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Mariah Carey es el Grinch que nos roba la Navidad, pero menos mal que Elvis sigue vivo

Portada de Elvis' Christmas Album

Todo lo que queremos por Navidad es un poco de silencio y recogimiento. Pero eso Mariah Carey no lo pilla porque no nos escucha, solo nos arroja un aullido detrás de otro, cada uno más agudo que el anterior. Ella es el verdadero Grinch que cada año nos roba la Navidad a cambio del puñado de (miles de) dólares recaudado por su archiconocido y latoso All I want for Christmas is you. Pero esa no tiene por qué ser la banda sonora para estas fiestas. En absoluto eso tiene que ser así.

Porque, de hecho, el género navideño estaba ya mucho antes de que ella lo acaparara todo en los últimos lustros. Los villancicos contemporáneos siempre han sido un filón desde que el ser humano comenzó a comercializar a mansalva la música grabada, allá por los años cuarenta del siglo pasado. Y bien lo supo antes que el resto Bing Crosby, pues su interpretación de White Christmas (lanzada en 1942, obra de Irving Berlin) sigue en el Libro Guinness de los Records como el single más vendido de la historia con 50 millones de copias.

Este relevante dato nos da una idea de la dimensión comercial que puede llegar a tener la música navideña una vez que trasciende a la religión (es decir, casi siempre). Por eso no sorprende que artistas de lo más variopinto, en un momento dado de sus carreras, decidan grabar todo un disco navideño, ya sea reinventando viejos villancicos por todos conocidos o aportando nuevas composiciones que suenan de una manera concreta que todos asumimos como perteneciente a estos días.

Y es que, aunque no lo parezca por la pervivencia de los clásicos en la memoria colectiva, el de la música navideña es un género que se renueva anualmente más de lo que parece. Ahí está Norah Jones, por ejemplo, quien editaba el pasado octubre (eso es anticipación) I dream of Christmas, un disco navideño que recopila clásicos como White Christmas, Winter wonderland o Christmas time is here junto a nuevos temas originales que exploran la complicada situación de nuestros tiempos y desean unas fiestas llenas de alegría y unión.

"Siempre me ha encantado la música navideña, pero nunca he tenido la intención de hacer un álbum así hasta ahora. El año pasado estuve escuchando durante el confinamiento Funky Christmas de James Brown y Christmas Album de Elvis Presley y eso me reconfortó. En enero de 2021, empecé con la idea de hacer un álbum navideño propio", explica la cantante, compositora, pianista y actriz estadounidense.

Pero volvamos desde Norah Jones, quien ha citado dos discos navideños esenciales, hasta el pionero Bing Crobsy. Porque si su single White Christmas ha vendido más de 50 millones de copias, el disco Merry Christmas (1945) acumula la nada despreciable cantidad de 15 millones gracias a sentidas interpretaciones de Silent night, Jingle bells, Santa Claus is coming to town o Adeste Fideles. Con ese repertorio, fue el cancionero navideño más vendido en el mundo cada año hasta 1950.

Durante muchos lustros fue Merry Christmas el segundo álbum del género más vendido (ahora se mantiene en el top 20) tan solo por detrás de los 19 millones del Elvis' Christmas Album lanzado por el Rey del Rock en 1957. Este trabajo de Presley, quien aún lanzaría en 1971 otra obra navideña titulada Elvis sings the wonderful world of Christmas, supone un antes y un después para los discos navideños en un momento de eclosión para la industria discográfica. Él abrió la espita y por eso sigue siendo el disco navideño más vendido casi 65 años después.

Así las cosas, tras él llegarían millonarios éxitos crítica y público como los de Frank Sinatra (A Jolly Christmas, también de 1957, pero sepultado por el abrumador poderío del joven Elvis), Johnny Mathis (Merry Christmas, 1958), Ella Fitzgerald (Ella wishes you a swinging Christmas, 1960), Nat King Cole (The Christmas song, 1963), Vince Guaraldi Trio (A Charlie Brown Christmas, 1965) o Barbra Streisand (A Christmas Album, 1967). Menos vendió el en cualquier caso aclamado A Christmas gift for you from Phil Spector, lanzado en 1963 por el emblemático y controvertido productor con ayuda de intérpretes de la talla de Darlene Love, The Ronettes, Bob B Soxx & The Blue Jeans y The Crystals. 

