Librepensadores

Despedidas

Gabriel Arrese Leza

He estado con una amiga que ha venido de Alemania. Estudió dos años en Madrid y otros dos en la República Federal. Durante esos años conoció a dos buenas amigas que ya acabaron la carrera y el papeleo y marcharon para Múnich.

No me acuerdo de sus nombres por dos razones, convincentes a mi parecer. La primera es que tengo mala memoria, quizá por que mi padre estaba venga a repetir aquello de "que malo soy para los nombres, disculpe", cuando se encontraba con una persona que supuestamente debería conocer. La segunda es porque los nombres extranjeros, si bien más curiosos, son menos frecuentes y más difíciles de recordar.

El hecho es que, después de compartir esos cuatro años se han despedido las dos alemanas de mi amiga, aquí en Madrid. Estaban en la capital para recoger el titulo universitario, por el cual han tenido que pagar 160 euros, pero ese será otro tema del que me quejaré, como de costumbre, en otra ocasión.

Una de ellas ha llorado mientras que su compañera, no; mi amiga se ha mantenido entera, como una alemana. Cuando ya habían marchado hacia el aeropuerto le he preguntado a mi compañera a ver si iba a llorar o por qué no había llorado. Me ha comentado que es una chica fuerte, pero que obviamente las echará de menos. "Han sido cuatro años", apuntó.

Me he quedado pensando, ya que a veces suelo hacerlo, lo de pensar me refiero. Expresarse de manera externa depende de cada uno; de cada cultura, educación o sentimientos. Emociones que no se pueden tampoco encasillar. Aparte de cuestiones como que los hombres no "deben" llorar, no vaya a ser que se descubra que tenemos sentimientos y ocurra alguna desgracia.

Es bonito observar cómo cada uno de nosotros somos distintos e iguales a la vez. Quizá compartamos estilos de ropa, música o peinado; aspectos externos. Pero nuestros sentimientos, emociones e ilusiones, tristezas y motivos de cabreo son únicos; nuestros y gratuitos, aunque a veces cuestan.

No podemos elegir emocionarnos o no, somos tal respondemos a aspectos innatos. Mientras tanto, disfrutemos de unas lágrimas o de unos ojos secos.

Gabriel Arrese Leza es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats