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De trabajar en petroleras a defender el Pacto Verde: las contradicciones del futuro comisario del clima europeo

El futuro comisario de clima europeo Wopke Hoekstra en el Parlamento europeo

Mickaël Correia (Mediapart)

Llegó como una estrella del rock. Con una amplia sonrisa y las manos en los bolsillos, Wopke Hoekstra irrumpió ayer por la tarde en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, acompañado por un enjambre de cámaras y agentes de seguridad. Durante más de tres horas, este holandés de 48 años, ex ministro de Finanzas y luego de Asuntos Exteriores en su país, fue interrogado por los eurodiputados que debían aprobar su nombramiento como "mister clima" de la Unión Europea (UE).

A finales de agosto, la Comisión Europea propuso a Wopke Hoekstra como responsable de Acción por el Clima, tras la dimisión de Frans Timmermans, que decidió volver a la política holandesa. Para justificar su elección, el Ejecutivo europeo argumentó que "su experiencia gubernamental será un activo importante, en particular para la diplomacia climática de Europa de cara a la COP28 y para la financiación de las políticas climáticas".

Sin embargo, aunque Wopke Hoekstra fue ministro en Países Bajos con el gobierno de centro-derecha de Mark Rutte entre enero de 2010 y el pasado septiembre, es su experiencia pasada en el sector privado lo que ha causado revuelo en la izquierda parlamentaria y en los círculos ecologistas. Este democristiano holandés, afiliado al Partido Popular Europeo (PPE, derecha europea), trabajó para el gigante petrolero Shell de 2002 a 2005, y después como empleado de la consultora McKinsey de 2006 a 2017.

"Nunca ha mostrado interés ni ambición en la política climática", afirmó Mohammed Chahim, eurodiputado socialista y demócrata holandés.

Antes de la comparecencia, unas cincuenta organizaciones ecologistas europeas llegaron a firmar una carta abierta dirigida a la comisión de Medio Ambiente del Parlamento, en la que señalaban que Wopke Hoekstra, como ministro, había bloqueado el cierre de una planta de gas en Holanda y había concedido una ayuda incondicional de 3.400 millones de euros a la aerolínea Air France-KLM. Una petición contra su nombramiento ha recopilado también más de 100.000 firmas.

Salvar la innovación frente al calentamiento global

A pesar de sus credenciales antiecologistas, Wopke Hoekstra intentó ganarse a los eurodiputados para obtener la cartera de Acción por el Clima. En un discurso inaugural de 15 minutos, el holandés aseguró a los eurodiputados de las comisiones de Medio Ambiente, Industria y Asuntos Exteriores que iba a seguir los pasos de su predecesor Timmermans, que lanzó el "Pacto Verde", el plan climático europeo destinado a reducir las emisiones un 55% de aquí a 2030 y lograr la neutralidad del carbono en 2050.

“Mis hijos sólo me hablan de dos temas: la guerra de Ucrania y el cambio climático", afirmó. “Estamos corriendo un maratón, no un sprint. Preparémonos para un Pacto Verde 2.0 sobre clima, biodiversidad, circularidad y contaminación.”

Ante el auditorio, el ex empleado del petróleo se comprometió a continuación a reducir las emisiones de la UE en un 90% de aquí a 2040 –en línea con las recientes recomendaciones del Consejo Consultivo Científico Europeo–, además de "echar una mano" a la industria y a los agricultores. A continuación, anunció dos grandes proyectos para su futuro mandato: gravar el sector de la aviación y poner fin a las subvenciones a los combustibles, llegando incluso a criticar a las grandes petroleras por intentar restar importancia a su papel en el caos climático.

“Voy a poner el listón muy alto", concluyó Hoekstra. “Me dejaré guiar por la ciencia y seré la voz de la próxima generación".

Ante los grandilocuentes anuncios del que pretende ser futuro comisario del Clima, los eurodiputados socialistas, como el alemán Tiemo Wölken, le preguntaron qué respuestas concretas daría a la emergencia climática.

