Los esponsor ¿ilegales?

José Enrique Centén Martín

Las declaraciones de ciertos partidos políticos ante un cartel donde aparecen conocidas firmas, sean supermercados, constructoras…, o son ilegales o es el cinismo de la corrupción, no lo hacen ante un cartel neutro o del propio partido, lo hacen ante algunas firmas que figuran en la trama Gürtel y en los papeles de Bárcenas por aportaciones dinerarias a cambio de favores, ¿han creado una nueva modalidad de financiación ilegal? ¿pagarán por aparecer cuando hacen declaraciones determinados políticos?, nadie investiga si es una nueva variedad de financiación ilegal esa publicidad directa detrás de un líder o partido político.

La financiación ilegal sigue sin ser verdaderamente castigada, no hay ningún dirigente político encarcelado por los desvíos de fondos públicos, recordemos que Bárcenas está en la cárcel por robar al PP parte de la ya corroborada financiación ilegal, y encarcelado por delito fiscal de su fortuna, sin condenar el origen de esa ella, ni a responsables superiores, seguros conocedores de la caja donde metió mano y verdaderos instigadores, no hay que olvidar que el detenido es el contable, el no pedía, contabilizaba el Debe y Haber, ingreso y reparto.

La financiación ilegal de los partidos políticos ha servido para el enriquecimiento particular de ciertos políticos mediante sobres o ingresos en paraísos fiscales sin acceso por su opacidad. Pero lo triste es que la mayoría de la población y por supuesto la “supuesta justicia”, ven pero no quieren ver, que dicha financiación es producto del sobrecoste en las inversiones públicas que pagamos con nuestros impuestos. También es financiación ilegal los fondos de jubilación para diputados y eurodiputados, con un solo dimitido, el resto calla, dejando pasar el tiempo como el gallego de la Moncloa, ningún partido entra como acusación particular denunciando dicha utilización de fondos públicos, lo que corrobora la definición de Montesquieu, que culminaron Tocqueville y Marx, según la cual “el estado es una institución política y administrativa particular, que no solo no se identifica con toda la sociedad sino que tampoco agota la vida política. Lo político existe en el ámbito estatal pero también penetra en otros ámbitos -como la sociedad civil- en los que la autoridad, el poder, los honores y la influencia también entran en el juego”. La corrupción, ese mal endémico donde se han acomodado la mayoría de nuestros políticos amparados por el aforamiento, lacra propia dictaduras anteriores y actuales.

1.- Historia del pensamiento social, Salvador Giner, Edit. Ariel 12ª edición 2008 (página 352).

José Enrique Centén Martín es socio de infoLibre

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