Tiempo de "patriotas"

Antonio García Gómez

“Alguien lo decía: el bicho anula la lucha de clases. Qué empeño tienen algunos en anular esa lucha. La enfermedad y la muerte lo iguala todo. Menuda trola…”. Alfons Cervera.

“Yo no sé qué es eso de servir a la patria, si la patria es mi madre y mi padre, como dicen también, de mis verdaderos padres sé yo, y cada uno sabe de los suyos, que se sacaban el pan de la boca para que no faltara en la nuestra, así que la patria se debe sacar el pan de su propia boca para que no le falte a la mía, y si yo tengo que comer cardos, que los coma la patria conmigo, a no ser que haya unos que son hijos de la patria y otros que son hijos de puta”. José Saramago.

Se inflaman los patriotas sobrados de pulseras y banderitas bicolores, al socaire de las ínfulas que braman por sentirse más seguros de las barbaridades que repiten a diario. Hasta el punto de que Nadia Calviño, vicepresidenta del gobierno, tuviera que preguntar a Espinosa de los Monteros, de Vox, que  “si conocía a algún español real”.

De todos modos, daría igual porque tales “patriotas” no quieren hablar “de ricos y pobres”, porque ellos desprecian a estos últimos y ponderan a los primeros, sin necesidad de cruzar las vías, las necesidades, las prioridades.

Por eso insiste el Portavoz del gobierno autonómico de Madrid en un dato histórico a su cuenta de 7.291 ancianos y ancianas que murieron en las residencias de su Comunidad, muchos de ellos condenados a no ser tratados médicamente, hospitalariamente… en el tiempo álgido de la pandemia. Pero dice que “eso está ya superado y olvidado”, y se refiere a las familias de los fallecidos/as. Por eso mismo, el gobierno de Díaz Ayuso rechaza “investigar creando, siquiera, una Comisión” para ver de desentrañar qué y por qué pasó lo que sucedió.

"No lo superaremos hasta que haya justicia”,  replicaron los familiares. “Una sociedad que ignora o descarta a sus mayores es una sociedad indigna”. Paloma Bravo.

Una sociedad que ignora o descarta a sus mayores es una sociedad indigna

Paloma Bravo — Escritora

En La Cañada, un suburbio infecto a 14 kilómetros del centro de Madrid, transcurrirá la “mala vida” un segundo año sin luz, y “que sobreviva el que pueda”. No tendrán un sobregasto en el consumo de la energía que se ha subido por las nubes porque no podrán enganchar la luz a ningún sitio. En las Cortes de Castilla León, su vicepresidente, tras el asesinato machista de una mujer en Palencia, ha asegurado que hay mujeres desalmadas” que se aprovechan para quedarse con la custodia de los hijos y, junto a Vox, su matriz doctrinaria, se niega a considerar el último crimen de una mujer como “violencia machista”, por ser ideológica. ¡Pues claro! Son lo que son y lo que no pueden dejar de ser.

En Castilla León, de hecho, existen ahora mismo 1.556 mujeres con una orden de protección dictada por los juzgados, temiendo por sus vidas, en tanto vicepresidente en cuestión las llama “privilegiadas” porque se aprovechan de su carácter de víctimas para sacar no sé qué prebendas.

Para certificar la desigualdad que hay que “mantenella y no enmendalla” permanece el bloqueo de los jueces conservadores en el Poder Judicial hasta lograr llevar a la Justicia a una “situación límite”. Es decir, que “o con ellos o con ellos”, en contra de toda consideración democrática que desprecian y desobedecen. Ya va para cuatro años que el Poder judicial se debería haber renovado, de acuerdo a ley a Derecho, pero no están por la labor de… perder influencia a su favor.

El anciano que leyó un escrito ante Representantes políticos, en el pleno del Ayuntamiento, para denunciar el estado lamentable de las Residencias en la Comunidad de Madrid, al cabo de su intervención, al ver que muchos políticos/as rompían a aplaudir, él también inició unos tímidos aplausos. Atento, un ujier acudió raudo a corregir y prohibir esa manifestación espontánea porque… “el anciano no puede ni debe aplaudir”. Y es que estos “pobres” no saben de protocolo. Y es que el pueblo llano no domina, seguro, el procedimiento correcto.

Declaraba ayer, por otra parte, la ministra británica de Interior que sueña, “obsesionada”, “con aviones que deporten a solicitantes de asilo hacia Ruanda”. Como para soñar con un mundo mejor, más justo, más humano, más igualitario.

Porque son “machotes y machitos", ostentan "cojones", insultan con "su gracia", descaro y desenvoltura, y todo es cuestión de “clase alta”, privilegiada, desde sus “colegios mayores”, a resguardo de las hordas socialcomunistas que podrían… corromper a tanto “patriota” bien nacido de pulserita, medallita y banderita bicolor”.  ¡Mecachis! Con el patriotismo de unos cuantos contra el patriotismo de quienes son capaces de “compartir” con el resto de patriotas de menor nota.

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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