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Amarillismo político en 'El País'

Muy necesitado debe de andar el PSOE de padrinazgo y de reconocimiento mediáticos sumido como está en una profunda crisis de identidad ideológica, en riesgo de escisión y buscando desesperadamente su espacio político perdido y ocupado —lo que más le ofusca quiera o no reconocerlo— por Podemos, partido al que votan probablemente muchos de los hijos de los que antes lo hicieron —militantes o no— por el PSOE e incluidos quizás algunos de estos.

El intento de ubicar a Fernández Díaz previamente vetado por el Papa Francisco —lo que ha debido escocer lo suyo al Opus Dei— como candidato a embajador ante la Santa Sede como presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso, le salió mal al PP, pero de entrada y una vez más, lo peor, dejó en evidencia al PSOE, que en un acto —otro más— de congruencia política y con Antonio Hernando como congruente vocero al frente, admitió inicialmente la decisión de la gestora de abstenerse, lo que habría aupado al protegido por su “ángel Marcelo”, al aparcamiento confortable de la citada comisión.

Búsqueda de aparcamiento, como reconoció en uno de sus muchas afirmaciones de exhibicionismo laico a las que nos tiene acostumbrados el afortunadamente ya exministro del Interior, su benefactor ángel, el tal Marcelo... es un reconocido experto.

Dejando al margen las chorradas angelicales del exministro finalmente aparcado en una comisión menoraparcado en la que no era imprescindible el consenso con el resto de partidos, el papelón una vez más le correspondió al PSOE con su decisión de abstención y al que la escandalera provocada en el parlamento, medios y en la calle, obligó a rectificar decidiendo finalmente no apoyar la elección de Fernández Díaz —al que en esta ocasión, le falló su ángel aparcador—.

Lo preocupante aparte del hecho mencionado y del intento de “premiar” al responsable de los desafueros en Interior por parte del PP, ha sido una vez más, la actitud incongruente y no meditada en sus consecuencias adoptada por el PSOE, un partido puesto al pairo por su Comité Federal y la gestora de no sé qué ni de no sé quién en este y en otros asuntos, con maniobras que en el encrespado mar político en que todos las formaciones políticas navegan, pueden entrañar peligro de hundimiento del PSOE.

La rectificación posterior sin embargo, estuvo mediatizada más por el miedo del PSOE a quedar en evidencia ante la negativa de Podemos al consenso con su propuesta de candidato alternativo y del resto de partidos —exceptuado como siempre el acólito Ciutadans— como reconoce posteriormente El País en su análisis del asunto en las páginas interiores, que por el convencimiento de su error ante la posición adoptada inicialmente con la coartada, de que los pactos —entre caballeros opinión del PSOE coincidente con la del exministro de Interior— hay que respetarlos.

Da igual que el candidato propuesto haya sido reprobado por el pleno del Congreso por asuntos que pudieron ser en mi opinión constitutivos de delito. Un despacho oficial de un ministerio, es un espacio público —nunca privado— sufragado por todos los ciudadanos, y lo dicho entre sus cuatro paredes —que trascendió públicamente— es patrimonio de todos, en especial si se confabula dentro de ellos contra partidos legales.

Una anomalía democrática más por parte del PP que las hemerotecas afortunadamente —se merecen un monumento— han vuelto a dejar en evidencia de forma incontestable y contundente. Desde el despacho de uno de los responsables y garantes de la limpieza y calidad democráticas, que además disfruta del poder —consensuado y legítimo— de ejercitar la fuerza en un estado de derecho, se intentó conspirar fuera de los límites constitucionales contra representantes políticos de otros partidos democráticamente elegidos.

En mi opinión, también preocupante —aunque a mí ya no me extraña— ha sido la actitud de un medio como El País que en su labor de apuntalamiento de un PSOE descastado y desubicado ideológica y políticamente, en su ansiedad por acariciar con su mano mediática el trasquilado lomo político de aquel, y en un intento de ningunear a Podemos, haya recurrido sin ruborizarse, a titulares que como el de la versión en papel del jueves 17 de noviembre rozan el amarillismo político.

Titula El País: “El PSOE impide el premio a Fernández Díaz en el Congreso”.

Huelgan más comentarios, el mérito de la maniobra según se deduce del titular de El País, ha sido exclusivo del PSOE, un partido —más partido que nunca— y que con sus continuas incongruencias, rectificaciones y contradicciones... parece una veleta ideológica que gira sin rumbo fijo digan lo que digan el Comité Federal, la gestora, Felipe González, La Faraona andaluza... o El País con su sonrojante titular... sensacionalista y... amarillo.

PD: Fernández Díaz no debiera ofuscarse por su nombramiento en apariencia menor, más bien, debiera gozoso resignarse y sentirse agradecido, su ángel Marcelo, encarnado esta vez en Mariano Rajoy, le ha puesto al frente de la Comisión de Peticiones, el lugar idóneo para empezar a confabular y conspirar —en eso es un experto— desde su nuevo despacho con sus colaboradores y sufragado por muchos laicos ciudadanos, en la petición a su ángel Marcelo de un mejor y angelical aparcamiento político.

Amador Ramos Martos es socio de infoLibre

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