Brian Wilson señaló al de Phil Spector como su disco favorito de todos los tiempos y, tanto le marcó, que al año siguiente lanzaba con sus Beach Boys su propio Christmas Album (1964), un éxito que se mantuvo en listas durante varias estaciones navideñas hasta 1968 con su mezcla de composiciones propias y versiones. Los Beatles sintieron también este gusanillo por lo que, durante la década de los sesenta, desarrollaron la tradición de mandar cada año mensajes navideños grabados en discos a los miembros de su club de fans oficial en Inglaterra: estos lanzamientos incluían tanto saludos como algunos villancicos y fueron recopilados en 1970 en The Beatles Christmas Album.

Después de esta primera época de gran aceptación, los discos navideños quedaron de alguna manera relegados a lanzamientos puntuales que nunca consiguieron empatar la notoriedad de sus predecesores. Lo intentaron con cierta puntería The Jackson 5 con su Christmas Album de 1970 (en el que Michael Jackson canta Little drummer boy, esto es, El tamborilero) y The Carpenters y John Denver, aunque el más destacado de aquella década fue el ya mencionado segundo navideño de Elvis Presley.

Aparte del single Last Christmas de Wham! (que está en un disco no navideño), los ochenta y los noventa vivieron sobre todo la irrupción del compositor Chip Davis y su grupo Mannheim Steamroller, que llegaron a vender 16 millones de copias de sus discos Christmas (1984), A fresh aire Christmas (1988) y Christmas in the Aire (1995). Y ahí es precisamente donde empieza la segunda edad de oro de este estilo musical, sobre todo a nivel de ventas, con Kenny G y, efectivamente, Mariah Carey, como perpetradores necesarios: ambos despachando 8 millones de unidades de The holiday album (tercer navideño más vendido) y Merry Christmas (el segundo), respectivamente. Ambos en 1994.

En 1995 veía la luz otro de los discos muy pertinentemente mencionados antes por Norah Jones, Funky Christmas, en el que James Brown recopiló en 1995 los tres discos de esta temática que había ido lanzando a lo largo de los años. Catarata de lanzamientos triunfales a partir de ese punto hasta la actualidad con Celine Dion (These are special times, 1998), otra vez Kenny G (Faith: A holiday album, 1999), Johnny Cash (Christmas with Johnny Cash, 2003, recopilatorio de lanzamientos de toda su carrera), Diana Krall (Christmas songs, 2005) o Josh Groban (Noël, 2007, quinto lanzamiento navideño más vendido jamás).

Sorprende ver por estos lares a Bob Dylan, pero es que a pesar de su origen judío, publicó en 2009 Christmas in the heart, un álbum con himnos, villancicos y canciones populares de Navidad, cuyas ganancias derechos de autor donó a Feeding America en Estados Unidos, Crisis en Reino Unido y el Programa Mundial de Alimentos de la ONE. Dos años después, Michael Bublé rompía las listas de éxitos con Christmas, cuarto disco de Navidad más vendido de la historia y con el que el crooner canadiense quedó para siempre fijado en la memoria colectiva.

Mientras todo esto acontecía, The Killers iban compartiendo con el mundo un nuevo villancico original cada año. En 2016 se reunieron todos ellos en un álbum lleno de excelentes melodías como Christmas in LA o I'll Be Home for Christmas, destinándose todos los beneficios a Product Red, la iniciativa del líder de U2, Bono, para luchar contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Ya en 2019, destacable es también The Christmast present de un Robbie Williams al que, tras tantas gamberradas, le va a la perfección esto de redimirse en la madurez cantando villancicos en familia.

Mención aparte para dos astros de la música en castellano como Raphael y Luis Miguel. El español, que popularizó El tamborilero en los sesenta, entregó en 2004 Raphael vuelve por Navidad, donde canta Pastores venid, Noche de paz y, claro, La canción del Tamborilero. El mexicano, por su parte, se decidió en 2006 a poner su chorro de voz al servicio de clásicos anglosajones como Mi humilde oración, Estaré en casa esta Navidad, Blanca Navidad o Santa Claus llegó a la ciudad (el disco se llama sencillamente Navidades).

Y mención final para Mariah Carey, claro. Porque te guste o no, la Navidad empieza cada otoño en el momento en el que medio mundo empieza a finales de noviembre a pinchar tímidamente All I want for Christmas is you. Un himno estacional que habría generado ya más de 60 millones de dólares solo en royalties desde su lanzamiento en 1994 como sencillo principal del álbum Merry Christmas. Un villancico ahora tan asentado entre nosotros que tuvo que esperar hasta 2019 para ser por primera vez número 1 en Estados Unidos, 25 años después de su lanzamiento. Así de imposible es escapar de Mariah Carey en Navidad. Pero hay que intentarlo.

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