La furgoneta embiste a toda velocidad sin que a los peatones que esperan al tranvía les dé tiempo siquiera a darse cuenta. Uno de ellos, un policía, resulta muerto en el acto. Otros 13 yacen en el suelo gravemente heridos. Vemos a uno de los supervivientes llamando, en estado de shock, a los servicios de emergencia. Ha sido una mañana terrible, de pánico y de caos en Jerusalén. Una de ésas a las que tan acostumbrada está esta ciudad. Que tiembla porque el terrorismo palestino parece haber descubierto un arma tan mortífera como barata. La del atropello en medio de sus calles. Hace unas semanas ya actuó así, ésta es la imagen, y se cobró la vida de un bebé de nueve meses. Pero hay más frentes abiertos en Jerusalén. De nuevo vuelve la metralla a la Explanada de las Mezquitas, ese centro sagrado para judíos, musulmanes y cristianos donde han comenzado tantas y tantas guerras. La decisión del gobierno israelí de cerrar el recinto ha vuelto a desatar la violencia.

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