LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
El parón del covid-19 sitúa a la construcción en el nivel de actividad que tenía en 2012
La construcción fue uno de los sectores más perjudicados por la parálisis económica que trajo el coronavirus. Pero también de los que más rápido comenzó con brío a recuperar la actividad. Aun así, la herida que ha dejado el covid-19 sigue abierta. Según los datos de Eurostat, la oficina de estadística de la UE, España fue el país europeo donde la producción del sector mayor caída sufrió en mayo comparado con la actividad que tenía un año antes, un 24,5%, y el cuarto en que más se redujo en junio, sólo superada por Eslovenia, Eslovaquia y Hungría. Tal es así que la actividad de la construcción española se mantiene aún casi 17 puntos por debajo del nivel que tenía en 2015, con un índice de 83,3 sobre 100. Su producción equivale a fecha de junio a la que tuvo al cierre de 2012, en plena recesión. Sólo Francia tiene un índice menor dentro de la UE.
La construcción aporta un 10% del PIB, 124.049 millones de euros en 2019, según datos de la patronal del sector, Seopan, que además lo sitúa como el sector que mayor actividad económica inducida genera. El confinamiento dejó desiertas las obras y anuló tanto las licitaciones públicas como las contrataciones. De hecho, la licitación de las administraciones públicas en el primer semestre se redujo un 34,8% respecto a 2019, de acuerdo con los datos de Seopan. Y según sus previsiones, si el resto del año continúa con el mismo ánimo, 2020 acabará con una licitación, de 12.275 millones de euros, lo que la situará en los niveles de 2011. La contratación pública ha bajado incluso más, por lo que se ha quedado un 55% por debajo del primer semestre de 2019; es decir, regresa a las cifras de 2013.
Casi todos los países tanto de la zona euro como de la Unión Europea sufrieron un tremendo batacazo en los meses de marzo y abril, con caídas mensuales en la actividad de la construcción que en España alcanzaron el 24,3% y el 27,4% en Luxemburgo en este último mes e incluso se dispararon hasta el 43% en Francia. A continuación, no obstante, los repuntes también fueron espectaculares: un 26,9% en mayo en España, pero nada menos que un 115,8% en Luxemburgo y un 131,9% en Francia. Pero, a diferencia del país galo, que en junio continuó con una reactivación del 12% respecto al mes anterior, España se quedó en sólo un 0,2% al comienzo del verano. De forma que no sólo en mayo la construcción española aún estaba un 24,5% por debajo del mismo mes de 2019, sino que en junio aún continuaba con un desajuste del 13,4%. Y esas cifras son las más abultadas de la UE. Considerado todo el primer semestre del año y comparándolo con el del año anterior, sólo Francia ha sufrido un desplome mayor de la producción, con un 36,3%; la construcción española redujo la suya un 23,4% respecto a los primeros seis meses de 2019.
El caso británico
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Sólo hay un país europeo que supere a Francia y España en el descalabro y ya está fuera del mercado único: Reino Unido. En el primer semestre la producción del sector se contrajo un 36,4% respecto al mismo periodo de 2019. En abril su caída interanual fue también la mayor de todo el continente, un 44,7%, pero es que, a diferencia del resto, la construcción en Reino Unido no se reactivó en mayo. Por el contrario, su producción continuó cayendo un 42,3% en mayo y un 22,3% en junio respecto a los mismos meses del año anterior. La causa estriba en que su reactivación mensual ha sido más tímida y más lenta, apenas un 7,6% en mayo y un 23,5% en junio. De manera que Francia y Reino Unido, seguidos de España, encabezan la brecha de producción con los niveles que el sector de la construcción había alcanzado en 2015 y que es donde la estadística de la UE sitúa el nivel 100. Así, en el segundo trimestre del año, Francia se quedaba con un índice de 70,4 y Reino Unido de 71,3, mientras que España tenía 83,3. En comparación, Alemania ya había escalado hasta 113,5 y Holanda hasta 127. No hay datos de Italia.
Para hacerse una idea de dónde se encuentra el sector tras el parón de marzo, basta con recordar que desde 2015 –índice 100–, la producción de la construcción no había dejado de crecer, hasta llegar a un índice de 108,2 en 2018 –que encogió un poco en 2019, hasta 107–. En 2009, cuando la burbuja del ladrillo se pinchó, había alcanzado un índice de 122,5, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esos mismos datos revelan un desplome del 31,5% en la nueva contratación –pública y privada– y del 26% en los ingresos del sector.
De media, la construcción en la Unión Europea se encuentra aún un 5,9% por debajo de su nivel de producción de hace un año. Pese a que en mayo subió un 22,3%, en junio la reactivación se ralentizó y sólo alcanzó un modesto 2,9%.