Librepensadores

No es posible perder lo que no se tiene

Jesús Pichel Martín

Alentados por las encuestas insistentemente favorables, se generaron en Unidos Podemos y en sus simpatizantes unas expectativas tan altas que los datos reales les han causado mucho desconcierto y más frustración: ni han ganado las elecciones, ni han logrado el sorpasso que las encuestas daban por seguro, ni se han convertido en el partido de referencia de la izquierda, ni han sumado a los suyos los novecientos mil votos que obtuvo UP-IU el 20D.

Iglesias Turrión explica que ese resultado frustrante no se ha debido a la alianza con IU, ni a los vaivenes ideológicos de Podemos, ni al rechazo que sus actitudes provocan en parte de los electores, sino al miedo a lo nuevo, y argumenta que una parte de los votos recibidos el 20D provino, según dice, de gentes que "tienen simpatía por nosotros, agradecen el meneo que le hemos dado a la política española (…) pero ante la evidencia de que podíamos gobernar deciden finalmente no votarnos".

La explicación está bien traída, claro, pero realmente no sirve para explicar lo que ha pasado con los votos, sino para justificar el cambio de estrategia que decidieron en estas elecciones: abandonar la transversalidad de ayer y presentarse hoy como la alternativa de la izquierda, pero rebajando el tono, vistiéndose ideológicamente de socialdemócratas y escenificando el programa en un catálogo de mobiliario urbanita y pijo prêt à porter para no ahuyentar al votante miedoso.

En cualquier caso, el argumento implícitamente reconoce su imposibilidad de asaltar los cielos porque una parte de su electorado no los quiere en el gobierno, sino en la oposición; e implícitamente asume su techo electoral: si por una parte la transversalidad se ha demostrado insuficiente, por otra, la alianza de izquierdas suma tanto como resta porque da miedo y hace que huyan los votantes más transversales. O sea que, al final, lo comido por lo servido.

Tiene razón, sin embargo, Iglesias Turrión al decir que hubo gente que finalmente decidió no votarles y al evitar el error de entender esos votos como "perdidos". Unidos Podemos no ha perdido un millón y pico de votos, porque no es posible perder lo que no se tiene: los votos no pertenecen a los partidos, sino a los ciudadanos, que deciden dárselo a unos, a otros o a ninguno. Malentender eso es lo que ha engordado las encuestas y las expectativas.

__________________

Jesús Pichel Martín es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats