¿Somos ya una república bananera?

Jose Mera López

Hace décadas se acuñó el término república bananera para definir a países del centro y sur de América cuyos sistemas democráticos distaban bastante de gozar de una buena reputación como sistemas justos y democráticos y en los que el nepotismo, la corrupción y la ausencia de un sistema democrático real era y es más que evidente. Evidentemente, España aún no es una república bananera y realmente poco nos separa de ello y tristemente poco más nos separa de serlo sino fuera porque no somos una república, así que podríamos pasar ya por ser una monarquía bananera –o platanera como ustedes quieran–, pero con las mismas connotaciones. Las características más claras de las llamadas repúblicas bananeras era una casi total ausencia de vergüenza democrática, es decir, si las urnas no me legitiman siempre puedo apoyarme en las armas por medio de un golpe de estado o bien utilizo otros métodos menos obvios pero no por ello menos efectivos de perpetuarse en el poder y eso precisamente es lo que pretende el Partido Popular con la reforma de la ley electoral. Otra triste característica de las repúblicas bananeras es el nepotismo, el clientelismo y el caciquismo y como sobre este particular no vamos a aceptar enseñanzas de nadie, siendo España el verdadero inventor de estos temas, el partido en el gobierno cambia rápidamente a funcionarios por amigos y todo ello sin oposición y con sueldos más altos que para eso son amigos suyos. El Partido Popular siempre fue amigo de los enchufes pero por lo menos antes intentaba que pareciera un sistema honrado cosa que ahora ya desarrollan con total descaro e impunidad. 

Han corrompido de tal manera nuestro sistema democrático que ya solo es una triste sombra de lo que era, casi irreconocible y todo ello amparándose en mayorías absolutas que se parecen más a regímenes dictatoriales que democráticos verdaderos. Solamente de esa forma se puede definir la forma en que han copado todos los poderes del estado sin oposición y con total descaro y faltos de toda vergüenza y si no que alguien diga como puede llamarse al asalto que han dado al Tribunal Constitucional poniendo a un afiliado al frente como sistema para blindar todas las leyes que se les ocurra dictar. Y no digamos de la apisonadora que tienen en el Parlamento de la nación o en muchos de los autonómicos y que les permite menospreciar al resto de los partidos como representantes del pueblo y cuando otean en el horizonte una posible pérdida de poder sólo se les ocurre un cambio mano militari de las reglas de juego, vamos todo muy democrático. Realmente tenemos un problema, y muy grave, con el partido que dirige los destinos de este país y que ha derivado en una suerte de grupo seudomafioso que pueblan las páginas de algunos periódicos con casos de corrupción que sonrojarían en otros países y provocarían dimisiones pero que en este país nuestro no pasan de anécdotas a la hora de votar, un partido de falsos liberales que lo único que persiguen es su enriquecimiento personal y el de sus amigos y para ello emplean todas las armas a su alcance, el partido nazi y otros de triste recuerdo hicieron lo mismo. Cuando consigamos apartarlos del poder ¿quedaremos vacunados para un largo periodo de las mayorías absolutas o se nos olvidará pronto?

Jose Mera López es socio de infoLibre

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