Wopke Hoekstra aprovechó para desvelar su solucionismo tecnológico y su fe en la innovación, subrayando la importancia en la lucha contra el cambio climático de los muy controvertidos sistemas de compensación de emisiones y de captura de CO2. Preguntado por la combinación energética a la que deberíamos aspirar para hacer frente al desafío climático, respondió: "La tecnología nos está dando algunas buenas sorpresas [...]. Soy muy optimista sobre la energía eólica marina [...] y estoy de acuerdo con los científicos que dicen que no podemos descartar la energía nuclear".

Y afirmó, ante unos eurodiputados de izquierdas escépticos: "Debemos ser los ángeles de la guarda de las clases medias".

Retórica evasiva

Dado que los países europeos han gastado 646.000 millones de euros en apoyar el consumo de carbón, gas y petróleo desde septiembre de 2021, el eurodiputado holandés de Los Verdes Bas Eickhout exigió pruebas tangibles de cómo el futuro comisario de Clima pretendía poner fin a las subvenciones a los combustibles fósiles. Wopke Hoekstra respondió que "hablaría con los diferentes países" y que proporcionaría "un análisis" para retirar las ayudas dañinas para el clima en los próximos presupuestos a largo plazo de la UE.

En el transcurso de las preguntas fue apareciendo poco a poco la visión liberal de Hoekstra. “Estoy enamorado del mercado europeo del carbono", dijo, un sistema de compras de derechos de emisión de carbono entre grandes empresas poco operativo ante el reto climático. Y cuando un diputado le preguntó si debíamos limitar el consumo de carne para reducir nuestras emisiones, respondió que no había que obligar a los ganaderos a reducir sus cabañas de ganado.

En las preguntas de varios eurodiputados también salieron a relucir los posibles conflictos de intereses. La eurodiputada francesa de Los Verdes Marie Toussaint pidió a Hoekstra una lista de los encargos que había realizado para McKinsey, una empresa que asesora a numerosos grupos industriales perjudiciales para el clima. Pero el candidato se limitó a echar balones fuera: "Nunca trabajé para una petrolera cuando estuve en McKinsey".

“El problema es la contradicción entre sus palabras y sus actos anteriores", le interpeló, exasperada, Silvia Modig, diputada finlandesa de izquierdas. “¡Esa contradicción tiene que ser constatada por usted mismo!”

Un momento crucial para el clima

El posible nombramiento de Wopke Hoekstra se produce a nueve meses de las elecciones europeas, para las que la derecha ha decidido convertir la cuestión climática en una línea divisoria de la campaña. El proyecto de ley sobre restauración de la naturaleza aprobado en julio en el Parlamento, texto central del Pacto Verde, quedó por ejemplo desbaratado tras la vehemente oposición de la derecha y la extrema derecha.

"Validar a un comisario del clima procedente del PPE, la derecha europea, en un momento en que este mismo PPE parece cada vez más reacio a apoyar el Pacto Verde, e incluso se está convirtiendo en un feroz opositor en ciertos temas, plantea inevitablemente interrogantes", declaró a Mediapart Pascal Canfin, eurodiputado francés del grupo centrista Renew Europe y presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento.

Además, en los próximos meses la UE tendrá que tomar una serie de decisiones de vital importancia para el clima, como las normas de emisiones de CO2 para autobuses y camiones, la renovación o no de la autorización del glifosato o la COP28 en diciembre. Y todo ello en un contexto en el que, en un intento por liberarnos de nuestra dependencia del gas ruso, varios Estados miembros han puesto en marcha proyectos para construir terminales de importación de gas americano o qatarí, con el riesgo de hacer descarrilar los objetivos climáticos de la UE.

Tanto Wopke Hoekstra y el eslovaco Maros Sefcovic han convencido a la mayoría de la comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo con sus respuestas por escrito. El próximo jueves 5 de octubre, el Parlamento Europeo procederá a una votación consultiva en sesión plenaria e.

Traducción de Miguel López

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