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El 'soft power' ruso se entromete en las elecciones alemanas

Página web de Russia Today.

Thomas Schnee (Mediapart)

La oferta de trabajo dirigida a los periodistas alemanes que “se duermen con los programas públicos y no temen lo privado” parece segura: “Aunque venimos de la fría Rusia, el ambiente que reina en la redacción es abierto y acogedor”, dice el mensaje de la cadena rusa online RT DE, anteriormente Russia Today y antes de eso RT Deutsch, cabeza principal de la creciente red de medios públicos rusos en el extranjero, un componente bastante reciente del soft power de Vladimir Putinsoft power.

Y es precisamente en el año en que se celebran elecciones generales en Alemania cuando la cadena RT DE, con sede en un edificio de lujo entre la Potsdamer Platz y la puerta de Brandeburgo, ha decidido pasar a una velocidad superior. “Lo que queremos es pasar de ser difusores de contenidos en Internet a ser enteramente una cadena de televisión alemana, como nuestra filial en Francia. Esperamos pasar de unos cien trabajadores a doscientos de aquí a final de año. Estamos también construyendo unos estudios de producción modernos en Adlershof, al sureste de Berlín”, cuenta el director de la redacción, Alexander Korostelev, quien reconoce que “con la fama de malos que tenemos, a veces es difícil reclutar gente”.

El grupo público ruso, creado en 2014, justo tras la anexión de Crimea por Rusia, que integra también a la agencia de contenidos de vídeo Ruptly, la agencia de prensa Sputnik o la plataforma de vídeo Redfish, forma claramente parte de la nueva estrategia diplomática de Rusia, que ha decidido invertir en una amplia red de influencias capaz de rivalizar con la competencia occidental y de difundir la buena palabra de Moscú, especialmente en Europa.

“Los Estados Unidos tienen la Voz de América, Francia la RFI y France 24, Alemania la Deutsche Welle y Gran Bretaña la BBC. Rusia tiene RT. ¿Dónde está el problema? Nosotros somos como los demás. Nuestro objetivo es ante todo dar a conocer mejor Rusia”, explica con una voz suave y segura este treintañero ruso que ha crecido en parte en Hamburgo y maneja un alemán perfecto.

Pero esa fachada honorable y apacible no resiste una mínima investigación. Al menos un 80% de contenidos no tiene nada que ver con una amable presentación de Rusia sino más bien con el caos que reina en sus vecinos occidentales y por supuesto también en Alemania.

Susan Stewart, especialista en asuntos rusos del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP), confirma que, pese a la finalización del gaseoducto germano-ruso NordStream 2, la posición de Berlín sobre Ucrania, la asistencia sanitaria al opositor Navalny y la posición económica y política dominante en Europa hacen de Alemania un objetivo preferente de la desestabilización por parte rusa, que persigue un doble objetivo interior y exterior. “Sus informaciones tienen por objeto ofrecer a los alemanes la imagen de una Alemania inestable, donde no se vive bien y, en comparación, Rusia aparece como estable y atractiva”.

Para Susanne Spahn, historiadora y periodista, autora de varios estudios sobre los medios rusos en Alemania, el discurso que presenta sigue invariablemente el mismo esquema, que describe así: “Las democracias están fallando. Las élites políticas occidentales están desconectadas de la realidad y/o corrompidas. El sistema capitalista produce esencialmente pobreza y contestación social y se encuentra al borde de la quiebra. Y la mayor parte de los dirigentes occidentales, para limpiar su nombre, padecen también una rusofobia patológica”.

A finales de junio pasado, la presidenta de RT DE, Dinara Toktosunova, residente en Moscú, explicaba con franqueza su visión de las cosas ante las cámaras de Arte Journal: “La tercera guerra mundial se está desarrollando en el campo de la información y, en esas condiciones, estamos todos implicados en ella”, admitiendo de facto el trabajo de propaganda de su medio, algo que se puede confirmar rápidamente al analizar las informaciones difundidas por RT DE.

A la RT DE le gusta jugar el papel de caja de resonancia de las informaciones conspiranoicas de todo tipo (anti sistemas, anti mascarillas, anti vacunas...). La inmigración también es un tema importante, ya se trate de la vacuidad de las políticas de control europeas, de agresiones cometidas por inmigrantes contra europeos o cuando ocurren naufragios de inmigrantes ilegales en el Mediterráneo. Ello permite criticar el conjunto de la política migratoria de la UE tanto desde el punto de vista de los que quieren cerrar las fronteras de Europa como de los que quieren dejarlas abiertas en condiciones más humanas.

Por otra parte, RT DE da la palabra regularmente a representantes gubernamentales rusos para “restablecer la verdad”. Como Serguei Naryshkin, el jefe del servicio de inteligencia exterior ruso, que explica que la red británica independiente de investigación Bellingcat tiene en nómina a antiguos agentes secretos del oeste y utiliza “métodos deshonestos”. Bellingcat está desde hace mucho tiempo en el punto de mira ruso por haber trabajado en asuntos como los ataques químicos y la implicación rusa en la guerra civil siria, en la guerra de Ucrania o en el envenenamiento de la familia Skripal y de Alexei Navalny.

