Verónica Forqué o la delicadeza en el gesto...
...tierno…, triste, ingenuo, descarnado...
"He sido una mujer sometida y no fui consciente hasta que casi me muero…” . Verónica Forqué
El payaso, la payasa…
de los ojos tristes,
de la mirada amarga,
de la sonrisa apagada,
disimulando la tristeza
implacable
que acabará languideciendo
bajo el estertor
del eco apenas audible,
del ruido alborotado
azuzando claqué
de los zapatones…
perdidos, torpes,
golpeando el serrín sucio,
al final de la función,
apagadas las luces,
huidos los aplausos,
vacía el alma,
de la payasa de la mirada
apagada,
del payaso del maquillaje
corrido.
Arrastrando la soledad de
“los payasos tristes”,
El rictus marcado
a fuego y desencanto,
tras haber hecho reír
al “respetable”
que también abandonaba
la función con un rictus
de amable desconsuelo.
Veronica Forqué: descanse en paz
en medio de las medias sonrisas
de quienes aplaudíamos,
también tristes,
al acabar la…
función diaria,
apagadas las luces de neón,
sola “la Forqué”…
en su camerino, a solas.
Antonio García Gómez es socio de infoLibre