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El sueño de Palestina de convertirse en un referente tecnológico

Dos palestinas trabajan en la incubadora de start-up de Rawabi. © C. D.

Eran los últimos del mundo, junto con los cubanos y los eritreos, que no podían beneficiarse de un avance tecnológico que se remonta a comienzos del año 2000. Desde el 23 de enero, los palestinos por fin pueden conectarse al 3G en Cisjordania. Una pequeña revolución después de años de negociaciones con las autoridades israelíes, que les habían negado su instalación, oficialmente por “razones de seguridad”. “Se trata de una etapa estratégica que habría hecho falta esperar durante más de diez años. Esperamos que redunde positivamente en las infraestructuras de comunicación y en la economía”, ha señalado Ammar Aker, director del grupo Paltel, que explota Jawwal, una de las dos compañías telefónicas existentes en Palestina.

Hasta ahora, muchos palestinos compraban tarjetas SIM israelíes para poder usar sus smartphones. “Hace años que venimos haciendo frente a una competición ilegal por parte de las compañías israelíes con la instalación de antenas en las colonias, Sin embargo, estas compañías nunca han pagado tasa ninguna a la Autoridad Palestina”, denuncia Murad Tahboub, director general de ASAL Technologies, una gran empresa palestina especializada en la subcontrata de software y de servicios informáticos. Según un informe publicado por el Banco Mundial en 2016, el lucro cesante de Jawwal, y de la segunda compañía palestina, Wataniya, puede ascender a 500 millones de dólares (más de 400 millones de euros), sólo entre 2013 y 2015.

En este sentido, algunos palestinos, como el director general de Jawwal, Abdul Majeed Melhem, consideran que el retraso por parte de las autoridades israelíes no responde tanto a motivos de seguridad, sino comerciales. La instalación del 3G en Cisjordania llega tres años después del 4G en Israel, lo que permite al Estado hebreo mantener la delantera; lejos de facilitar las escuchas de los servicios de inteligencia israelíes como el 2G, el 3G permanece proscrita en la Franja de Gaza.

Por encima de las repercusiones económicas para el sector de la telefonía, la llegada del 3G debería facilitar la vida de los palestinos en el día a día. “¿Te puedes imaginar vivir sin 3G, sin poder consultar el email o el estado del tráfico cuando estás de viaje? Para nosotros, esto va a cambiar muchas cosas”, confirma Iyad al-Refaie, periodista palestino y director editorial del medio de comunicación en línea Al-Quds News Network. En un momento en que sus perspectivas de futuro se han visto afectadas por el reconocimiento americano de Jerusalén como capital de Israel, los palestinos también podrán servirse de esta nueva herramienta para luchar contra la ocupación. “Antes, cuando había manifestaciones o disturbios con el Ejército, teníamos que esperar a llegar a nuestra casa o correr a la conexión internet más próxima para poder compartir nuestras fotos y nuestros vídeos en las redes sociales. Ahora, podremos publicar nuestras informaciones rápidamente desde allí donde nos encontremos”, explica el periodista. Los precios propuestos por las compañías palestinas, sin embargo, pueden ralentizar la democratización del 3G. “De momento, los precios son extremadamente elevados, hasta dos o tres veces más caros que los propuestos por las compañías israelíes”, matiza Iyad al-Refaie, lo que puede disuadir algunos palestinos a la hora de dar el paso. El periodista también muestra su preocupación por la censura llevada a cabo en las redes sociales en lo que se refiere a los contenidos que publican los palestinos. “Facebook, en particular, trabaja con el Gobierno israelí. En 2017, la red social suprimió más de 200 páginas o cuentas palestinos que compartían contenidos sobre la ocupación israelí”, lamenta. Estos últimos años, el Gobierno israelí ha combatido los contenidos “que incitan al terrorismo” en internet. Una noble causa, pero algunos le reprochan que obligara a Facebook, en especial a raíz de un controvertido proyecto de ley, a que la compañía americana llevara a cabo una censura mucho mayor de lo necesaria.

Para remediarlo, Iyad al-Refaie ha fundado, junto con varios periodistas palestinos, un grupo llamado Sada Social, que reclama regularmente a las redes sociales que vuelva a valorar sus decisiones. “A veces, Facebook ha desbloqueado contenidos previamente prohibidos”, admite. Pero, en su opinión, la batalla no está, ni mucho menos, ganada. “Facebook es una compañía americana y estos días los vínculos entre Estados Unidos e Israel son muy estrechos”.

La llegada del 3G a Cisjordania también genera una enorme esperanza en el sector, aún en ciernes, de la alta tecnología palestina. “Esto alentará a los palestinos a desarrollar nuevas aplicaciones”, se congratula Shadi Atshan, director de Leaders, la primera incubadora de start-up de Cisjordania, nacida en 2004, en Ramallah. Para no perder un minuto, Leaders puso en marcha 2017, una formación para que los desarrolladores palestinos empezaran a utilizar los sistemas Android e iOs, con el fin de estar listos para el día D.

