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La gran paradoja del 21A: un Parlamento más soberanista, una ciudadanía menos independentista

Es Dmytro Bulatov, la última víctima de los abusos policiales en Ucrania. Le secuestraron y torturaron. "Tengo agujeros en las manos, me crucificaron. Me cortaron la oreja y la cara. Me dejaron el cuerpo lleno de cardenales", ha explicado. Desapareció el 22 de enero en una de las manifestaciones de protesta. Durante dos días no le dieron de comer. Débil y moribundo, le abandonaron en un bosque para que muriera de frío. Tuvo que arrastrarse hasta el pueblo más cercano. Desde allí llamó a sus amigos; ellos le llevaron a este hospital privado, donde han tratado sus múltiples heridas. Las autoridades han abierto una investigación sobre los abusos. Un caso más de una larga lista que espera que se haga justicia.

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