Argentina
La Armada argentina da por muertos a los 44 tripulantes pero seguirá buscando el submarino en "el lecho marino"
La Armada argentina ha puesto fin este jueves al operativo de rescate de las 44 personas que viajaban a bordo del ARA San Juan, pero mantiene la búsqueda del submarino militar, que desapareció el pasado 15 de noviembre en aguas de la Patagonia tras sufrir una explosión.
El portavoz de la Armada, Enrique Balbi, ha comparecido para anunciar que la fase de búsqueda de supervivientes ha concluido. "Ya no habrá rescate", ha dicho, explicando que esta fase "se ha extendido a más del doble de la cantidad de días" recomendados.
Sin embargo, "se seguirá con la búsqueda" del ARA San Juan en el lecho marino, ha subrayado. Balbi ha precisado que esto implica "cambios en el equipamiento y en el personal dedicado al operativo", según informa la agencia de noticias Télam.
Tras enterarse de la noticia, los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan abandonaban la base naval de Mar de Plata, que se había convertido en su cuartel general, entre sollozos. "Les quiero pedir que insistan en que siga el rescate porque hay gente con fe de que todavía hay gente con vida", ha dicho a 'Clarín' Susana Álvarez, amiga de la familia del suboficial segundo Celso Óscar Vallejos, uno de los tripulantes.
La última comunicación del submarino fue el 15 de noviembre, cuando se encontraba en el golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa de Chubut. En el curso de la investigación se supo que informó de la entrada de agua por el sistema de ventilación al tanque de baterías, lo que provocó un cortocircuito y "un principio de incendio".
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Durante la búsqueda, en la que han participado efectivos y equipos de varios países, se detectó una "anomalía hidroacústica" que, según determinaron las autoridades argentinas, es compatible con una explosión que se habría debido a una acumulación de hidrógeno.
Sin embargo, en estas dos semanas, ha habido varios momentos para la esperanza, como supuestas "llamadas satelitales" y "ruidos", así como el avistamiento de bengalas blancas, que inicialmente se creyó que podían ser llamadas de socorro de la tripulación.
Actualmente, la búsqueda se centra en un área de 40 kilómetros de radio que se ha ido reduciendo desde los 482.507 kilómetros cuadrados que llegó a abarcar.