Presunción de inocencia

Mónica Granda Velasco

Hace unas horas han muerto 80 personas y 35 están en estado crítico, muchos más heridos. Me enteré tarde, habían pasado sólo 4 horas desde el accidente, sin embargo ya teníamos un culpable: el maquinista. He visto el vídeo de un vecino que se acerca a la tragedia minutos después de lo ocurrido, he leído las supuestas declaraciones del maquinista, “error humano”, “qué le voy a hacer”, “ojalá me hubiera muerto yo”, he leído de todo.

Y pienso, ¿qué hubiera pasado si yo, que cada día voy en coche, al dar una curva atropellara a un niño y lo matara en un paso de peatones? No me pararía a pensar si el semáforo funcionaba, si había algún urbano enviado algún mensaje erróneo y me confundió, si el niño o yo cruzamos en rojo, ni si el asfalto estaba en buen estado, ni si mi sistema de frenos había actuado tardíamente o en el tiempo correcto. Fuera quién fuera el responsable directo, yo conduciría, yo manejaría la máquina, yo le habría pasado por encima, yo le habría matado y saldría del coche aterrada diciendo. “Dios mio lo he matado”. Todos hemos sido educados en la responsabilidad, en la honestidad, nadie en su sano juicio sale de su casa pensando, hoy me cepillo a tres en la autopista y le echo la culpa al que no arregla los baches. Todos somos seres responsables que automáticamente nos auto inculpamos.

La reacción del maquinista es la que hubiéramos tenido todos, todos sin excepción. Pero a mí me llama la atención que, en cuatro horas, haya un solo culpable e imputado, que hayan salido declaraciones como churros, que hayamos leído sus comentarios de facebook, haciéndonos ver que este señor parecía ser el fitipaldi de Renfe.

No sé de trenes, ni de raíles ni de sistemas de seguridad. Sé de gente, de gente corriente, de currantes, para ser maquinista treinta años, digo yo que habrá que saber bastante, al menos un profesional. Estamos todos de acuerdo en que un accidente no tiene una sola causa, sino que se resume en una conjunción de muchos desafortunados errores; humanos y tecnológicos. Pero yo no entiendo lo que hemos leído; supuestamente este maquinista comunicó al control –el que sea que controle los trenes- que iba a 190km/h. ¿Estaba ebrio? ¿Su compañero iba dormido? ¿En el control le hacían las palmas? ¿Un tramo de límite 80 km/h no tiene un mecanismo de seguridad para minorar la velocidad en caso de fallo humano, incluso técnico cuando es un punto negro ferroviario? ¿El otro maquinista no hace declaraciones? ¿No tiene facebook? ¿Qué pasa con la presunción de inocencia? Esa presunción que usamos con Bárcenas, Rajoy o Blesa?

Para el maquinista no hay presunción de nada, conducía y descarriló. Obviamente tiene responsabilidades, lo mismo que la ministra de Fomento, que no está imputada, ni el equipo encargado de la seguridad de las vías, que tampoco están imputados. Se está dando por hecho que TODA la culpa es del maquinista, echando por tierra treinta años de trabajo, una vida entera, su honorabilidad, la vergüenza para su familia por este sálvame social mediático.

¿Que alguien sea culpable ¿no lo decide un juez tras una investigación? ¿No es suficiente la condena de saber que en sus manos se escurrieron ochenta vidas? Pienso que se ha actuado muy deprisa, con los medios como siempre bien orquestados, porque esa noche era la fiesta grande, no sólo estaban los santiagueses en la calle, miles de ellos, sino cientos de turistas.

Si alguien, una sola persona, hubiera dicho “los frenos fallaron”, al día siguiente Núñez y Rajoy estarían colgando del botafumeiro de la catedral. El problema sigue siendo el de siempre, como en Valencia, las mentiras en los periódicos deberían estar penadas con delitos de prisión por manipulación popular, pero eso no cambiará mientas sigamos siendo una rebaño de borregos.

@PangeaGVL

Más sobre este tema
stats