo concepto degradante del feminismo, el feminismo machista, según un término que  sugirió a la presidenta  una mujer mayor (vamos a oír a partir de ahora multitud de piropos a los mayores). Cabe preguntar qué reivindicación del movimiento feminista no ha sido iniciado  y peleado por mujeres ¿el movimiento sufragista?, ¿la igualdad salariar y legal ¿ el derecho al aborto?

Otro colectivo que no pertenece al pueblo es la izquierda que sólo trae pobreza, es rencorosa, aburrida, elitista, y que desprecia al pueblo trabajador y sencillo, como San Isidro, eso sí propietario. 

El partido del pueblo

“Somos el partido del pueblo, somos la vanguardia, proclamó la presidenta, el partido del pueblo pandillero y callejero de plazas terrazas y empresas”. Sólo ellos son realmente el pueblo. En un acto de campaña de 2016, Trump declaró que lo único que importa es la unificación del pueblo porque el resto no significa nada.

Dice Jan-Werner Muller, en su libro Qué es el populismo?, que “además de determinar quién realmente pertenece al pueblo, los populistas necesitan decir algo sobre lo que el pueblo de verdad quiere”. Ayuso nos dice lo que su pueblo quiere y lo vende como el comienzo de “algo grande”; quiere hacernos creer que sólo ella tiene una conexión directa con la “ sustancia” del pueblo.

La clara definición del PP madrileño como partido populista es preocupante para la ciudadanía madrileña y de toda España. Como nos recuerda Jan -Warner Muller, los populistas en el gobierno, y lo están en la Comunidad de Madrid, siguen polarizándose y preparan al pueblo para nada menos que una confrontación apocalíptica, en este caso con el gobierno central y con la izquierda a la que quieren eliminar.

En una fase más avanzada y cuando tienen todo el poder, recurren a colonización del estado, el clientelismo de masas, el legalismo discriminatorio (recuérdese la reciente ley ommnibus de la CAM) y la represión sistemática de la sociedad civil. Así ha ocurrido en la Hungría de Urbán, según nos recuerda el autor citado. Y así sucederá en España con un gobierno PP-Vox o su otra posibilidad la fusión del PP ayusista con Vox, lo que no es improbable.

Por poco que nos guste el partido populista madrileño, tiene un proyecto claro, lo que no se acaba de ver en el conjunto de la izquierda madrileña.

Mientras tanto, sigue controlando la agenda en Madrid una presidenta rápida para el insulto pero incapaz de explicar de forma coherente una propuesta de su gobierno referida a una  bajada de impuestos en 2024, relacionada con una inflación incierta. No entiende los términos de su propuesta, pero lo único que importa es el anuncio de una bajada de impuestos, aunque nunca llegue a concretarse.

Otra victoria de este populismo será desastroso para Madrid y para España. 

¿Sería mucho pedir a los partidos de izquierda que en Madrid no se repita lo de Andalucía? Un poco de generosidad y de renuncia en beneficio de todos?  

Julián Lobete Pastor es socio de infoLibre

  

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