Madina, ¿shock de modernidad?

Juan Carlos Ortega

¿Shock de modernidad? Eduardo, lo que necesitamos es honestidad y credibilidad: hacer lo que decimos, ese debe ser el compromiso. Son ya muchos años de compañeros que ven la política como medio de vida. Una persona tiene un discurso, unos posicionamientos, los que sean, pero si quiere tener credibilidad, debe mantenerlos, se lleven o no. Lo demás es el habitual oportunismo para estar en la lista. Llevamos demasiado eligiendo a compañeros que siempre se alinean hacia sotavento, hacia donde sopla el viento, abandonando sus posiciones, sus convicciones, para no molestar al aparato y estar o seguir la siguiente legislatura. Una vez que Carme Chacón decidió no participar de este confuso proceso, no tengo decidido mi voto; quiero leer qué modelo de partido, qué maneras de hacer política con la participación de los militantes, proponéis cada uno. Los nombres son importantes, pero no menos, los discursos, las propuestas, los posicionamientos.

Llegado este momento y tal y como está el tablero, tras reflexionar lo más objetivamente posible, se me antoja que la mejor opción para el partido y para el país es que separemos la Secretaría General de la candidatura en las generales. Me gusta tu compromiso con las primarias abiertas y para noviembre, pero, en mi opinión, el secretario general debe gestionar el partido y dejar que sean otros compañeros los que confronten postulados de cara ser el cartel electoral del PSOE en 2015 (mejor pluralidad que cesarismos). De esta manera, como ocurrió en el SPD en 2013, quemaríamos candidatos pero no el partido ni el secretario general. La proximidad, la empatía, el compromiso con los menos favorecidos, la igualdad de oportunidades y las nuevas maneras, más participativas, de entender y hacer política, es el camino para recuperar la confianza de los ciudadanos. El futuro del socialismo democrático pasa por la honestidad en la acción política, la transparencia de facto y la credibilidad: hacer lo que se dice. Desde el error de Sevilla, estamos sin partido, sin militantes: sólo tenemos afiliados que pagan su cuota. El partido está desmotivado, desmovilizado. Podremos elegir el mejor general, pero sin infantería, no se ganan batallas. Para terminar, os deseo, a los que habéis tenido el coraje de dar el paso, sabiduría, sensatez, integración, compañerismo y fair play.

Los candidatos a la sucesión de Rubalcaba se vuelcan en la disputa del militante andaluz

Juan Carlos Ortega es socio de infoLibre

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