Las actividades de las start-ups

Según Shadi Atshan, la llegada del 3G debería también impulsar las actividades de las start-up que han desarrollado aplicaciones especializadas en ofrecer soluciones de aparcamiento, compartir coche, los supermercados en línea o de entrega de alimentos a domicilio. “Gracias al 3G, las start-up va a poder proporcionar datos más precisos y actualizados en tiempo real a los usuarios. Estos últimos van a ser más numerosos a la hora de conectarse y van a poder contribuir a perfeccionar la oferta”, explica. El beneficio debería ser inmediatamente para las aplicaciones que funcionan con datos de localizaciones, como por ejemplo Qalandiya, que permite que los palestinos consulten el estado del tráfico en los check-points y alerta de los bloqueos o eventuales incidentes.

El mismo entusiasmo se percibe en la ciudad nueva de Rawabi, a 10 km de Ramallah, donde a finales del verano abrió el primer polo tecnológico de Cisjordania. “Necesitamos que los inversores extranjeros nos vean como socios iguales y fiables, que cumplen con los plazos de entrega. La llegada del 3G supone un trampolín, va a permitirnos demostrar nuestro valor al mundo”, estima Sari Taha, responsable del polo tecnológico.

La infraestructura se encuentra situada en un inmueble de ocho plantas, en el centro comercial de la ciudad. En el subsuelo, Sari Taha enseña la obra maestra del proyecto: un data center nuevo flamante, con una gran capacidad de almacenamiento. “Nuestros servidores tienen capacidad para almacenar los datos de 100 empresas, pero prevemos a largo plazo poder acoger los de más de 500. Nuestro objetivo no es solo conquistar el mercado, sino servir de plataforma para todo Oriente Medio”. Para dar ejemplo, el multimillonario palestino y fundador de Rawabi, Bashar Masri, ha decidido establecer parte de las actividades de ASAL Technologies, de la que es accionista, en las plantas 3ª y 4ª del inmueble. “Pensamos que hay que crear un ecosistema concentrado con empresas locales e internacionales. Debemos mirar al exterior para ser rentables porque el mercado palestino es demasiado pequeño”, subraya. “No inventamos nada, nos inspiramos en la manera en que han triunfado los polos tecnológicos del mundo”.

En la 5ª planta del inmueble también se ha instalado una incubadora de start-up. Muebles de diseño, conexiones con fibra óptica, salas de reunión o espacios de descanso: todo pensado para parecerse a los espacios de trabajo propuestos por los pesos pesados de internet. “Proporcionar a las start-up palestinas y a los emprendedores un sitio como éste, donde pueden intercambiar y hacer progresar sus ideas, va a ayudarlos más rápidamente a seducir el mercado local e internacional”, dice Sari Taha. A esto hay que sumarle la apertura de un centro de formación especializado en alta tecnología.

Sari Taha, diplomado en ingeniería mecánica en la Universidad de Birzeit, recuerda que la tasa de paro roza el 30% en Cisjordania. “Pero no es debido a nuestra falta de formación. Tenemos nuevas generaciones tituladas y listas para trabajar duro”, añade. “No tenemos recuerdos naturales así que apostar por nuestra juventud es nuestra mejor baza”, admite Murad Tahboub, el director de ASAL Technologies.

Prueba de que los esfuerzos de Bashar Masri no son en vano está en que ASAL Technologies subcontrata ya en Rawabi actividades para la compañía israelí Mellanox, especializada en alta velocidad. “No hay secretos, uno de nuestros objetivos es Israel”, admite este hombre de negocios palestino, que sabe que las startup nation israelí, superada por su propio éxito, necesita ingenieros. “En lugar de ir a buscarlos a Europa del Este o a India, los israelíes podrían contratarlos en Cisjordania”. Bashar Masri, que está acostumbrado a pensar a lo grande, también desearía convencer a los peces más gordos. “Mi sueño se convertiría en realidad si compañías como Google o Apple viniesen a instalarse aquí un centro de investigación y desarrollo o si montaran un centro de atención al cliente que diera empleo a cientos de personas”. De aquí a 2019, el multimillonario esperar crear en Rawabi hasta 3.000 empleos en el sector de las nuevas tecnologías.

Su ambición no parece desmedida. Por su proximidad con el ecosistema israelí y su conocimiento del mundo árabe, los ingenieros palestinos disponen de un potencial único para conquistar de nuevos mercados. Hay que acabar con la percepción de que Cisjordania es un territorio en guerra donde no es bueno invertir. “Políticamente, el momento no es fácil, pero sería falso pensar que las balas vuelan por doquier”, apunta Bashar Masri.

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Mientras, ASAL Technologies ya ha conseguido la azaña de seducir al gigante Microsoft. Mohammed Asmar, de 30 años, ingeniero de la empresa palestina, dice estar muy orgulloso de poder contribuir en Rawabi al proyecto Cortana, que toma su nombre del asistente personal inteligente desarrollado por la firma americana. “Con grandes clientes como este, podemos perfeccionarnos y adquirir experiencia. Un día, quizás seamos la Silicon Valley de Palestina”, dice. Para él, y para sus colegas ingenieros, la llegada del 3G en Cisjordania supone un estímulo adicional pero también un motivo para hacer bromas: “Por fin vamos a poder utilizar las aplicaciones que hemos contribuido a desarrollar”. ____________Traducción: Mariola Moreno

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