Librepensadores

El cenizo de IU

Gonzalo de Miguel Renedo

Los resultados del 20-D son los que son y no hay vuelta de hoja. Los dos grandes partidos siguen dominando, pero menos. Bastante menos. Dos partidos emergen con fuerza, pero uno más que otro. Podemos es tercera fuerza nacional y consigue más de 5,2 millones de votos, que se dice pronto, a escasos trescientos mil votos de diferencia de la segunda. No sé qué me impresiona más, si la gran cifra de Podemos, o la del partido que colidera Pedro Sánchez. Si se mira en perspectiva histórica, qué duda cabe que la caída del partido que fundara Pablo Iglesias es meteórica por su rapidez y gigantesca por su volumen perdido. Apenas cinco millones y medio, y bajando. Tanto cae que, por no seguir el descenso a tumba abierta, se negocia hasta con el diablo, si es preciso, con tal de asegurar la no celebración de elecciones. A Rivera le pasa lo mismo. Y mira que insisten en la cantilena de culpar a Podemos de no querer dialogar. ¡Como si engañaran a alguien! Se les nota mucho de qué pie cojean. Ante el temor de una nueva cita, mejor ponerse la venda antes de la herida. Difícil veo que la restañen pero... Y lo veo difícil porque sus actos consumados les contradicen, como ya ha recordado Pablo Iglesias en las ocasiones en que han debatido. Cuando le decía aquello de que si el PSOE va por delante de Podemos, negocia con el PP o con C's. Vamos, que la única salvación para los socialistas es ir a remolque de la formación morada, su única garantía de regeneración.

Pero yo quería hablar también de otro partido, de IU, que ha quedado para el arrastre tras su paso por las armas, digo, urnas. Realmente es un partido cenizo, Iglesias dixit. Menos de un millón de votos y dos diputados. Sí, es verdad que la ley electoral les maltrata, pero no lo es menos que lo hace con todos. Podemos ha obtenido un resultado espectacular, infinitamente mejor que cualquiera de los logrados por la formación que hoy dirige Garzón a lo largo de toda su historia, incluida la del PCE. Leyes injustas no pueden justificar el débil apoyo cosechado durante décadas. Autocrítica, pues, más que ninguna otra actitud es la que merece su fracaso reiterado. Me parece que la cúpula de la plataforma de izquierdas, o lo que queda de ella, quiere hacerla. Vale. Pero, ¿dónde quedan aquellas acusaciones rimbombantes personalizadas en Iglesias por no querer confluir? Quiero recordar que uno de sus dirigentes más destacados les advertía, incluso, de que deberían responder ante la Historia por no dar su brazo a torcer. ¡Cuántas chorradas se han de escuchar en campaña! Pero como luego no pasa nada, bah, tira. La ciudadanía ha hablado y los números dejan bien a las claras la relación de fuerza entre quienes buscaban una confluencia interesada y quienes ofrecían la mano pero no el brazo. El 20-D ha mitigado con crueldad las dudas sobre quién debe responder ante la Historia por no haber querido reconocer que su tiempo ha acabado. Y sigue sin responder, ¿verdad, Cayo?

Gonzalo de Miguel Renedo es socio de infoLibre

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