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'Derechos humanos y Constitución'

Portada de Derechos humanos y Constitución, coordinado por Javier de Lucas y José Manuel Rodríguez Uribes.

infoLibre publica un extracto de Derechos humanos y Constitución, un libro coordinado por Javier de Lucas y José Manuel Rodríguez Uribes, editado por el sello valenciano Tirant lo Blanch y que se presenta el 19 de diciembre en la Delegación de Gobierno de Madrid. El volumen de más de 800 páginas reúne a 36 autores, en su mayoría miembros de los dos institutos de derechos humanos de universidades públicas que existen en nuestro país, el Instituto Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III y el Instituto de derechos humanos de la Universitat de València.

En el libro, los autores reconocen que "jamás en la historia de nuestro país hemos contado con un período semejante de reconocimiento de derechos humanos y constitucionales", pero a la vez proponen ir un poco más allá. Los coordinadores señalan que eso "no significa, ni de lejos, confundir ese juicio con la creencia de que habitamos en la mejor de las Constituciones posibles", y proponen por ello estudiar sus deficiencias y limitaciones. Javier de Lucas, también colaborador habitual de este periódico, resume estos "retos abiertos" en la inclusión de "otra concepción, que por resumir tendría dos rasgos: que sea ecofeminista, de un lado y, de otro, que tome en serio los derechos sociales". Este es el texto que introduce el volumen. 

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Quienes firmamos esta presentación, como coordinadores de este libro dedicado al cuarenta aniversario de los derechos reconocidos en la Constitución española de 1978, coincidimos en una primera consideración: jamás en nuestra historia hemos contado con un período semejante de reconocimiento de derechos humanos y constitucionales. Sí. Está justificada la dimensión de celebración del aniversario.

¿Significa eso que vivimos  el mejor de los mundos posibles? Por supuesto que no. Ante todo, porque a lo largo de estos cuarenta años es evidente la existencia de déficits, incluso importantes, a la hora de garantizar de forma efectiva y equitativa estos derechos a todos los ciudadanos. Además, porque nunca se puede dar por acabada, por asentada, la lucha por este reconocimiento y garantía. Los juristas y, si se nos permite decirlo, aquellos que tienen, tenemos  como campo de trabajo –de docencia y de investigación— los derechos humanos y fundamentales, llevamos bien aprendida la lección de Ihering y sabemos que los avances en derechos se consiguen siempre mediante la lucha constante por ellos. Claro que esa lucha no es sólo confrontación social. Porque también se lucha por los derechos aplicándose en su pedagogía, en el debate abierto y en la investigación. Reivindicamos precisamente esa dimensión de investigación, que va más allá de la información, de la formación básica y especializada y de la transferencia de conocimientos en lo que nos gusta llamar cultura de los derechos y que consideramos base imprescindible para la tarea política por excelencia, esa permanente paideia que es la formación crítica de la ciudadanía. Sin el conocimiento de los derechos de los que son titulares, sin la conciencia de que su condición de señor del Derecho, de señores de los derechos, compromete a los ciudadanos en una actitud de vigilancia, de control y de ejercicio que va más allá del mero uso y disfrute de los mismos, no hay ni Estado de Derecho ni democracia que no se degraden. La cuestión, pues, es mantener despierta esa disposición.

Nosotros, los que escribimos en este libro, miembros en su inmensa mayoría de los dos Institutos públicos de derechos humanos, el Instituto Bartolomé de las Casas de derechos humanos de la Universidad Carlos III y el Instituto de Derechos Humanos de la Universitat de València, estamos convencidos de que mantener despierta esa disposición significa, en nuestro caso, seguir investigando para comprender y hacer progresar el reconocimiento y la garantía efectiva de los derechos humanos y fundamentales. No buscamos “la verdad”, las leyes necesarias de la experiencia o de la lógica, que no existen en este terreno. Tratamos de mejorar la satisfacción de necesidades a través de los derechos y también buscamos cómo responder a los desafíos que comporta la aparición de nuevas necesidades y de nuevas amenazas o riesgos para su satisfacción.

Todo ello explica la metodología que seguimos para responder a la propuesta que nos hizo el editor cuando nos planteó una publicación que aprovechara el aniversario. Era perfectamente posible seguir el camino de la exégesis jurídica, esto es, un comentario de todos y cada uno de los artículos del título primero de la Constitución, consagrado a los 

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