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2014, desde mi ático

Fernando Pérez Martínez

Una cara de niño sesentón embadurnada de maquillaje y una cosmética sonrisa de cartón piedra encajada entre las orejas, sobre un fondo neoliberal de anuncio de bebida alcohólica de señorito sureño, como grosera referencia al partido de los pájaros predadores; es el marco incomparable elegido por Nacho, el del ático, para enunciar su carta a los Reyes Magos que a modo de discurso de fin de año ha encasquetado a los madrileños, desde la terraza de otro ático, éste en la Puerta del Sol de Madrid.

La puesta en escena no puede ser más zafia y desatinada. Una alegoría desde el centro del caduco imperio de posguerra. Alegoría respaldada en la antigua DGS y una botella de fino. La DGS fue durante tantos años la Lubianka de la dictadura franquista, el centro de torturas y asesinatos por excelencia. El vino alentaba las arengas procaces que proferían, entre otros el general Queipo desde Radio Sevilla, durante esa época que recuerdan como de gran placidez ciertos líderes del Pepé.

El escenario idóneo donde retratarse, del heredero que la marquesa cazatalentos nos legó a los madrileños y que éste eligió para desgranar la pueril retahíla que sigue al “Queridos Reyes Magos, he sido bueno…”, enumerando a continuación sus deseos paradójicos, entre otros, que se acabe la corrupción, como quien pide que deje de llover. Petición de que, aunque los madrileños no la vean, la recuperación económica, habite entre nosotros. Que vascos, catalanes y demás morralla reconozcan que no hay más soberanismo que el del Tío Pepé.

Hizo mención en su delirio, el presidente de la Comunidad de Madrid, a la ejemplaridad que ha llevado a Juan Carlos I, a pedir perdón por sus reiteradas meteduras de pata y luego abdicar, y que tranquilamente su hijo sea ahora quien ostente el derecho a pasear en Rolls, vestido de uniforme azul marino adornado con chapas doradas de diseños variopintos sin que falten las estrellas y las cintas de colores y fajines, por la democrática y consabida razón consanguínea y viril.

No queda clara la alusión a los momentos difíciles que ha vivido Madrid en 2014 y a que mucha gente lo está pasando muy mal. Las meninges de los exégetas echan humo tratando de desentrañar la hermética referencia. ¿Será la banda de Rato, Acebes, Blesa, Bárcenas, la marquesa Aguirre en el alero…, quienes viven momentos difíciles y lo están pasando mal o se refiere a las gaviotas demoscópicamente ahuyentadas de ayuntamientos, comunidad autónoma y gobierno central, por las consecuencias de la indignación ante los desmanes de la corrupción, los cientos de años de cárcel que amenazan a los huelguistas, la ley mordaza, el fin de la hegemonía del clan Gürtel, la banda Púnica encarcelada, y sus hacedores y beneficiarios a título lucrativo del Pepé madrileño?

Después de 12 meses consecutivos creando empleo y de más y más madrileños gozando de los magníficos servicios públicos que tenemos en la región y que los grandes discapacitados y dependientes no disfrutan ni agradecen, así como los enfermos de hepatitis C de la Comunidad, que se empeñan en morirse a diario a contrarreloj, sin consideración alguna a los logros de la política de las gaviotas carroñeras de la Comunidad del Pepé de Madrid.

Ahí está el clamor mundial que despertó la gestión de la crisis creada por el Gobierno del Pepé al importar el virus ébola a Madrid. Que se saldó con el escandaloso éxito de la ministra de Sanidad, primero apartada de la gestión y dimitida o cesada después, o del consejero Ro.Ro., vituperante, bien comido y cesado también como premio al indescriptible papelón jugado desde la enlodada Consejería de Sanidad.

También se felicita, Nacho el del ático, por el no menos galáctico éxito de la política educativa de su partido que saca del sistema cada vez a mayor número de alumnos, discriminados económicamente. Y niega los testimonios de ONG asistenciales y del personal propio de la Consejería de Educación madrileña, que advierten de la precariedad de la nutrición de tantos niños y adolescentes cuya única comida equilibrada a la que acceden cada día es la que se les proporciona en los comedores escolares. Cada vez con menos becas y cerrados por vacaciones, como si el hambre y la desnutrición se tomaran vacaciones de verano o navideñas…

Antes bien se jacta de la “magnífica red de atención social, la mejor y más completa de España”, pese a los aguafiestas parados, trabajadores pobres, niños desnutridos, desahuciados, dependientes, abuelos sin hogar, sin calefacción… abandonados por el magnífico sistema.

Se felicita, para terminar su astracanada, por los frutos que está dando el esfuerzo de los madrileños. Ahí está el espléndido saldo de beneficios que arroja la banca rescatada, sus pingües balances y repartos millonarios, cuando no hace tanto eran la vergüenza del sistema. Menesterosos mendigos de dinero público dilapidado a manos llenas en gachupinadas, coimas y mordidas, financiadas con opacas tarjetas black que incrementaron el patrimonio andorrano, suizo e inmobiliario de los perpetradores del daño a los bienes públicos.

Qué agradable visión ha de ser contemplar alejarse el catastrófico año 2014 desde un imperial ático en Estepona… sin escrúpulos. ¡Feliz año 2015, madrileños! ¡Que siga la fiesta!

Fernando Pérez Martínez es socio de infoLibre

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