¿Quién es el populista?

Antonio García Gómez

“A sus 83 años, Martín, vecino de Cevico de la Torre, un pueblo de Palencia de apenas 400 habitantes, recuperó los huesos de su madre. Se llamaba Catalina y no la recordaba. Cuando la fusilaron era un bebé de nueve meses… ¿Por qué hacer incompatible llorar y honrar a Miguel Ángel Blanco con llorar y honrar a otras víctimas que llevan décadas esperando?” Pilar Mera…

Dice Feijóo que el intento de gravar, por parte del gobierno central, y en nombre de todos los españoles/as, a los altísimos beneficios de las “entidades bancarias” y las megaempresas “eléctricas” sólo puede ser tildado de “fiscalidad populista”, aunque resulte que en otros países de nuestra Europa, de Reino Unido a Italia, de Alemania a Suiza, de Países Bajos a Suecia… se hayan tomado medidas similares.

Y es que el preclaro Feijóo, tan entronizado en su papel de líder áulico de la derecha, que le exige que “se mueva lo menos posible”, teme que esas megaempresas terminen recuperando sus aportaciones fiscales cargándoselas a sus clientes “paganos”, mostrando o escasa confianza en tan poco altruistas empresas o excesivo servilismo ante ellas, mientras mantiene la intención consuetudinaria de dejar que “las cosas se pudran”, al más puro estilo Rajoy empezando por abajo, naturalmente, mientras se critica inmisericorde y se suspira por llegar al gobierno de los escombros que queden… porque de “lealtad y sentido de Estado” nada de nada, rezando porque “todo vaya a peor”. Despreciando en cualquier caso la intención declarada del gobierno central de que se vigilará para que no haya abusos sobre futuras tretas que osen endilgar las nuevas tasas fiscales a cuenta de los “paisanos” de a pie. Es decir, según la doctrina derechista: “mejor no molestar a los grandes imperios financieros… que ya pagaremos la factura los de abajo…”. Lo de costumbre: “implacables con los de abajo y en medio, débiles y contemplativos con los fuertes y poderosos”. Nada nuevo bajo el sol de la derecha. ¿Se acuerdan de los copagos farmacéuticos, y las subidas del IVA, y los despidos cuasi libres, y los incrementos de las tasas judiciales, universitarias, el plan Bolonia?, pues algo parecido, aunque desde la oposición clamen por la “masiva bajada de impuestos”.

El preclaro Feijóo, tan entronizado en su papel de líder áulico de la derecha, que le exige que “se mueva lo menos posible”, teme que esas megaempresas terminen recuperando sus aportaciones fiscales cargándoselas a sus clientes “paganos”

Y ya puestos, y como de paso, desviando la atención, mientras se rompen negociaciones para renovar el CGPJ… ¿hasta que gobiernen ellos?, “es de nuevo la costumbre”. Aunque desde Europa nos conminen a renovar de una vez a los jueces “amortizados”.

Y así se anuncia, con descaro y alharacas, que en cuanto lleguen al poder “derogarán” la ley de la memoria democrática, así en su totalidad, sin miramientos, y que revienten las víctimas en el olvido y el ostracismo, al menos las ajenas a su ideología, de nuevo parapetado el franquismo y su maldad no condenada, y, una vez más, no rehabilitados tantos compatriotas que fueron leales y murieron, perseguidos, asesinados, por haber permanecido fieles a la “legalidad vigente”. Valiente escarnio.

Y de esa manera Feijóo vuelve a “darle la espalda a las víctimas”, mostrando un “populismo”, esta vez sí, que él y los suyos, por lo visto, no perciben, a expensas de que la sangría fratricida iniciada en el golpe de estado del 36 siga contemplando “vencedores y vencidos”, a expensas de que, también en los albores de la democracia, lo anterior era pura y dura dictadura, se cometieron excesos y se acumularon víctimas aún pendientes de considerar y rehabilitar.

Porque para soñar con un futuro más justo es imprescindible conocer un pasado muy imperfecto. Y no se puede, no se debería, tener tanto miedo, ofrecer tanta sospechosa resistencia a conocer nuestro pasado, el común, el de todos y todas, y no solamente el de “los nuestros".

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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