Curas 2, espeleólogos 0 (cero patatero)

Victor Poblador

Cabría pensar que es el resultado de un partido de fútbol, y casi resultaría divertido. El problema es que no es nada divertido, pues no es un partido de fútbol, sino la nefasta forma en que este Gobierno asocial, insolidario, ineficaz e incapaz de nada practica su política de “rescates internacionales”.

Antes de nada, he de manifestar mi admiración por la valentía de esos misioneros (es lo que son más que “curas”) que se dejan su vida, y en casos literalmente, al servicio de los más pobres de los pobres de la tierra. Me parecen verdaderos cristianos de base, creyentes en un dios de valores humanos que estaría plenamente dispuesto a compartir si creyera en dioses. Héroes alejados de la jerarquía roucovarelesca que ahora un Paquico simpático y cercano parece que quiere barnizar. Jerarquía corrupta, manipuladora, embustera, cómplice de mil y un crímenes, usurpadora de bienes del pueblo y malintencionada, capaz de todo por seguir mangoneando en este puñetero país.

Partiendo digo, del reconocimiento a la labor de estos héroes sociales, digo lo que digo. Que este Gobierno ha perdido el culo, ojo en dos ocasiones, por traer a dos curas desde los confines de África, fletando dos aviones con equipamiento médico especializado, movilizando médicos y militares, a toda una planta de un hospital, moviendo cielo y tierra para conseguir los permisos para sobrevolar y aterrizar en zonas donde no era fácil (no olvidemos que eran aviones militares) y gastando en fin, un par de cientos de miles de euros (eso es lo que decía la prensa sobre cien mil euros por “repatriado”). Total para que sucediera lo que cualquiera medio informado sobre la forma de evolucionar y resultados de esa enfermedad suponía. Que los traían aquí a morir.

Aun así no digo que me parezca mal que España repatríe así a dos de sus ciudadanos. Lo que me parece mal, no ya mal, totalmente indignante a nivel social, absolutamente impresentable a nivel internacional y nacional, vomitivo en resumen, es que a otro ciudadano de este puñetero país, biólogo de profesión y espeleólogo de vocación, que está explorando una caverna en Perú, colaborando con la investigación internacional y que sufre un grave accidente, sea capaz de pasar de él como ha hecho. Sea capaz de dejarrlo morir allí, en el fondo de una sima a miles de kilómetros de su país, pues eso sin duda es lo que hubiera pasado si su familia y la solidaridad incluso internacional (en el equipo de rescate había italianos, franceses y mexicanos, además de 40 bomberos y militares peruanos y los españoles desplazados) no lo hubiera sacado de allí.

Conste que aún así, Cecilio López ha agradecido su intervención a la Embajada de España, que lo único que hizo fue “coordinar”. Yo, interesado por la noticia, no he conseguido saber qué fue lo que coordinó, pues la operación de rescate fue coordinada por un coronel de “Defensa Civil” peruana. Por lo que deduzco que esa colaboración debió consistir en intentar agilizar algún trámite de viaje (ojo los españoles no necesitamos visado para ir allí) o más seguramente solicitar la ayuda de las autoridades de Perú. O sea una de sus principales obligaciones recogidas en la propia información del Ministerio de Exteriores: “Dar protección y asistencia a los españoles de acuerdo con las leyes”. Cumplir una de sus obligaciones básicas, ni un paso más.

O sea que de fletar aviones, de mandar allí a cuerpos de rescate españoles, (tenemos muy buenos técnicos en la Guardia Civil, en unidades especiales del Ejército, en cuerpos de Bomberos y Protección Civil, en Federaciones Clubes Deportivos), de pagar viajes, manutenciones, dietas o gastos de desplazamiento, materiales o gastos mil de los que son imprescindibles. De eso cero patatero. Nada de nada.

Así que los viajes de avión y todos los demás gastos, todo lo necesario para semejante operación internacional de rescate, han corrido a cargo de los propios voluntarios y de la familia de Cecilio. Si bien parece que Perú ha facilitado los viajes dentro del país con medios del ejército además de poner medios humanos para ello, esperemos que no a contraprestación. Pues bien, la prensa hace unos días recogía una valoración de unos 100.000 euros (casualmente cantidad similar a cada uno de los anteriores) que, de momento, está corriendo a cargo de la familia y los voluntarios, igualico, igualico que en el caso de los dos curas ¿no?

Pues eso ya está claro que tipo de españoles son los que a este Gobierno hipócrita y meapilas le parecen dignos de repatriar y atender.

Victor Poblador es socio de infoLibre

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