Con la mítica y legendaria banda de rock británica, los Rolling Stones, tocando en un concierto gratuito ante trescientas mil personas en La Habana, Cuba. Así ha terminado la histórica semana de apertura política de la isla caribeña hacia Occidente que comenzó con la visita, también histórica, del presidente de Estados Unidos Barack Obama. Histórica porque es el primer presidente en pisar suelo cubano en casi noventa años. Y porque supone el deshielo en las relaciones entre ambos países. Pero han sido Mick Jagger y su banda quienes han puesto la guinda. Lanzando sus acordes ante un público extasiado. Porque la música de la legendaria banda de rock británica había estado prohibida en Cuba hasta ahora. Y no defraudaron. Ante trescientos mil cubanos y turistas llegados principalmente de América latina. Ataviados con todo tipo de camisetas, vaqueros, botas y con el mítico logotipo de los Stones. Una imagen impensable hace tan solo un año. Un evento histórico que demuestra que la apertura de Cuba hacia Occidente, aunque lenta, es ya imparable.

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