El caso de la plataforma de vídeo Redfish demuestra que a la red de medios rusos le gusta avanzar enmascarada. Redfish, que utiliza el inglés, es una plataforma anticapitalista y participativa que propone vídeos políticos de producción propia o grabados por sus abonados. Como se anuncia en la plataforma, ellos son “objetivos pero no neutros” y sobre todo están “del lado de los oprimidos”. Los vídeos muestran exclusivamente los desórdenes del capitalismo: la crisis bancaria española y sus despidos, el enemigo interior nazi en Alemania, la responsabilidad de Europa en Gaza, la manera en que los Big Tech americanos explotan a África... ¿Por qué no? Pero los relatos apenas citan fuentes y ocultan que Redfish forma parte del grupo de medios rusos en el extranjero (ni una sola mención en el Twitter de la plataforma).

Susanne Spahn continua: “Su estrategia es muy sutil. Raramente se encuentran fake news en RT DE, pero se hacen preguntas sobre las que hay en circulación y sólo presentan una parte de la información, dan una gran importancia a ciertos sucesos menores, hacen comentarios de manera tendenciosa y hacen referencia a supuestos especialistas que nadie conoce a sabiendas de que poca gente va a comprobarlo”.

La cobertura del caso del opositor Alexei Navalny, que fue a Berlín a curarse, es un caso de libro. En sus comentarios, RT ha resumido sistemáticamente el caso Navalny como el de un disidente extremista que no tiene ningún respeto por una justicia clemente como la rusa. El hecho de que su presencia en Berlín sea debida a un envenenamiento apenas ha sido mencionado.

“Esta estrategia también se aplica a la campaña electoral alemana. RT entrevista mayoritariamente a miembros de la AFD, el partido de extrema derecha, pero también a Die Linke, de extrema izquierda, y dedica mucho espacio a las manifestaciones de los movimientos anti gubernamentales, sean los que sean, por ejemplo los anti vacunas. También abunda la información negativa sobre la candidata ecologista Annalena Baerbock”, asegura Susanne Spahn.

Ralf Fücks, presidente de la ONG Centro de la Modernidad Liberal y ex dirigente de la Fundación Heinrich Böll, la fundación política de Los Verdes (Die Grünen), conoce bien el terreno pues su ONG, que trabaja entre otros con el Centro Sajarov de Moscú, acaba de ser prohibida en Rusia. “Moscú no quiere ver a Los Verdes en el poder en Alemania y el Kremlin ha dado órdenes de atacarles donde y cuando sea posible. Es normal, Los Verdes no quieren el gaseoducto NordStream 2 y su programa va contra el modelo económico ruso que se apoya en el negocio de las energías fósiles como el petróleo y el gas”, dice.

Para Daniel Lange, periodista de televisión que trabajó varios años para RT DE, que dejó la cadena por desacuerdos sobre la cobertura del caso Navalny y que actualmente está en pleito con su ex empleador, el paso de RT DE a ser una cadena de televisión en Europa va a marcar seguramente un etapa simbólica importante. “Es una cuestión de prestigio. Pero en el plano televisivo, tienen mucho que aprender aún. Sin embargo, se han desarrollado mucho en redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube. Eso es lo que cuenta para ellos. Porque una parte de su información sirve sobre todo para legitimar las numerosas informaciones delirantes que circulan en la red contra el sistema establecido y te hacen dudar de todo”, nos explica.

¿Hasta qué punto puede afectar la nueva ofensiva mediática rusa a las elecciones alemanas? Según los servicios de inteligencia alemanes (Oficina Federal de Protección de la Constitución), las cuentas de funcionarios ministeriales y de parlamentarios, en especial los miembros de los grupos conservador y socialdemócrata, están sufriendo, desde el mes de febrero de este año, “oleadas de ataques” por parte de un grupo de hackers denominado Ghostwriter, que recuerdan mucho los ataques del Fancy Bear, el grupo ruso que neutralizó los ordenadores del Parlamento alemán durante varias semanas en 2015.

No obstante, el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, cree que son “muy improbables” las manipulaciones importantes. En efecto, al contrario que Estados Unidos, Alemania no cuenta con máquinas para votar y la manipulación en los centros de votación es, según él, “impensable”. Por otra parte, los cuarenta y tres partidos inscritos han recibido visitas de consultores ministeriales sobre cuestiones de protección informática. “Pienso que las elecciones alemanas no son un blanco directo de esta ofensiva general de desinformación que es algo mucho más amplio, a más largo plazo y que no para de hacer hablar de ella”, estima Daniel Lange.

Traducción: Miguel López

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