150 especialistas y 26 horas de quirófano han devuelto a Patrick un rostro más humano. Este bombero estadounidense de 41 años, se quedó desfigurado cuando trataba de sofocar un incendio hace ya 14 años. Con la cara completamente quemada, perdió las orejas, los labios, gran parte de la nariz, el pelo y los párpados. Fue en 2001, y desde entonces, se ha sometido a todo tipo de cirugías. Hasta que llegó el donante idóneo, un joven ciclista de 26 años que perdió la vida en la carretera. En un hospital de Nueva York se sometió al trasplante de cara más completo realizado hasta ahora. Su nuevo rostro le permite, no solo tener un aspecto más común, sino hacer cosas como parpadear, o dormir con los ojos cerrados, fundamentales para evitar una ceguera que era inevitable.

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