Para echarse a temblar

Victor Poblador

Alfonso Ussía (como todo el mundo sabe, progresista donde los haya) acuñó el término "ecologista sandía" porque, según él, somos verdes por fuera y rojos por dentro, lo que está claro que para él son dos gravísimos defectos. Pues estos "sandías" llevamos años hablando primero del agujero de la capa de ozono y del calentamiento global y del fin del petróleo y de la energía fósil, como resumen.

Generalmente la derecha, además de sandías y sandios, nos tachaba de alarmistas, exagerados, indocumentados y toda suerte de epítetos cariñosos. Incluso cuando se defienden teorías como el decrecimiento económico y del consumo, la ruralización de la población, la permacultura y similares, se nos tacha de locos utópicos, antisistema o símplemente perroflautas.  

Pues bien, cada vez son más frecuentes las "salidas de tono" de derechistas tradicionales (que ahora se hacen llamar liberales que parece que tiene ecos de libertad y suena menos duro que derechón) que dejan caer alguna afirmación sobre el cambio climático y rara vez sobre el fin de la energía. El primero ya es imposible negarlo y el segundo se empieza a vislumbrar cada vez más y más cerca.  

En este sentido es crucial un artículo publicado en el diario Heraldo de Aragón, el pasado 27 de diciembre, de Antonio Aznar Grasa. Economista liberal, Catedrático de Econometría de la Universidad de Zaragoza que además de consejero de alguna empresa ocupó varios cargos en la Caja de Ahorros de la Inmaculada, incluida su Presidencia y en la Asociación Técnica de Cajas de Ahorro, de la que fue también presidente. Un mindundi, sandio y sandía, vamos.  

Pues bien, en mi opinión este artículo marca un antes y un después en el pensamiento enocomicista tradicional. En primer lugar, y bajo un aparente optimismo, además de indirectamente y con disimulo reconoce que España no volverá a crear empleo neto NUNCA, pues pone tres condiciones que el mismo texto sobreentiende de imposible cumplimiento:

1º Generar recursos suficientes para pagar los intereses de la deuda.

2º Que esta disminuya anualmente (y no en poco)

3ª Que el BCE esté siempre dispuesto a proporcionar la liquidez necesaria a un precio razonable.  

En segundo lugar porque da por hecho y no tardano, la antes loca teoría del fin de la energía barata. Dice: “Otro de los interrogantes hace referencia a las amenazas que nos acechan como consecuencia del agotamiento de los recursos naturales a nivel mundial. Por ejemplo ¿qué ocurriría en 2014 si el precio del petróleo subiera un 10 %?” (sic)  

O sea que estamos amenazados porque TODOS, los recursos y entre ellos los energéticos que cita explícitamente, se agotan, se están agotando ya y no aquí o acullá. A nivel Mundial.  

Es una de las primeras llamadas de atención de la “economía convencional”, discreta si, pero grave, muy grave. Es la primera vez que leo a un economista de peso reconocer el inicio de la crisis final. La crisis de nuestra civilización… Y ahora ya no queda para otro día.

Salud y Res publica.

Víctor Poblador es socio de infoLibre

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